TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Sofía
Tenía una gran amistad con una chica brasilera, Sofía, que también era de
mi ciudad. Ella era una persona muy buena. Tenía un gran corazón.
Consumía cocaína y fumaba porros. Tenía un novio y no quería que
trabajase. Yo intenté ayudarle.
Después, fue cuando llegaron otras tres chicas brasileras, que venían de
Ribadeo. Como no les gustaba el club, decidieron regresar a Galicia y me
dijeron: - Joise, ven a Galicia, que te va a gustar. Me convencieron y así fue
como vine para Galicia. Nos vinieron a buscar los dueños del “Clangor” a
las cinco: las tres que acababan de llegar, a Sofía y a mí.
En Ribadeo me gustó mucho el club. Tenía una habitación para compartir
con Sofía. Desde la ventana veía las olas. Qué cosa más linda… Me sentí
muy bien allí. Tengo amigos hasta hoy. Trabajé en el “Clangor” ocho
meses. Me acuerdo que pasé allí las Navidades. Eso fue lo peor. Por mucho
que hiciesen una fiesta bonita, en esa época del año te entristeces
fácilmente si no estás con tu familia.
Pablo
Tengo una fase en que también lo pasé mal allí. Me dolía el estómago. Era
un dolor horrible. Gritaba de dolor. Entonces, Pablo, uno de los dueños del
club me llevó al hospital de Burela. Yo le cogí la mano. Él lloraba
conmigo. Me acuerdo que estaba en la sala de cirugía y que le decía que no
quería morir allí. Pablo me decía que no me preocupase, que no iba morir.
Estuvo todo el tiempo conmigo. Y eso me marcó mucho. Es por eso que no
puedo creer lo que dice la gente de los dueños del “Clangor”, que si son
traficantes y eso. No es justo. Ellos son buena gente. Tratan bien a todo el
mundo. Al menos, esa ha sido mi experiencia. No obligan a nadie a
trabajar. Si una chica les dice: hoy no quiero trabajar, no pasa nada.
Recuerdo que cuando era el cumpleaños de alguna de las chicas, los dueños
eran los que preparaban una fiesta y compraban pasteles. Todas las chicas
les tenían cariño.
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