Procedimiento para la operación del servicio de pedagogía ... - IMSS

Localiza un espacio dentro de la sala libre de estímulos y distractores donde el niño pueda permanecer por
unos minutos contigo y para que esté atento a lo que dices.
Procura que tus comentarios hacia el niño sean cortos y concretos porque su tiempo de atención es muy
corto.
Procura que el tiempo para reflexionar no lo vea como una agresión y rechazo, sino como un efecto de su
comportamiento.
Da un aviso claro (sólo uno) antes de usar el tiempo para reflexionar.
Al indicarle que no puede continuar trabajando con los demás, especifica la conducta que no es aceptable y
por la que se estableció el tiempo para reflexionar.
Cuando termine el tiempo, solicita que él mismo te explique por qué se le retiró del grupo de trabajo, si
refiere que no sabe, especifica la conducta no aceptable e intégralo al grupo nuevamente.
El tiempo para reflexionar puede ser usado para separar a niños que han estado peleando físicamente o
para calmar a un niño que está sobre-excitado. El adulto calmadamente le explica al niño que debe sentarse
un tiempo para tranquilizarse y reflexionar sobre su conducta. Este tiempo le da la oportunidad al niño de
calmarse y darse cuenta de que el adulto no aceptará que continúe ese comportamiento.
Si el niño no te quiere escuchar e insiste en continuar su conducta, con calma regrésalo al espacio destinado
para la reflexión.
Utiliza el método para un comportamiento a la vez, si no el niño se confundirá.
Esta técnica es inefectiva cuando el niño no entiende por qué se estableció el tiempo para reflexionar o cuando
no lo visualiza como una consecuencia negativa de su actuar, sino como un momento para descansar y evitar lo
que no quiere hacer.
No utilices esta técnica con el niño que le gusta permanecer aislado, busca otra opción para que respete las
reglas establecidas para las actividades realizadas en la guardería.
Para los niños que han sufrido separaciones difíciles de personas significativas en su vida, ya que el tiempo para
reflexionar origina estados emocionales muy fuertes (como el abandono y el rechazo).
Si el niño está furioso o muy alterado no podrá sacar ninguna enseñanza del tiempo para reflexionar, por el
contrario puede sentirse abandonado, rechazado o frustrado; es preferible abrazarlo y esperar hasta que el
niño se sienta más tranquilo. Algunas actitudes pueden presentarse durante esta situación, tales como el
llanto, la agresión, el enojo, algunos accesos de cólera, espasmos del sollozo (período de apnea o falta de
respiración), entre otros. Hasta que pase un tiempo necesario para que recapacite, podrá entender la finalidad
de la técnica.
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DPES/CG/003/028