TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

la mitad. Los pases son de cincuenta y cinco euros. Y las habitaciones están
bien, mejor incluso que en “La Fortaleza”.
El piso de Romelina
Llegué al piso en noviembre de 2005. Naiara me pasó el teléfono. Fuimos
juntas al piso. Romelina no estaba, quien nos atendió fue el marido de ella.
Él nos explicó cómo era el trabajo, que podíamos trabajar al setenta o al
cincuenta. Si trabajábamos al setenta nosotras teníamos que poner los
condones y el papel. El pase eran cuarenta euros por media hora; quince
euros para ella y veinticinco para nosotras. Y si íbamos al cincuenta,
entonces era mitad y mitad. También había pases de treinta euros por veinte
minutos (la chica con veinte euros; ella con diez).
Me quedé un mes en el piso. Um inferno. Hacía mucho frío. Romelina no
ponía la calefacción por tacaña. Las chicas tenían que comprar su propia
comida. Cuando llegamos Naiara y yo había en el piso otras doce chicas, la
mayoría colombianas. Aun así, las relaciones con las compañeras eran
buenas. Llegamos y ellas ya vinieron a hablar con nosotras.
Había días que sólo trabajaban las chicas que Romelina quería. El cliente
llegaba, escogía a una y Romelina entonces mandaba que pasase otra. Ella
decía que la chica que había escogido ya estaba ocupada con otro cliente.
No sé porqué hacía esto. Conmigo no llegó a pasar, pero con la mayoría de
las chicas sí que ocurría. Las colombianas se peleaban entre ellas por este
tipo de cosas.
En el piso me encontré con varios clientes que ya conocía del club, del
“Kings”. Pero, había otros que yo nunca había visto. Había muchos viejitos
y los jueves venían los jóvenes de la discoteca, todos de madrugada y
borrachos.
Cuando trabajaba en el club yo nunca subía con los borrachos, pasaba de
ellos. Y en el piso hacía lo mismo, a veces ni siquiera me levantaba de la
cama. No soporto el aliento a alcohol y además son muy pesados, quieren
follar sin condón y besar en la boca.
Sin embargo, con los viejitos me doy bien. Ellos son muy rápidos. Se
corren enseguida. Acaba pronto.
La única diferencia de trabajar en el piso es que tú no tienes que hablar para
convencer al cliente, como pasa en el club. Yo gané unos dos mil
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