TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Llegué a Madrid. Hicimos las colas para pasar los documentos. Yo veía
que todo el mundo enseñaba un papel blanco, y empecé a preocuparme
porque yo no tenía esa hoja. Luego pasé mis documentos. Cuando me
pidieron la carta de invitación yo le dije al policía que no me había llegado
todavía, que iba a visitar a mi hermana y que no podía perder ese pasaje por
todo el dinero que había gastado en el viaje. Y me dejó pasar. Luego,
cuando ya había recogido mi maleta y me marchaba para la puerta, vino un
policía y me preguntó que de dónde venía. Yo le dije que de Colombia, y
entonces me dijo que le siguiera, que me iban a revisar la maleta. Pero, a la
final no lo hicieron. Y así que salí ya estaban esperándome mi hermana,
Marta, Sebastián y Camila. Salimos y me invitaron a comer chipirones. Yo
me los comí, pero la verdad no es que me agradaran demasiado. Enseguida
percibí que mi hermana no era la misma. Ella me dijo que desde ese
momento me iba a llamar Tania, y que ya me habían colocado un anuncio
en el periódico con ese nombre. Luego nos vinimos en un carro que habían
alquilado Marta y Sebastián para traerme. Me cobraron veintisiete mil
pesetas por eso. Me explicaron que Lugo era un pueblito. Yo me lo
imaginaba como un pueblito con chabolas y sin pavimentar, como en mi
tierra. Luego ya me di cuenta de que no era así. Era una ciudad agradable,
aunque muy fría. Y lo primero que me encontré en Lugo fue el piso de la
calle Armórica. Eran las dos de la madrugada.
Cuando decidí venirme para España nunca pensé que me pasarían todas las
cosas que después me han ido pasando. En Colombia todo el mundo sabe
que si viajas a España o a Alemania es porque vas a putear. Yo ahorita veo
las cosas todas de una manera diferente. Antes de que yo tomase mi
decisión para venirme tuvo mucho que ver la presión de mi familia, sobre
todo de mi mamá. Siendo franca, pienso que mi mamá tal vez nunca me
quiso, al menos no debió quererme como se le quiere a una hija. Ella
siempre dice que yo me parezco más a mi papá, que tengo mucho de la
familia Garcés, que es la familia de mi papá. Un día ella me llamó de perra
vagabunda. Yo casi no podía creer lo que estaba escuchando. Hubo mucha
presión. Cuando me separé de mi marido comencé una relación con otro
hombre, pero era casi como un amor imposible. El sueldo no me alcanzaba.
Diana había comenzado la universidad, y a mí me daba coraje que me
viesen con la misma ropa. A la final las insistencias de mi hermana que me
lo pintó todo como maravilloso. Y yo no podía dejar pasar esa oportunidad.
Hoy lo veo todo más distante. Pero, fueron muchas las cosas que influyeron
en que yo me viniese para España.
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