Libro de Actas final_2

GT 20 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE MOVIMIENTOS SOCIALES, ACCIÓN COLECTIVA Y CAMBIO SOCIAL
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quien ha lanzado el primer tuit. El hecho es que la red lo ha recogido, lo ha metabolizado, difundido y la propuesta (con
más o menos éxito de convocatoria) se ha llevado a cabo. Evidentemente, se puede hacer un rastreo de quién es el primer
emisor, pero una vez lanzado el mensaje comienzan a intervenir otras dinámicas mucho más interesantes, eso sí, para el
estudio de la acción colectiva desafiante. De alguna manera, podemos establecer que la evolución de los movimientos
sociales (y de buena parte de sus activistas-participantes) en los últimos años, al menos en el caso madrileño, transcurre
paralela a la evolución de las redes sociales y de las cibermultitudes: “como señalaba un hacktivista en la Puerta del Sol,
con el No a la Guerra aprendieron a salir a la calle. Con el 13-M de 2004 descubrieron la potencia del enjambre de nodos
en red. Con V de Vivienda confirmaron su capacidad de convocar a los demás. Y con el 15-M han demostrado su potencia
para autoconvocarse y recabar apoyos sin fronteras. Autonomía para desobedecer, movilizarse… extenderse" (Sampedro
y Sánchez Duarte 2011:).
Pero, ¿cómo se producen este tipo de auto-convocatorias, ¿cómo se produce el proceso, ¿acaso se necesita de algún
tipo de legitimación de la convocatoria, ¿cómo se provoca la agregación de voluntades individuales y colectivas al
llamamiento Dos parecen las hipótesis explicativas para poder entender las cuestiones referidas a la legitimación de la
protesta y a la capacidad de agregación que demuestran. De un lado, el origen “anónimo” de las convocatorias. Por otro
lado, la dificultad para colonizar/vampirizar la convocatoria por parte de organizaciones específicas. Las explicamos a
continuación en más detalle.
Un elemento básico para comprender la extensión de unas conovcatorias es que no tienen un origen ni definido ni
delimitado. La autoconvocatoria, por tanto, encuentra su origen en la legitimidad y también en el juego de credibilidadconfianza
que se otorga a cada emisor individual que participa en la cadena de mensajes-convocatoria. Como afirma
Zapata (2012:89), las redes generan “confianza y corresponsabilidad". Es a partir de esta confianza desde donde el reenvío
de mensajes convocando a una acción concreta tiene la capacidad de llegar a más gente y generar la necesaria
expectativa para convocar a un mínimo de participantes y, como veremos, superar el necesario "umbral de rebeldía".
El otro elemento, como señalábamos, hace referencia a la importancia de que la convocatoria inicial no parte de un grupo
definido o, al menos parcialmente, se mantiene anónima (Candón Mena, 2010:274). Este anonimato en las convocatorias
también provoca que su responsabilidad sea difícil de adjudicar y, por tanto, se cortocircuiten las posibilidades de
capitalizarlas por parte de grupos organizados con identidades definidas, lo que permite una agregación más amplia y
difusa a la propuesta de convocatoria. Así era, estrictamente, en el caso de las cibermultitudes convocadas por la telefonía
móvil -vía SMS- en las que, a veces nadie sabe cómo, ni cuándo ni de quién había partido la convocatoria. Con las
redes sociales es cierto que el escenario cambia parcialmente. Ya no hay un anonimato tan definido, ya que la cadena se
inicia a partir de un perfil, más o menos reconocible, de un individuo o de un colectivo. Pero lo que sí se mantiene es la
imposibilidad de apropiación de la convocatoria por parte de ningún colectivo estructurado.
Estos dos elementos combinados permiten una identificación de los potenciales participantes con una convocatoria abierta,
que se va definiendo en el proceso en una especie de work in progress y que, además, establece una red de relación entre
los activistas más horizontal y dinámica.
La intensificación de las prácticas de las cibermultitudes en los últimos meses está siendo vertiginosa. A ritmos acelerados
se imponen nuevas lógicas de la protesta que desbordan cualquier tipo de planteamiento estático. Así, la importancia de
las redes sociales en las revueltas árabes es tal vez el ejemplo más paradigmático. Por muy exagerada y ciberoptimista
que sea la visión respecto de las mismas, es innegable el papel que las redes han jugado en el inicio y desarrollo de
las protestas 4 . Pero la práctica de las cibermultitudes es diversa y está demostrando capacidad para ser catalizadora de
protestas sociales en diferentes contextos políticos. De la misma manera, está siendo utilizada para diferentes formas de
práctica de los movimientos. Así, en las revoluciones/revueltas árabes ha sido un instrumento básico en la apertura de
posibilidades de acciones disruptivas y como medio de denuncia de la represión. Y ha sido también un mecanismo que se
ha insertado, en el marco de los procesos democratizadores en marcha, dentro del campo antagonista de los desafiantes a
los regímenes dictatoriales. En otros casos, las cibermultitudes se han desplegado de forma reactiva y casi espasmódica,
como en el caso de las concentraciones frente a las sedes del PP durante la tarde y la noche del 13 de marzo de 2004. Por el
contrario, en el caso del movimiento por una Vivienda Digna el inicio del ciclo surgió desde las redes adoptando la forma
de cibermultitudes pero llegando a constituirse un movimiento social (VdeVivienda) con un carácter más estructurado
(Haro y Sampedro: 2011). Pero el uso intensivo de las redes y los dispositivos móviles también ha servido de conector e
instrumento en el desarrollo de revueltas “anómicas” y de las insurrecciones no organizadas del proletariado metropolitano
(banlieus en Francia, disturbios en el Reino Unido o protestas juveniles en Grecia).
Por tanto, podemos avanzar que el despliegue de las cibermultitudes no se circunscribe a un tipo de repertorio ni a unos
contextos políticos determinados. Ni tampoco a concretas estructuras sociales que determinarían su aparición. Por contra,
este “fenómeno” no es coyuntural o aislado, sino que parece adaptarse a distintas formas de protesta y contextos. Por
tanto, no sería arriesgado presentarlo ya como un nuevo paradigma sobre las morfologías que adopta la acción colectiva
contenciosa, más allá de que como veremos más adelante, las ciber-multitudes parecen estar desarrollándose más en
algunos contextos socio-políticos que en otros.
4 En Egipto y Túnez son varios grupos de facebook desde los que se convocan las primeras movilizaciones. En Egipto, de hecho, se produce una
intensificación de la protesta ante el “cierre” de facebook y de internet por parte de las autoridades. Como reconoce el bloguero Tarek Shalaby, la
importancia de “Youtube” fue fundamental para la intensificación e internacionalización de las protestas y para denunciar la represión de las dictaduras.
Ver vídeos en: http://www.youtube.com/watchv=-PjqRMMfiFs
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)