Procedimiento para la operación del servicio de pedagogía ... - IMSS

El niño en esta etapa, tiene mayor preferencia perceptiva por la voz, por el rostro humano, por el gusto y por
el tacto. Por tal motivo, de manera natural, gran parte del intercambio entre el niño y sus padres o las personas
que cuidan de él, se hace cara a cara y tocándoles suavemente, ya que es el medio de comunicación más
efectivo. En este sentido el tacto, a través del gusto (cuando prueban “sentir” las cosas por la boca), resulta
infinitamente placentero no por el sabor del objeto, sino por la textura del mismo y, por recibir de las manos
de la persona que le cuida aquello que considera le dará goce, recordemos que la dentición, en muchos de los
niños durante esta etapa, continúa y concluye. Para el niño menor de 20 meses, aquello que no se puede
meter a la boca, no “vale la pena” experimentarlo, pierde interés.
La formación del autoconcepto (la imagen que cada uno de nosotros tiene respecto de las propias capacidades)
y la autoestima (la dimensión afectiva del autoconcepto) en el niño, continúan consolidándose a partir de la
interacción con la madre o el adulto que le procura, aunque ya intervienen otros agentes de las redes sociales
más cercanas al menor.
Desarrollo del niño en esta etapa
El desarrollo del ser humano, desde que es niño, implica todo un proceso de cambio mediante el cual se
engloban aspectos biológicos (cambios en el cuerpo), emocionales (cambios en la forma de expresarse y de
reaccionar ante los diferentes sentimientos), cambios psicológicos (cambios en los procesos mentales que se
van formando en el niño) y sociales (inicio de la interacción con otras personas).
A partir de los seis meses, te darás cuenta que el menor empieza a emitir sonidos con un mayor valor
comunicativo (balbucear palabras), le estarán saliendo sus primeros dientes por esta razón podrá estar un poco
inquieto, recuerda que puedes ayudarlo con ejercicios y con estimulación para que se relaje y no tenga tanto
malestar. Tendrá mayor control de su cuerpo, puede sentarse solo, empieza a imitar los sonidos que
pronuncias. Sonríe a caras conocidas, quiere tocar, mirar, chupar y sacudir todo lo que le llama su atención.
Revisa los objetos que dejas a su alcance o que le proporcionas, que no representen peligro ya que está
apresurado por descubrir su entorno y se los llevará a la boca.
Por esta razón, es muy importante que estemos conscientes de la gran variedad de personalidades con las que
conviviremos en una sala, algunas características de los menores serán similares, pero el trato a ellos deberá
ser individual y enfocado a sus necesidades, fortalezas y oportunidades de mejora, siempre buscando potenciar
al máximo sus capacidades únicas como ser humano.
Los cambios cuantitativos son medibles, tales como la talla, el peso, el número de palabras que el niño
pronuncia, entre otros. Los cambios cualitativos sólo son observables y se determinan de acuerdo al avance
que presentan los niños con relación a las conductas esperadas o que deben ser realizadas en las diferentes
edades.
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DPES/CG/003/028