Procedimiento para la operación del servicio de pedagogía ... - IMSS

Entre 7 y 8 meses:
Voltea su cuerpo, y al estar sentado puede girar y mirar lo que hay detrás.
Se sienta con apoyo.
Se enoja cuando le quitan un juguete.
Sostiene el biberón cuando lo alimentan.
Las expresiones emocionales afectivas se manifiestan con una mímica cada vez más variada.
Interactúa más activamente, manifiesta risas, imita sonidos, juega a hacer ruidos.
Empieza a distinguir las palabras cuando le hablan con cariño o lo regañan.
De 9 a 11 meses aproximadamente:
Puede sentarse correctamente (con la espalda erecta).
Se desplaza a voluntad en posición cuadrúpeda, o empieza a intentar gatear.
Se acuesta y levanta.
Disfruta al jugar con los adultos.
Puede decir: da-do o ma-má.
Empieza a emitir vocalizaciones con sentido.
Muestra ansiedad, seriedad o incluso temor.
Imita gestos simples.
Inicia el concepto de permanencia del objeto, encuentra un objeto parcialmente escondido debajo de una
sábana.
Signos de Atención
El trabajo con un programa de estimulación específico se realiza cuando se evidencia algún retraso en un
menor, después de la aplicación de la “Evaluación del desarrollo del niño”, en algunos casos es importante no
esperar hasta la aplicación del instrumento ya que basta con la observación de conductas que pueden
considerarse como signos de alerta.
Entre más temprana sea la intervención menos evidentes serán las deficiencias que presente un menor.
Eventos prenatales, perinatales o post-natales como la ingesta de medicamentos o alimentos dañinos durante
el embarazo; algún tipo de sufrimiento fetal al momento del nacimiento o calenturas altas en los primeros
meses de vida, suelen ser factores que afectan el desarrollo de los niños. De ahí la importancia de no hacer
caso omiso a estos signos de atención para poder potencializar al máximo las capacidades de cada niño.
Reconocer signos de atención o identificar retrasos durante la aplicación de los indicadores de la evaluación
correspondiente, permite trabajar actividades de estimulación de manera programática y contrarrestar
deficiencias, por lo que es fundamental realizar la “Evaluación del desarrollo del niño” para identificar los
avances y logros de uno de los niños, tengan algún tipo de retraso o no.
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