TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Vendidas
Cuando salí de Portugal, que la policía cerró el club, me fui para
Ponteareas. Era un club donde el dueño del club de Portugal nos vendió a
cada una de las chicas por mil euros. Éramos nueve chicas. Los dueños del
club de Portugal nos llevaron en coche a todas para el club de Ponteareas.
Al llegar allí, en el club no estaba el dueño. Sólo estaba el camarero y él
nos enseñó las instalaciones: las habitaciones, el salón, la cocina. Me gustó
el sitio. El camarero nos preguntó que qué nos parecía. Los pases eran de
cuarenta y de cincuenta euros. Teníamos que pagar diez euros de diaria. Y
también ganábamos dinero con las copas. Pagabas los diez euros de casa y
diez euros por los primeros cinco pases (diez euros por cada pase), y el
resto era todo para ti.
El dueño era un tío muy legal. Nos avisó que tuviésemos cuidado, que la
mayoría de los clientes en el club usaban droga y a veces podían dar
problemas, que no nos envolviésemos con la droga porque no lo iba a
aceptar. Era un patrón muy legal. Nos trató muy bien. Para salir teníamos
total libertad. Pero, también nos avisó de que tuviésemos cuidado con la
policía, que si nos cogían por la calle que lo llamásemos enseguida y él
avisaría al abogado del club.
Comencé a trabajar un viernes. Fuimos antes a buscar todas nuestras cosas
a Portugal. Allí sólo había cinco chicas. Empezamos a trabajar… Después,
le pedí para trabajar en la limpieza del club y él me pagaba cuatrocientos
euros.
El camarero era hermano del dueño. Trabajé allí durante cuatro meses. Allí
fue donde conocí a Bruna y a Patricia. Cuando ellas llegaron yo estaba
limpiando la habitación. Pero, a ellas no les gustó el club y me comentaron
si quería marcharme con ellas. Me dijeron que yo podía venir a Lugo para
trabajar en su piso. Al final, nos marchamos cuatro chicas para un club en
Vigo. Nos fuimos Bruna, Patricia, Fabiana y yo. Sólo estuvimos un día en
ese club. Era un sitio lleno de mujeres y no nos gustó. Fue cuando Bruna
me dijo que no me preocupase, que estuviese tranquila, que ella me iba a
ayudar. Y entonces nos vinimos juntas para Lugo.
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