Procedimiento para la operación del servicio de pedagogía ... - IMSS

f) Otras estrategias para influir en la conducta
Sea un buen ejemplo: uno debe practicar el comportamiento que se desea que el menor adopte y aprenda.
Ignorancia planeada: en ocasiones, la mejor manera de frenar un berrinche o rabieta es ignorándolo; si no
prestamos atención a la conducta molesta que realiza el menor (mover la mano, chiflar, golpear con el pie o
mano algún objeto, interrumpir, pararse, sentarse, entre otros) lograremos que se dé cuenta que no le
resultan funcionales y que su frecuencia disminuya al no ser tomadas en cuenta cuando el propósito es
llamar la atención.
Control de proximidad: mantenerse cerca de los niños tiene un efecto positivo sobre todo con niños
inquietos, una vez que empiezan a moverse podemos poner nuestra mano en su hombro o acariciar su pelo
para que se tranquilicen, que se percaten de que estamos con ellos y sabemos que pueden controlarse.
Refuerzo del interés: la rutina y las tareas difíciles tienden a incrementar la pérdida de interés, cuando esto
suceda reoriente la actividad y mantenga el interés del niño, asegurándole que sabemos que lo puede
hacer, que estamos ahí para apoyarlo, pero que si no se expresa, no solicita apoyo y sólo deja de hacer las
cosas, no podremos saber qué es lo que requiere.
Reducción de tensión mediante el humor: un comentario lleno de humor con frecuencia reduce la tensión,
cuidando siempre que no resulte agresivo o dañino para alguien, recordando que los niños a veces no
entienden la diferencia entre reírse con ellos y reírse de ellos, así que será mejor anticipar que lo que vamos
a decir es una broma y que nos podemos reír todos juntos. Por ejemplo, un niño ha dejado su chamarra en
el patio, y dices “yo veo una chamarra perdida en el patio, espero que alguien ayude a esa pobre chamarra
perdida a encontrar el camino a su casa”.
Apoyo a la rutina: es de especial importancia para los niños conocer el programa de actividades con
anticipación, saber dónde, cuándo, por qué y con quién van a estar en diferentes momentos, esto les brinda
opciones de anticipación y control de la situación, lo cual disminuye su angustia.
Eliminación de objetos distractores: es muy importante antes de iniciar una actividad educativa que los
niños no cuenten con objetos ajenos a los que se están utilizando, recordemos que su capacidad de
concentración no es elevada y necesitamos que la vayan aumentando con ejercicios.
Restricción física: cuando el niño se encuentre fuera de control de sí mismo haciendo un berrinche, es
recomendable sostenerlo hasta que se calme, con suavidad pero con firmeza. Comunícate con el niño de
manera visual y verbal con voz calmada y murmullos que lo tranquilicen. Nunca recurras a los regaños o
amenazas ya que eso le hará ver que logró su objetivo de hacerte enojar.
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