TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

para España. Trabajé seis meses en “El Edén” en Lugo. Luego me fui a
trabajar un mes al “Arcadia” en Sarria y después estuve en el “Kings” y en
el “Erótica”.
Una amiga de otra amiga mía fue la que me explicó todo para venir a
trabajar a España. Ella marcó el pasaje con el hotel y todo. Salí de Manâos
a Sâo Paulo. Después de Sâo Paulo a París, y de París para Oporto. En
Oporto nos vinieron a buscar en taxi. Fuimos directamente al club yo y una
amiga. Cuando llegamos me sentía muy extraña. Recuerdo el frío que hacía
aquí en Galicia. Esa noche descansamos y al día siguiente ya empecé a
trabajar.
En “El Edén” se empezaba a trabajar a las cinco y media de la tarde, hasta
las cuatro de la mañana. Yo vivía en una casita al lado del club. Mi amiga
Alexandra y yo estábamos juntas en la misma habitación. Si bajábamos
tarde al salón teníamos que pagar una multa de diez euros. Había que pagar
cuarenta euros de diaria. Si no trabajabas, al día siguiente tenías que pagar
el doble, ochenta euros. Pero, cuando llegas te dan veinte días para
adaptarte y durante ese tiempo no tienes que pagar la casa, sólo ganas
dinero para pagar el billete. Yo pagué dos mil quinientos euros por mi
pasaje. Tardé un mes y dos semanas en pagar. No conseguí pagarlo antes
porque envié dinero para mi familia en Brasil, sino lo hubiese pagado todo
en veinte días.
En Brasil me lo explicaron todo. Me dijeron que había clientes jóvenes y
también viejos. Y que no podía quedarme sentada, que tenía que
aproximarme a los clientes, y que si trabajaba bien en unos veinte días
podía pagar todo el billete. Durante el tiempo que pasé allí no discutí con
nadie, y me trataron bien. Tenían unas cuarenta mujeres en el club. La
mayoría brasileras, pero también muchas colombianas. Y había dos rusas.
Sólo una vez, una chica dominicana se peleó conmigo. Fue a causa de un
cliente. Ella era mi amiga, siempre salíamos juntas por ahí. Pero, ella se
enfadó conmigo porque un cliente quería subir conmigo en vez de con ella,
y no nos dejaba en paz, hasta que vino el encargado y tuvo que mandarle
que se marchase de allí. Me cogió de la camisa y el encargado la echó del
club. Ese fue el único problema que he tenido con una compañera de
trabajo desde que estoy aquí. Pero, este tipo de cosas en esta vida es
bastante frecuente. Hay envidia y mucha competencia entre las chicas. No
sólo aquí, en Brasil también es igual. En esta vida hay de todo: chicas que
se envuelven en el mundo de las drogas, otras que beben mucho, y sobre
todo las que cogen rabia de las compañeras cuando se dan cuenta que
trabajan más que ellas.
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