TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Mi prima tenía la misma edad que yo, y siempre nos habíamos llevado
bien. Durante los fines de semana íbamos de fiesta, a las discotecas. Un día
que íbamos de fiesta pasamos por el centro de Sâo Paulo, por la Rua
Augusta, que es la calle donde están todas las prostitutas. Para ir a la
discoteca teníamos que pasar por allí. Íbamos caminando y nos paró un
coche. - ¿Qué, vosotras hacéis programa? Nos preguntó un tío. Mi prima,
que ya sabía que yo ya había hecho programas antes, cogió y dijo: -
¡Vamos! Y fuimos para un hotel bien lujoso. Él me escogió a mí, pero nos
pagó a las dos. Fue el polvo más fácil que he echado en mi vida. Me colocó
en la cama, y… ¡zas! ya se corrió. Le dije: - ¿Ya está? Y después nos dio
cien reales a cada una, y nos pagó el dinero del taxi. Un cachondeo.
Después nos fuimos para la discoteca.
Decidimos ir todos los fines de semana a trabajar en la Rua Augusta.
Nunca gané tanto dinero como en aquella época. Pero, enseguida las chicas
de la calle vinieron a por nosotras. Yo nunca tuve miedo, pero mi prima se
cagaba un poco. Todas tienen allí su punto. Negociamos con una chica y
conseguimos así establecer nuestro punto a unos cien metros de donde
estaban las otras.
Gané muchísimo dinero. Decidí abandonar el trabajo que estaba haciendo
en aquella época y fue cuando también decidí que quería hacer de esa vida
mi profesión. Alquilé un pisazo en el centro de la ciudad. Mi prima no
quiso venir porque tenía un novio y todo un rollo montado en su casa. Yo, a
mi bola…, comencé a vivir sola, a independizarme y a ganar muchísimo
dinero. Podía comprar todo lo que quisiera, todo, todo, todo… Me compré
un coche, me subía en el capó y ponía poses provocativas. Siempre iba muy
sexy, como no… En invierno llevaba un abrigo, cuando pasaban los
hombres lo abría y por dentro sólo llevaba lencería.
Estuve dos años trabajando así, de profesional. Fue durante 1994 y 1995.
Fue estupendo. A las diez de la noche me iba para la Rua Augusta. Allí el
movimiento era hasta las tres de la madrugada más o menos. Después, todo
el mundo se reunía en una discoteca, en el “Love Dream”, donde había
todo tipo de gente: prostitutas, futbolistas, de todo. Yo iba allí y a veces
también me hacía algunos programas. Me quedaba en la discoteca hasta las
ocho de la mañana, a veces hasta las doce del mediodía. Luego me iba para
casa y me quedaba en la cama durmiendo todo el día. No hacía otra cosa.
Mi vida era como la de un vampiro. Sólo me levantaba para ir de vez en
cuando al shoping para comprar ropa. Sólo dormía y dormía. En esa época
empecé a beber mucho. Yo era joven, no sabía mucho de la vida, y en la
calle todo son tentaciones. Estaba muy revoltada con mi familia, y por eso
me daba todo un poco igual. Iba de fiesta en fiesta.
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