TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

periódico y todos los días venían hombres buscándolo. Aquí en España es
el lugar donde he visto más maricones. Hombres guapos, trajeados y con
corbata, médicos, abogados, etc, vienen a los pisos sólo procurando travecos
para que les den por el culo.
A mí España me ha decepcionado mucho. Mucha droga, muchos maricones
y hombres que sólo quieren follar sin goma. Todo eso me ha decepcionado
mucho. España, que es un país del primer mundo, y luego ves todo lo que
hay aquí… Brasil es un país pobre, pero no tiene tanta frescura como aquí.
El travesti en el piso me comentaba que la mayoría de los clientes lo que
pedían es que él se los follase a ellos. Yo sólo me hacía dos, tres pases por
día, mientras que el travesti se hacía siete, ocho por día. Los hombres son
todos unos vagabundos. En Brasil los hombres son hombres, y los travecos
son travecos. Aquí, en cambio, todos son cubados. Ahora en el piso hay un
traveco brasilero de dieciocho años trabajando. El que yo conocí, ahora está
en Alicante.
Cuando estaba en el piso puse un anuncio con las otras dos chicas:
“Garotas Playboy”. Los pases eran de cuarenta euros. El trabajo en el piso
es diferente. Compartes con los travestis, porque en los clubes no los
aceptan. Es increíble, pero en los pisos los que más trabajan son los
travestis. En el piso los clientes llegan y ya escogen a las chicas, no te están
agarrando…, y no es tan pesado el trabajo. Pero, en el piso la ganancia
también es menor. Recuerdo que el travesti que trabajaba en el piso era
muy educado, y bonita, parecía una mujer, con los cabellos largos y todo
natural. Lo que no entiendo es cómo pueden aguantar siete u ocho pases…
En el piso pasé mucho frío y follé poco. Bueno, trabajé bien, pero menos de
lo que pensaba. Sabrina también estuvo trabajando unas semanas. Un día,
vino un viejo de noventa años todo fedorento. Le dije: - Vai embora, te voy a
cortar las orejas y la nariz. Era una broma, pero el viejo se quedó todo
flipado. Quería follar por veinte euros. Como allí se cobran treinta lo
mínimo, por veinte minutos, se marchó para el piso de Romelina. Allí
follan por veinte euros. ¡Deus me livre!...
Aparte del piso donde trabajé, alguna vez he llevado algún cliente al piso
de Isabella en Ronda das Fontiñas. Pero, aquí en mi piso no, porque los
vecinos están muy encima y no quiero problemas.
Lo peor es que las mujeres no se saben valorar. Están cobrando veinte
euros por un pase, y eso es lo que está acabando con los clubes. En Lugo
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