Libro de Actas final_2

GT 23 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO Y DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA
instituciones y que realizan actividades en colaboración (Noteboom, 2000; Hage et al., 2007; Garrett-Jones et al., 2010).
Esta distancia derivaría de hecho de la existencia de diferentes dominios funcionales (Minkoff, 2002) o epistémicos
(Corley et al. 2006) dentro de la organización; es decir, diferentes sistemas de roles, reparto de tareas, valores y tipos de
conocimiento empleados en el trabajo. Pese aque la distancia cognitiva favorecería la creatividad y la innovación (Pelz y
Andrews, 1976), en el caso de las estructuras cooperativaseste factor operaríatambién como una barrera que obstaculizaría
los procesos organizativos y el éxito de la colaboración (Hage et al., 2007; Garrett-Jones et al., 2010).
Un enfoque especialmente útil para tener en cuenta las incrustaciones múltiples y los problemas derivados de la distancia
cognitiva en las organizaciones híbridas de I+D es dado por el modelo Triple Hélice (TH) de relaciones (Eztkowitz y
Leydesdorff 1997; 2000). Una organización híbrida, según la perspectiva TH, estaría formada por elsolapamiento de los
confines institucionales y cognitivos tradicionales, que separan los dominios del Gobierno, la Universidad y la Industria.
Estas organizacionesdesarrollarían una cultura organizativa híbrida, dada por la necesidad de hacer comunicar los
diferentes tipos de actores que la componen: el objetivo no es eliminar la distancia cognitiva, sino reducir las tensiones de
tipo socio-cultural (Garrett-Jones et al., 2010). La idea es que se mantengan las fronteras entre los dominios institucionales
habituales, al mismo tiempo en que se desarrolle un lenguaje, unas reglas (normalmente de tipo formal), un sistema de
roles y un denso entramado de relaciones que permitan la comunicación, el aprendizaje y la transferencia de conocimiento
mutuo entre los diferentes tipos de actores (Gibbons et al., 1994; Jacob et al., 2000; Tuunainen, 2005; Boardman, 2012).
El enfoque de la Triple Hélicepermite diferenciar las conexiones en función del tipo de instituciones implicadas en
la cooperación: universidad, industria y gobiernos.La existencia de diferentes niveles de participación de instituciones
industriales y académicas tendría implicacionesimportantes para el diseño organizativo y los resultadosde los centros
híbridos (Simpson y Powell, 1999; Simpson, 2004; Boardman y Corley, 2008). Por ejemplo, se ha observado que los
centros con fuerte participación universitaria producen mayores beneficios a corto plazo, son más innovadores pero
al mismo tiempo menos sostenibles, en comparación con aquellos que poseen una participación mayoritariamente
empresarial (Hewitt-Dundas y Roper, 2011).
Nivel intra-organizativo
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Las características relacionadas con la dimensión interna de la organización son relevantes al menos cuanto las presiones
externas para el análisis de la innovación organizativa (Lam, 2007). Se proponen aquí las siguientesdimensiones para el
análisis organizativode los centros híbridos de I+D, justificando la elección en la revisión de estudios especializados sobre
los centros de investigación cooperativa:
1. Objetivos y actividades
2. Estructuración
3. Integración
La primera dimensión (objetivos y actividades) hace referencia a una serie de características relacionadas con la misión, la
orientación y los tipos de actividades de los centros híbridos. Existe un conjunto bastante heterogéneos de características
que tienen que ver con el tipo de trabajo realizado en un centro de I+D. Se ha distinguido por ejemplo entre investigación
básica o aplicada, y entre actividades tradicionales o multidisciplinarias, especializadas o complejas, estandarizadas o
creativas (Lam, 2000; Carayol, 2003; Jordan et al., 2004). Otros estudios en cambio han clasificado las actividades de los
centros de I+D a partir de la orientación de las mismas, es decir, a qué tipo de “público” estaban dirigidas: por ejemplo, el
mercado, la comunidad científica, la administración pública, la sociedad en general, etc. (Crow y Bozeman, 1987; Laredo
y Mustar, 2000).
De particular interés sería la distinción entre innovación incremental y radical, es decir, entre: la invención o difusión de
avances o mejoras técnicas, principalmente con arreglo a los procesos productivos; la creación o difusión de productos
o técnicas radicalmente nuevas, que suponen una mejora significativa (Hage, 1999). El tipo de orientación innovadora
del centro guardaríauna relación con otras características organizativas (Crow y Bozeman, 1987; Jordan et al., 2004).
Por ejemplo, las estrategias de los centros orientados hacia innovaciones radicales tendrían un componente de riesgo y
de complejidad mayor que los centros con objetivos incrementales, orientados más bien hacia la sostenibilidad de las
actividades(Hage, 1999; Jordan et al., 2004).Además, las estructuras cooperativas orientadas hacia la novedad y el riesgo
realizarían principalmente actividades de investigación básica, mientras que aquellas orientadas hacia innovaciones
incrementales se especializarían en determinados tipos de investigación aplicada y desarrollos tecnológicos, con un
carácter más estandarizadoy especializado (Carayol, 2003).
En resumidas cuentas, la dimensión relativa a los objetivos y actividades de la organización estaría constituida por una
polaridad entre dos tipos ideales opuestos: a) por un lado, aquellos centros que realizan actividades de investigación
básica, caracterizadas por un elevado componente de riesgo y complejidad, motivadas principalmente por la curiosidad
científica y orientadas por lo tanto hacia la novedad, la originalidad y la generación de innovaciones radicales; b) por
otro lado, aquellos centros que realizan actividades de investigación aplicada, caracterizadas por un elevado componente
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)