TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

problema, que es que a veces no se le pasaba, y también a veces se corría
pronto, y no controlaba eso.
En el primer pase que hicieron vino otro viejo y comenzó a chupársela a
Mariano y se corrió mientras se la chupaba. Luego, Mariano se fue de la
habitación y le dijo a Claudia que no volvía a trabajar en eso, que él no era
ningún maricón y que no quería que le volviesen a chupar la polla.
Allí los clientes eran todos viejos. Los de ellos. A partir de entonces,
Mariano sólo follaba con Claudia y no hacía nada más. Estuve tres meses
en ese piso. Estuve hasta enero. Luego, Claudia se marchó a hacer una
plaza a Madrid y Mariano no cogía el teléfono ni nada, y yo que ya había
comenzado a trabajar limpiando no llegaba hasta las dos.
Claudia llegó como un fin de semana. Ese día yo llegué al piso a las cuatro
de la tarde. Vinieron unos clientes. Era un tipo que estaba drogado. Pagó
media hora y entró con Claudia y el marido. Se llevaron una botella de
whisky a la habitación. Después de estar con ellos, el cliente estuvo
conmigo. Entramos como a las cuatro y media, y no salimos de la
habitación hasta pasadas las ocho. Teníamos que ver una película porno y
tratar de hacer lo que salía en la pantalla. Pero, casi no hacíamos nada
porque el tipo estaba muy colocado. Le saqué como unos trescientos euros,
porque él pagaba por hora.
Al salir de la habitación, Claudia sólo me quería dar ciento cuarenta euros.
Me dijo: - No, minha filha, así como hablan las brasileñas. Me dijo que me
cobraba la botella de whisky. Y discutimos por eso. Y me fui del piso. La
dejé con el anuncio puesto y todo.
“Lectura de cartas y orientación”
Y de allí ya dejé de prostituirme durante un tiempo. Duré así como diez
meses. Diez meses sin trabajar. Pero, en realidad, trabajé como una burra.
Todo el día limpiaba y por las tardes cuidaba una señora. Vivía en un piso
normal, que no tenía nada que ver con trabajo ni nada. Y me pasaba el día
trabajando en la limpieza.
Me ganaba al mes entre quinientos y seiscientos euros. Y me ganaba unos
veinte euros por leer las cartas. Sí, hasta hice unas tarjeticas donde me
anunciaba con mi número de teléfono: “lectura de cartas y orientación”…
Me anuncié hasta en el periódico durante un tiempo, pero luego vi que eso
era un coñazo. Me llamaban a todas horas. Casi todos hombres, y muchos
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