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estándares establecidos. ¡Ese es mi problema!”

Ningún supervisor debería hablar así. Si su personal no está

motivado, el supervisor es quien debe aplicar distintos programas

hasta lograr motivarlo. Si los trabajadores no siguen los estándares,

hay que idear y desarrollar medidas para corregir el problema. Tal vez

los estándares implantados son anticuados o poco prácticos, o los

trabajadores no tienen formación para seguirlos. O es posible que

haya demasiado muda, mura y muri en el lugar de trabajo y, por

consiguiente, que resulte demasiado difícil seguirlos en esas

condiciones. Los supervisores que echan la culpa a sus trabajadores

han hecho dejación de sus funciones y no cumplen con su papel.

En una fábrica que producía dispositivos electrónicos y empleaba a

amas de casa a tiempo parcial, por las tardes, la dirección averiguó

que esas empleadas a tiempo parcial fabricaban muchos más artículos

defectuosos que los empleados normales. Los datos indicaron que la

mayor parte de los errores se producían alrededor de las 3 de la tarde.

Cuando la dirección preguntó a sus empleadas amas de casa en qué

pensaban sobre esa hora, las respuestas más habituales fueron de este

tipo:

“A esa hora, de pronto caigo en la cuenta de que deben estar llegando a casa mis

hijos, que vienen del colegio, y me pregunto si verán las galletas especiales que

he dejado para ellos, en la nevera.”

“Empiezo a pensar en la cena y me pregunto a qué tienda puedo ir por aquí

cerca, para comprar pescado. Quiero saber dónde lo venden a buen precio, sin

irme lejos. La Sra. A., la que trabaja en la línea de al lado, ella sabe estas cosas y

tal vez debería ir a hablar con ella después del trabajo.”

Tras recoger esta información entrevistando a los miembros de la

mano de obra a tiempo parcial, la dirección decidió poner a su

disposición una gran sala de reuniones para la pausa del café de las 3

de la tarde. La dirección les dijo a las empleadas que, durante la

pausa, podían hablar tanto como quisieran sobre galletas, pescado,

gangas y rebajas en tiendas, o sobre cualquier otro tema, pero que una

vez terminada la pausa, debían concentrarse en su trabajo y en nada

más. Pasado cierto tiempo, la compañía experimentó una drástica

reducción del porcentaje de artículos defectuosos fabricados en esa

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