Libro de Actas final_2

GT 19 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DEL CONSUMO
La complejidad del cuerpo congrega diversidad de aproximaciones de carácter filosófico, sociológico, científico, político,
ético, religioso, comunicativo y estético
El discurso biomédico tiene cierta preponderancia social ya que es uno de los que mejor aprendemos a lo largo y ancho
de nuestra escolaridad obligatoria. Sin embargo, hay otros mensajes que interiorizamos tal vez mejor que la anatomía
corporal o las prevenciones y precauciones que hay que tener para evitar problemas de salud, cuestión inundada también
de discurso político, y es la que nos llega a borbotones a través de los medios de comunicación y, por supuesto, a través
de la configuración comercial, inserta también en aquéllos, del entorno que nos rodea.
En la sociedad de consumo el cuerpo ostenta un estatus central que resulta un filón inagotable de ingresos precisamente
por lo complejo, misterioso e inquietante que resulta, porque contiene la paradoja de ser resistente y frágil, duro y
sensible, bello y feo, mismidad y cambio, ruta de la vida y camino hacia la muerte.El reconocimiento del cuerpo como
misterio pone de manifiesto que el cuerpo nos sitúa en lo concreto, en la perspectiva de la existencia, y que la vida consiste
en el discurso que mantenemos con el cuerpo y desde éste con el mundo a lo largo de la vida. La relación con el cuerpo
nunca se resuelve, nunca es definitiva porque en el misterio del propio cuerpo se encuentra el hecho de que está en un
proceso de cambio continuo, pero a pesar de esto nos permite construir una identidad sujeta, no pocas veces, a numerosos
vaivenes. Evidentemente, el lugar central del cuerpoen la actualidad se debe a que todo consumo pasa por el cuerpo, pero
la clave no es que el cuerpo sea un medio de consumo, sino que también es el fin del mismo, es decir, la aspiración de
consumo es (tu) propio cuerpo en tanto que aspiración.
Entonces, la relación entre el cuerpo y la sociedad de consumo no es un asunto anodino¿por qué algo se convierte en una
necesidad ¿Cómo se elaboran nuestras aspiraciones Sería simple pensar que la respuesta a estas preguntas se puede
contestar apelando a un modelo económico con gran poder de inculcación, detrás se encuentra un asunto metafísico como
es el propio cuerpo del que dicho modelo se ha apropiado con altas dosis de eficacia.
2. El cuerpo ¿Sujeto u objeto
La primera paradoja y posiblemente la que englobe todas las demás es relativa al estatus ontológico del cuerpo en la
sociedad de consumo. El cuerpo está en el límite entre sujeto y objeto porque es naturaleza y a la vez cultura.Nuestro
cuerpo, que es personal, nos hace sujetos, pero el hecho de ser sujeto implica la posibilidad de dejar de serlo que se
concreta desde el cuerpo. Esta ambigüedad existencialmente patente entre ser sujetos u objetos desde nuestro cuerpo se
manifiesta en la sociedad de consumo, donde la mayor afirmación del sujeto es convertirse en el objeto por excelencia.
Baudrillard ya nos advirtió que la sociedad de consumo nos intenta convencer continuamente del cuerpo que pareciera
ser la evidencia misma. Este convencimiento sería fácil de constatar en el lugar que el cuerpo ocupa en la publicidad, la
cultura de masas, la moda, el hecho de que el referente inmediato de los valores centrales de la sociedad actual: salud,
juventud, belleza remitan de manera tan directa al cuerpo (Baudrillard, 2009). Este último dato, referido a valores, apunta
a que el cuerpo cumple una función más ideológica y moral que puramente instrumental. Sin embargo esto no exime al
cuerpo de ser tratado como un instrumento en tanto que cuerpo objetivado.
Si nos remitimos al modo como Marcel aborda la corporalidad humana, en tanto que ser encarnado, podemos apreciar
que el cuerpo no es algo que tengo, sino quien soy, aunque no todo lo que soy. El cuerpo no es algo que tengo a modo de
un instrumento, pero es la posibilidad de todo tener. El objeto, lo que se tiene o puede tener, se puede problematizar con
legitimidad porque es algo externo a mi, cosa que no se puede hacer legítimamente con el sujeto. Situar el cuerpo en el
estatuto del tener supondría la aceptación del dualismo manifiesta coloquialmente en expresiones como “yo hago lo que
quiero con mi cuerpo”, como si el cuerpo no fuera contigo. En el fondo, este dualismo sutil es el que se ha escondido tras
algunos discursos de liberación del cuerpo a fines de los años 60, período en el que sin lugar a dudas se desarrolla una
preocupación social por el cuerpo ligada al feminismo, la revolución sexual, el body-art, etc. Pero, no termina de quedar
claro “en qué se convierte el hombre (¿su dueño) al que, sin embargo, le confiere su consistencia y su rostro” (Le Breton,
2002). ¿De quién se libera realmente el cuerpo
Inevitablemente el dualismo contemporáneo que tan bien señala Le Breton, nos desliza hacia la consideración del cuerpo
propio y el ajeno como un objeto. Son muchas las experiencias en las que el cuerpo es tratado por nosotros mismos y por
los otros en la frontera del objeto: La experiencia de vivir nuestro cuerpo como un utensilio de trabajo, como un accesorio
al que colocarle otros objetos, como un alter ego que hay que disciplinar con dietas, cuidados para tenerlo bajo control, o
el sentirnos utilizados por alguien desde el cuerpo para conseguir algún fin: placer, rendimiento, etc.
La pregunta acerca del supuesto tratamiento del cuerpo como sujeto u objeto en la sociedad actual no es fácil de resolver si
tenemos en cuenta que la mayor afirmación actual del sujeto es convertirse en el objeto por excelencia: “ser un consumidor
lleva probablemente a convertirse en un consumidor de sí, transmutando el yo en el máximo objeto, el artículo supremo”.
Y que “la persona aparece como el modelo central del consumismo maduro” (Verdú, 2005)haciendo entrar en escena la
categoría del personismo 3 .
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3 Esta da cuenta un nuevo producto “cultural” que desplaza al individualismo y sitúa en primer plano la relación persona a persona propia de la red. La
persona como nueva demanda comercial y objetivo de marketing que da lugar a un consumo de personas a imagen y semejanza de como consumimos
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)