08.05.2013 Views

TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Facultad, porque para él era muy difícil llegar <strong>de</strong>l trabajo y luego tener que<br />

ir a la Facultad.<br />

Yo seguí formándome. En Brasil el sistema <strong>de</strong> hostelería varía mucho,<br />

<strong>de</strong>bes actualizarte continuamente y hacer un montón <strong>de</strong> cursos y controles<br />

<strong>de</strong> calidad, porque sino luego no entras en el mercado. Así comenzamos a<br />

vivir. Y poco a poco nos fuimos acomodando. Y <strong>de</strong> ahí fui construyendo<br />

mi vida <strong>de</strong> casada, pensando en conseguir una vida mejor para nosotros<br />

dos.<br />

A los veinte años tuve a mi único hijo. No estaba programado, porque<br />

todavía no estábamos muy bien económicamente. Mi marido tenía dos<br />

trabajos y todo transcurría bien, tuvimos una vida muy buena durante los<br />

primeros años. Estábamos muy unidos, teníamos muchos proyectos y<br />

muchos sueños, aunque cada vez iba quedando más distante mi proyecto <strong>de</strong><br />

ir a la Universidad.<br />

Con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> nacer mi hijo, fue cuando<br />

crecieron las responsabilida<strong>de</strong>s y las dificulta<strong>de</strong>s. No sé cómo, Antonio fue<br />

<strong>de</strong>sanimándose, y yo, sin embargo, asumí todas las responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

casa. Él se quedaba sin trabajo y yo entonces tenía triple jornada, me<br />

tocaban prácticamente todas las responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> casa. Mi marido<br />

todavía hoy no sabe hacer un huevo cocido, ni sabe cuánto cuestan unos<br />

calcetines o unos calzoncillos. Claro, que eso es culpa mía también, porque<br />

le <strong>de</strong>jé que se acomodara. Yo hacía todo por ellos y claro, así es muy fácil.<br />

Teníamos poco tiempo para vivir la vida <strong>de</strong> casados, la vida <strong>de</strong> marido y<br />

mujer. A los siete años <strong>de</strong> casados tuvimos las primeras <strong>de</strong>savenencias y<br />

nos separamos durante una semana. Antonio se marchó para la casa <strong>de</strong> sus<br />

padres. Después, él volvió a casa y estuvimos un tiempo más o menos bien<br />

porque conversamos mucho. Así seguimos viviendo juntos durante dos<br />

años y medio. Luego, tuvo un hijo con otra mujer y no me dijo nada. Fue la<br />

propia madre <strong>de</strong> su hijo la que vino a mi casa. Para mí fue un golpe muy<br />

muy gran<strong>de</strong>, porque hasta entonces yo confiaba en él. Esa mujer vino a mi<br />

casa porque quería que Antonio reconociese la paternidad <strong>de</strong> su hijo.<br />

Para mí fue un sentimiento inexplicable, no sé cómo explicarlo, pero fue<br />

algo muito ruin. Hablé con ella y me contó cómo sucedió todo. Mi marido<br />

me dijo que no era cierto. Él había tenido alguna aventura esporádica, pero<br />

nada más, nada serio. Me aseguraba que aquel hijo no era suyo. Yo<br />

entonces me ofrecí para pagar la prueba <strong>de</strong> paternidad. Y él me <strong>de</strong>cía que<br />

era ridículo, que estaba gastando el dinero tontamente. Al cabo <strong>de</strong> quince<br />

días tuvimos el resultado en una clínica privada. Fueron los quince días<br />

200

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!