TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Una vez mi hermana y yo fuimos a la discoteca y allí nos encontramos con
un viejo lleno de dinero. Nosotras sólo teníamos diez reales entre las dos.
Nos sentamos al lado del viejo y pedimos una cerveza para las dos. El viejo
entonces quiso invitarnos y fuimos a sentarnos con él. Empezamos a
charlar. Le contamos un montón de mentiras. Le dijimos que éramos
estudiantes y que no teníamos dinero. Enseguida nos preguntó si no nos
apetecía una brincadinha. El viejo quería que yo follase con mi hermana y
nos llevó a un motel. Yo no he nacido para chupar una buceta. Si es una
polla tudo bem, pero una buceta por nada del mundo… Pero, nos ofreció
quinientos reales. Eso es mucho dinero para mi país. Luego, bebió tanto
whisky que se emborrachó y no consiguió follar. Fue un servicio
estupendo. ¡Me encantó trabajar con él!
Después, mi hermana y yo nos fuimos para Goianesa a trabajar en otro
putero. De allí para Jaraguá, que es la ciudad textil de Goiás, también a otro
putero. En Jaraguá nos quedamos casi un año trabajando. El dueño del club
era muy buena gente, a él le gustaba mucho mi hermana. El trabajo estaba
bien, pero al ser una localidad del interior los pases eran más baratos, la
mayoría de cuarenta reales. Yo entonces tenía dieciocho años, y mi
hermana quince.
Una noche vino la policía federal con el Consejo Tutelar. No pasó nada
porque le di mi documentación a mi hermana y les dije que me habían
robado los documentos. Sólo le dijeron a mi hermana que parecía muy
joven. Y ella: - Muito obrigado. Safada, joven, pero experta…
En Jaraguá mi hermana y yo estábamos como dos estrellas de Hollywood.
Éramos las más jóvenes y trabajamos de puta madre. Allí conocí a un
fazendeiro que fue un cliente muy bueno y que no quería que me marchase.
En ese putero fue también donde conocí a María, que me propuso por
primera vez la idea de viajar a España. Me dijo que tenía un amigo en
Anápolis que podía ayudarme. Fuimos allí, el chico me observó y me dijo:
- Mira, hace ocho años que llevo mujeres para España, hacemos la
conexión por París/Barcelona y Castellón de la Plana. Le dije: - Bueno.
Después, él me presentó a otra mujer, que ahora está presa, y ella fue quien
me sacó un montón de fotos y las envió a España.
Pasaron unos días y me volvió a llamar. Me dijo: - Duda, tu billete está
listo, te marchas mañana a las diez. Era una locura. Pero, mi madre me
animó, me dijo: - Ahora vete, hija, a ver si tienes suerte. Como yo nunca
había viajado en avión ni sabía que debía embarcar con una hora de
adelanto, llegué a las nueve y media al aeropuerto y perdí el avión. Aquella
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