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La-revision-revisada-the-revision-revised-dean-burgon

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por el manejo del manuscrito, y no que se convirtiera en .<br />

(6º) Finalmente, el texto propuesto se condena a sí mismo por<br />

consideraciones internas [el cursivo]<br />

(“quien”) es en verdad<br />

tan completamente improbable— si no imposible — una lectura,<br />

que bajo cualquier uier circunstancia debiéramos estado inquiriendo<br />

ansiosamente aunque no se descubriera nunca un escape para<br />

ella: Aunque no existiera una forma de explicarnos ¿Cómo tan<br />

patente incongruencia como la expresión (<br />

)<br />

[Misterio quien] ] pudo haber surgido? Y luego recordando que<br />

ante la desaparición de aquellos dos leves trazos horizontales, e<br />

incluso con la sola desaparición de uno, sería lo que nos daría esa<br />

imposible lectura, — (y por consiguiente en mucho, por lo menos,<br />

todos admiten), —<br />

¿Acaso no hubiéramos sentido que se<br />

necesitaba tan abrumador consenso de autores en favor de ,<br />

para dar a tal alternativa tan seria atención?<br />

[105] Es un mero abuso del famoso axioma de BENGEL el de<br />

recordarlo en ocasiones como la presente. Estaríamos<br />

aterrizando en un anticlímax en un nadir en verdad si<br />

permitimos que la exagerada improbabilidad se convierta en un<br />

motivo limitante cuando estamos revisando el Texto sagrado.<br />

Y por consiguiente fue mucho de la verdadera lectura de 1ª<br />

Timoteo 3:16. Invitamos al Lector a referirse hacia atrás 374 para<br />

lograr un estimado del Revisor respecto a la evidencia en favor<br />

de y de respectivamente, y para contrastarla con la suya<br />

propia. Si el lector queda impresionado con la fortaleza de la<br />

causa de sus oponentes, — por su maestría en el asunto, — y la<br />

racionalidad del argumento de ellos, — nosotros quedaremos<br />

sorprendidos. Y sin embargo esa no es la pregunta que está<br />

ahora delante de nosotros. <strong>La</strong> única pregunta (que se recuerde<br />

claramente) que tiene que considerarse, es esta: — ¿Podrá<br />

decirse con verdad que la “evidencia” para<br />

(como lectura en<br />

contra de ) en 1ª Timoteo 3:16 es “claramente<br />

preponderante”? ¿Podrá mantenerse la afirmación de que<br />

es un “claro y llano error”? A menos que esto pueda afirmarse —<br />

¡“CAIGAN LAS PREGUNTAS”! ! <strong>La</strong> lectura tradicional de la<br />

porción de las Escrituras debiera dejarse e paz. Déjenos decir sin<br />

deseo de ofender que, bajo nuestro humilde criterio: Si la Iglesia

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