TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

que ya he estado trabajando en el club. Pues, no. Sí que trabajé, trabajé
durante meses y qué.
A mí me gusta decir la verdad. No me gustan las mentiras. No soy una
persona de contar mentiras. Sí, he venido a España y trabajo en la
prostitución, pero no tengo porqué avergonzarme por ello.
En la cafetería algunos me soltaban indirectas. Me decían, por ejemplo: -
¿Qué, cómo está “El Rayo de Luna”? Yo ya veía por dónde iban esos
comentarios. Y para frenarlos les contestaba con la verdad y punto. De
todas formas, trabajé poco tiempo en la cafetería, sólo unas tres semanas.
Me cansé porque estaba lejos y tenía que ir en autobús. También trabajé en
una fábrica de coser. Pero, sólo fui tres días. Me cayó muy mal la
encargada y como no la soportaba, me marché.
Miki
Miki se marchó un domingo por la mañana. Cuando llegué a casa ella ya
estaba recogiendo todas sus cosas. Para mí fue un gran disgusto. Me sentí
muy triste. Trabajamos juntas en el club y también en el piso. Habíamos
compartido muchas cosas.
Miki tenía sus defectos y sus problemas. No me ayudaba a limpiar el piso y
traía muchos hombres a casa, algunos que no me gustaban nada y todos
casados. Pero, a pesar de todo, nos llevábamos muy bien. Ella era mi amiga
y todos los seres humanos tenemos defectos. Ella también lloró mucho
cuando nos despedimos. Le dije que si necesitaba cualquier cosa que me
llamase, que las puertas de mi casa siempre estarían abiertas para ella. Miki
también se preocupaba de mí cuando estábamos juntas. Si yo estaba triste o
sola en la habitación ella entonces me preguntaba qué me pasaba o si
necesitaba algo. Miki era muy buena amiga.
Se marchó para Coruña. Trabajaba de camarera en un bar y tuvo que dejar
el trabajo y salir de la ciudad. Tuvo problemas. Vino la policía y todo,
porque Miki le pegó a una chica y después esa chica la fue a buscar con
unas amigas para vengarse y ellas se volvieron a pegar.
Miki se marchó con el Pedro para Coruña. Me dijo que él le iba a ayudar a
sacar los papeles. Aunque, yo no me creía nada de eso. Más tarde, Miki
regresó y también viajó a Rumanía para traer a su hija. Ahora ya no nos
vemos como antes, pero seguimos siendo amigas.
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