TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

De todos modos, si eres responsable y tranquila el “London” no es un mal
lugar, porque allí puedes trabajar. Pero, las chicas que son muy movidas no
paran mucho en ese lugar. A mí también me gusta bailar y eso, pero todo a
su tiempo. Yo aproveché mi trabajo allá.
Las nigerianas están más aisladas de las otras, no son tan movidas como las
otras. Las colombianas, brasileras y dominicanas son más alegres y se
juntan todas para bailar y eso.
En el “London” sólo hay copas de diecinueve euros y el dueño se queda
con tres euros. Yo gané mucho dinero en copas. Quizás, porque allí son
más baratas. En el club los pases eran de media hora y de treinta y cinco
euros. Quedaban unos veintiséis euros para una y el resto para el club.
Al principio, no descansaba nunca porque yo quería hacer dinero rápido.
Luego, ya descansaba los martes. Cuando yo trabajaba allí podía ganarme
tanto o más dinero un lunes como un sábado. A mí me cuentan que ahorita
está peor el trabajo. Yo no entiendo porqué. Algunos dicen que es por lo
del euro. No lo sé. Algunos días buenos de trabajo podía hacer doce o trece
pases. A partir de siete u ocho pases ya es un buen día. Ya vale la pena el
trasnoche… Aunque, también hay días que sólo haces un pase. Yo también
me vine alguna vez sin hacerme un solo pase.
Hay chicas que tienen mala suerte. Son bonitas y todo, pero no tienen
conversación con el cliente y entonces no agradan. Yo sé que, aparte de mis
atractivos físicos, tengo una forma de ser y de hablar que agrada a los
clientes.
El amor
A mí me pasan cosas más tristes… Conocí a un chico allí donde el Arcadio,
con el que estuve saliendo. Se llama Andrés y era el único que me sacaba
ánimos. Cuando empezamos él no me dijo nada, pero yo sospechaba que
era casado. Ahora, eso prácticamente acabó, porque ya dejó de llamarme y
además, me llamó también la mujer… Ella consiguió el número por los
recibos del teléfono.
Yo si él hubiera insistido yo hubiera luchado por él. Pero, como tampoco
me llamó y a mí no me gusta dañar un hogar, ya no seguimos. Él sí que me
llamó para pedirme que si me llamaba su mujer que no le dijese nada,
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