TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Planeamos un viaje a Salvador. Gracias a Dios, tudo deu certo. Conseguimos
reunir el dinero. Y el día 2 de enero de 2000 emprendimos el viaje. Fuimos
todos en la furgoneta, Carlos, yo, su hermana Julieta, mi cuñado Márcio, su
sobrina Edileuze y mi hija Vanesa. Salimos de Sâo Paulo, pasamos por Rio,
paramos en Marataises dos días, luego seguimos por Victoria do Espíritu
Santo, y de ahí fuimos a Porto Seguro, un lugar turístico muy bonito. Allí
nos quedamos una semana. Mi menstruación ya estaba atrasada otra vez y
estaba preocupada. Pensaba en la posibilidad de encontrarme de nuevo
embarazada. En Porto Seguro me hice el test de embarazo y dio negativo.
Luego, salimos de Porto Seguro y fuimos ya para Salvador da Bahía.
Primero fuimos a la casa de la tía de Carlos. En Salvador me hice otro
examen. La doctora me confirmó que estaba embarazada. Cuando le di la
noticia a ese hombre, le cambió la cara. Me dijo que tenía que abortar y que
me iba a comprar una garrafada (remedio abortivo). Carlos no quería que
tuviese al niño.
Estuvimos en Salvador veinte días. Durante el camino de regreso tomé la
decisión de no abortar. Ya estaba cansada de que todos me dijesen lo que
tenía que hacer. Y además, en el fondo, yo quería tener al niño. Cuando se
lo conté a Orlando por teléfono también me dio todo su apoyo.
Desde el día que regresé de Salvador mi vida se convirtió en un infierno.
Carlos volvió a trabajar en la línea. Yo me puse enferma. Me volvieron a
hacer exámenes, hasta una endoscopia, y no paraba de toser. Bien, ahí
comencé a hacer el pre-natal y me empezaron a salir en la piel unas
manchas, como herpes. Cuando se lo mostré al médico, se quedó
mirándome y me dijo, todo frío: - Usted, ¿ha hecho ya el examen de sida?
Yo los había hecho, pero claro, no había recogido los resultados. Así que
volví a hacerme los exámenes.
Un día, todavía no había ido a recoger los exámenes, yo estaba
descansando en casa de mi madre. Fue Orlando quien me confesó que
Carlos tenía sida. Yo no podía creerlo. Era la única persona que no lo sabía,
todo el mundo sabía que Carlos estaba contagiado con el virus del sida.
Comencé a llorar y a gritar como una loca. Ese fue el día en que descubrí
que tenía el virus del sida.
Yo no quería creerlo. Cuando el médico abrió el sobre con mis resultados,
me dijo estas palabras: - Desgraciadamente, usted tiene el virus del sida, y
debe comenzar ahora a tomar las medicinas, para de esta forma no pasar la
enfermedad para su bebé.
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