TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

BARBARA LOVE
Rememorando mi vida
Mi vida fue bastante jodida. Estaba como perdida, hasta que conocí a
María, de Comisiones Obreras. Ella fue la persona que me ayudó a
conseguir mis papeles. Y ella tenía muy buena voluntad, no lo hace tanto
por su profesión, su oficio, sino porque le gusta, porque ella quiere.
Nací el 10 de julio de 1975 en Sâo Paulo capital. Mi infancia fue una etapa
maravillosa en mi vida. No tuve ningún tipo de traumas, ni nada de eso.
Cuando yo tenía dos años, mis padres se separaron. Mi padre tenía otra
mujer, y abandonó a mi madre. Yo soy hija única, aunque mi padre tenía
cuatro hijos más, dos de sangre y otros dos adoptivos. Los adoptó de un
orfanato en Santa Catarina. Mi padre era abogado. Mi madre trabajaba en
casa, y después, muchos años después, cuando ella ya era mayor, volvió a
estudiar e ingresó en la Universidad, en una universidad privada.
Todo fue bien hasta que comencé a ser consciente de las cosas que
ocurrían. Mientras eres un niño inocente no te das cuenta de nada. Durante
la separación de mis padres, ellos me utilizaron casi como si fuese un
trofeo. Sobre todo, mi madre, que no le dejaba ni siquiera verme a mi
padre. Aunque, mi padre también fue un cabrón. No le daba dinero a mi
madre, y eso me afectaba, ya que yo vivía con ella. Mi padre se marchó a
otra ciudad para vivir con aquella mujer. Él nunca dejó de quererme,
bueno, en realidad, mi madre tampoco. Aunque ellos me utilizaban como
un objeto en su guerra particular.
Los mejores recuerdos de mi vida son cuando pienso en mis abuelos. Mi
abuelo era de Rusia, y mi abuela del sur del Líbano. Fueron inmigrantes
que vinieron a Brasil para trabajar y encontrar una vida mejor, y en Brasil
se conocieron y se casaron. Desde muy pequeña yo estaba con ellos los
fines de semana. Pero, después, cuando empezaron los problemas entre mis
padres, pasaba más tiempo con ellos en su casa. Aparte de eso, mis abuelos
también me querían mucho. Yo jugaba con ellos, les ayudaba, iba con mi
abuelo a los bares, porque a él le gustaba la bebida un poco. Era muy feliz.
El mejor recuerdo de mi vida es siempre cuando pienso en ellos, cuando
pienso en aquellos años en que estábamos juntos…
Los problemas empezaron cuando yo tenía trece años. Mis abuelos
enfermaron, la que peor era mi abuela, que era diabética, y entonces, se
marchó para casa de un tío mío, porque mi abuelo tampoco podía cuidarla.
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