Libro de Actas final_2

GT 16 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN
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de reconocimiento que pequeños grupos donde relaciones de cara a cara prevalecen llegan a constituir comunidades de
mayor escala y un sentido de comunidad imaginada (Anderson, 1996).
Para Anderson la nación remite a la idea de una “fraternidad horizontal” originada a partir de una patria-madre (pater-mater);
es decir, la nación como comunidad de hermanos unidos por un vínculo común, una sensación única de camaradería. A
través de esta metáfora del parentesco se delimitan simbólicamente fronteras y espacios sociales mediante la legitimación
de límites y la autodeterminación colectiva; ahí es donde surge la soberanía como símbolo y objetivo de las comunidades
nacionales, la soberanía de una “familia” sobre las demás. La agrupación de personas en una comunidad es en gran
medida influenciada por la imaginación, en el sentido de que está fundada simbólicamente sobre ciertos sentimientos de
pertenencia. Por analogía, las formaciones nacionales contemporáneas han tenido origen en estas formaciones, aunque
más simples en escala pero no menos densas que las comunidades locales basadas en el parentesco o en la religión.
En nuestro caso, la idea de fraternidad horizontal y comunidad imaginada tratada por Anderson puede ser asociada tanto
a la embriogénesis del colectivo desde su identidad socio-religiosa como a lo que propiamente le da forma o estructura de
iglesia en cuanto comunidad. De acuerdo con el autor, en primer lugar, estas comunidades “deben ser identificadas no por
su falsedad o credibilidad, pero desde el estilo en que se imaginan”; y en segundo lugar, las naciones son imaginadas como
comunidades porque suelen ser concebidas a través de “profundas y horizontales relaciones de fraternidad” (Anderson,
1991:7). La metáfora del parentesco se cumple allí donde en el grupo de familias éstas se establecen o incluso se mantienen
unidas o reforzadas gracias a redes de cuidados y apoyos (compartiendo socialidades) de diversas naturaleza: social,
emocional, material, etc. De ahí que esta pequeña comunidad desarrolle su sentimiento de grupo en una escala micro
sin olvidar las intersecciones con otras escalas macro-sociológicas como la relación con el pasado africano y el mundo
cristiano. En los cultos, la relación construída con el pasado en origen se muestra más evidente por el rechazo a prácticas
religiosas africanas que por su rescate o recuerdo; pero es precisamente esta negación la que enmarca los preámbulos de
la idea de una comunidad en el presente.
Parece ser que lo que el pasado contiene de sagrado pasa al campo de lo profano y el presente se ve impregnado de la
búsqueda de una vida sagrada en vistas al futuro. Ese traspaso en la cronología de los trayectos migratorios orienta tanto
objetivos generales como individuales dentro del colectivo y surge en la HGMI una especie de simbiosis entre expectativas
y metas que alimentan la religiosidad. Dicha interrelación también está presente en las predicaciones de pastoras y pastores
que continuamente enlazan temas bíblicos con la cotidianidad de las personas creyentes. Los discursos promueven una
ética religiosa basándose en textos bíblicos, a la vez que ilustran historias personales de los predicadores o del público
que puedan servir de ejemplos prácticos. En medio a las anécdotas es donde encontramos la mención a pasados vividos
en otras creencias, pero a fortiori son simplemente sucesos vitales los que sirven como posturas revisadas o reformadas
por una conducta religiosa. El ideal de grupo se (re)configura poco a poco por medio de sentimientos de pertenencia,
idiosincrasias, religiosidad, fraternidad horizontal, memoria etnizada y trayectos migratorios teniendo lugares o espacios
seculares como puntos de inflexión. El templo sagrado no está dotado de una sacralidad intrínseca a su construcción
material sino que se crea a partir de las interacciones y socialidades compartidas. Los límites del edificio no sólo acogen
la comunidad de HGMI aislada del mundo profano y otros mundos sagrados, ya que asimismo ampara una parte de
una nación de hermanos y hermanas en Cristo así como brothas y sistas 4 de África. Es allí donde son correlacionadas
africanidad y cristiandad, nociones imaginadas que en los cultos potencian la interacción simbólica, temporal y espacial
entre los individuos de este grupo y otros individuos en distintas partes del mundo. En dicha interacción se concentra el
desafío a las fronteras y a la idea de comunidades plasmadas por formaciones nacionales.
El valor o calidad de nación atribuida a colectividades, como mencionaba Gellner, en tanto que organizadas por aparatos
burocráticos, políticos, históricos y geográficos se disuelve en un caldo de cultivo que compone la identidad socioreligiosa
del grupo. Ese caldo de cultivo desfragmenta conceptualizaciones estáticas de cultura, Estado-nación y etnia en
carácteres más o menos generalistas y fluidos como la “cristiandad” y la “africanidad”; o en el uso de la expresión blacks
como comunidad racial. Y es de un sentido de fraternidad y unidad que parece ser incondicional que florece la lealtad y
noción de pertenencia a un mundo sagrado (apátrida), independientemente de las fuerzas individuales, justificando los
lazos primordiales reforzados por sentimientos y emociones. A esto se suma que la difusión de las tecnologías y redes
sociales están permitiendo entablar asociaciones con otras formas simbólicas que mueven las comunidades imaginadas
cada vez más allá de las subjetividades hacia una interacción cognitiva entre individuos.
3.Diáspora y Trasnacionalismo: sobre la embriogénesis de un colectivo (trans)territorial
Las comunidades transnacionales se fundamentan en nuevas formas simbólicas instituidas a partir de simbologías glocales,
producen nuevos significados y relaciones distintas de los patrones simbólicos anteriores que identificaban y sobreponían
una frontera cultural a una frontera lingüística y nacional. En algunos casos, no solamente los límites del “encaje” cultura/
identidad/nación son superados sino que también son capaces de reducir la escala de comunidad imaginada, multisituada
y culturalmente diversa a la conformación de una determinada identidad socio-religiosa localizada. Aún que feligreses
y feligresas no conozcan a otros correligionarios que vivan en distintos lugares del mundo, las historias de diásporas,
4 Expresiones en “Broken english” (variación lingüística del inglés) comúnmente utilizadas en los cultos para designar la fraternidad en la comunidad
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)