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Paideia: los ideales de la cultura griega - Historia Antigua

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<strong>de</strong> manera tan <strong>de</strong>spectiva mira al sofista, es en realidad tan inferior a él,<br />

exactamente como el juez lo es con respecto al legis<strong>la</strong>dor y el médico con<br />

respecto al gimnasta. El retórico o el sofista que acusa a quien dice haber<br />

"educado" se acusa en realidad a sí mismo y acusa a su propia educación. 507<br />

Por tanto, puesto en el caso <strong>de</strong> optar por uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos modos <strong>de</strong> tratar a <strong>los</strong><br />

hombres: el que trata <strong>de</strong> servir al pueblo ateniense 539 adulándolo y el que<br />

consiste en luchar contra él para hacerlo mejor, Sócrates sólo pue<strong>de</strong> elegir el<br />

segundo, aunque sin <strong>de</strong>sconocer en lo más mínimo el peligro a que con ello<br />

se expone su vida. 508 Si alguien le acusa, tendrá que ser necesariamente un<br />

hombre malo. Tampoco tendría nada <strong>de</strong> extraño el que le matasen. Sócrates<br />

espera que su obra <strong>de</strong> educador tenga un <strong>de</strong>sen<strong>la</strong>ce parecido, por <strong>la</strong> razón<br />

siguiente: "Creo le hace <strong>de</strong>cir P<strong>la</strong>tón solemnemente que somos muy<br />

pocos <strong>los</strong> atenienses (por no <strong>de</strong>cir que soy yo el único), que nos esforzamos<br />

en practicar el verda<strong>de</strong>ro arte <strong>de</strong>l estado; tal vez sea yo el único que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> causa <strong>de</strong>l estado entre <strong>la</strong>s gentes <strong>de</strong> esta época." Si se le acusa, le<br />

con<strong>de</strong>narán como al médico a quien hubiese <strong>de</strong> juzgar un tropel <strong>de</strong> niños bajo<br />

<strong>la</strong> acusación <strong>de</strong> un cocinero. El cocinero les diría: "Este hombre os ha<br />

atormentado... con medicinas amargas, con hambre y con sed, mientras que<br />

yo os he dado a comer muchos manjares apetitosos." Y nadie haría caso al<br />

médico, cuando éste replicase: "Todo lo que yo hice, ¡oh, niños!, lo hice<br />

porque así lo exigía vuestra salud." Por eso tampoco se le haría caso a<br />

Sócrates cuando éste dijese a sus jueces: "Todo esto lo digo ¡oh, jueces! ,<br />

porque es justo, y todo lo que yo hago lo hago por vosotros." 509Pero a Sócrates<br />

no le aterra <strong>la</strong> expectativa <strong>de</strong> este fin. Para él no hay más que un camino <strong>de</strong><br />

salvarse, y es el <strong>de</strong> mantenerse libre <strong>de</strong> toda injusticia. Pues el mal mayor, el<br />

único que <strong>de</strong>be temerse, es el <strong>de</strong> "aparecer en el más allá" con un alma<br />

cargada <strong>de</strong> injusticias. 510<br />

507 140 Gorg., 519 E-520 B.<br />

508 141 Gorg., 521 A. Lo que Sócrates expresa aquí es <strong>la</strong> "opción <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida" (bi/ou<br />

ai(/resij), que constituye, según su fi<strong>los</strong>ofía, el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia humana y <strong>la</strong><br />

meta <strong>de</strong> su búsqueda <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad. La opción preexis-tencial <strong>de</strong> <strong>la</strong> suerte <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida en el más allá,<br />

que P<strong>la</strong>tón pinta en el mito final <strong>de</strong> <strong>la</strong> República (617 B-620 D), sirve <strong>de</strong> fondo metafísico a esta<br />

opción terrenal. El pasaje <strong>de</strong>l Gorgias es, a su vez, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l motivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> Apología (29 D) en<br />

que Sócrates opta también, ante el peligro inminente que amenaza su vida, por <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong><br />

su bíos fi<strong>los</strong>ófico.<br />

509 142 Gorg., 521 C-522 A.<br />

510 143 Gorg., 522 D. Este bohqei=n e(autw~|, <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> <strong>la</strong> salud <strong>de</strong>l propio yo, es lo<br />

contrario a lo que Calicles entien<strong>de</strong> por <strong>la</strong> fuerza mediante <strong>la</strong> cual se salva el yo físico; Cf. supra p.<br />

528. Si el saber <strong>de</strong> Sócrates, idéntico a <strong>la</strong> propia areté, constituye un medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse a sí<br />

mismo (en un sentido elevado <strong>de</strong>l yo), compren<strong>de</strong>mos en seguida por qué Sócrates insiste ya en el<br />

Protágoras (352 C) en que esa fi<strong>los</strong>ofía es "capaz <strong>de</strong> venir en ayuda <strong>de</strong>l hombre". El sentido <strong>de</strong> este<br />

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