Libro de Actas final_2

GT 19 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DEL CONSUMO
atrás, incluyendo la agresión medioambiental que supone. Normalmente, los neorrurales expresan argumentos que de
alguna forma, parecen justificar su comportamiento, como la necesidad de desplazarse a la ciudad para las compras y el
ocio, pues en los pueblos la oferta es muy limitada y los precios elevados. Pero el ocio urbano es la gran contradicción,
pues cine, espectáculos y otros lugares de diversión, así como los viajes –a los que también son muy aficionados-, todo
son manifestaciones de la industria cultural; de hecho algunas de las más acabadas expresiones de la sociedad de consumo
con la que pretenden cortar (Adorno & Horkheimer, 1994).
¿Cómo diferenciar en este ámbito de la vida cotidiana a los utópicos de los pragmáticos El núcleo es común para ambos
grupos: anteponen la satisfacción personal, el disfrute de la vida a los demás aspectos, se diría que son disfrutones,
hedonistas, buscan el placer o la gratificación de manera prioritaria en el conjunto de actividades de su vida. Muchos del
perfil utópico son extranjeros, lo que implica pertenecer a sociedades con una mayor tradición moderna –o si se quiere,
postmoderna- de individualización en las decisiones, estando preparados desde muy jóvenes para independizarse y tomar
rumbos alternativos a los más clásicos o convencionales, exactamente como los que estamos comenzando a ver hoy con
naturalidad en los jóvenes españoles. Para los pragmáticos es más bien salir de un entorno urbano que les resulta opresor,
ya se exprese en los ritmos de trabajo o de traslados. Algunos utópicos tienen como principio o planteamiento de fondo
otro tipo de vida, para ellos y también para todos.
Ahora estamos en condiciones de entender mejor las diferencias entre unos y otros: para unos la nueva ruralidad es más
bien un objetivo, mientras que para otros es una oportunidad. Los pragmáticos quieren hacer realidad un sueño, mientras
otros piensan que pueden vivir el sueño.
6. Conclusiones: Jean Baudrillard y la autenticidad
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Forma parte del acervo de la sociología la idea de que la sociedad sufre una progresiva estructuración desde el nacimiento
de la modernidad, como plantearon Weber o Freud, autor sobre el que Baudrillard se apoyará con frecuencia. Las
aportaciones de Baudrillard han sido consideradas habitualmente en el ámbito de los bienes de consumo –en su primera
fase- y de la cultura de la postmodernidad –en la segunda etapa de nuestro autor-, pero siempre giran en torno al mundo
de los signos, porque así desarrolló su teoría. Con todo, nuestro estudio de la primera obra de Baudrillard se muestra
que parte de una perspectiva estructural para acabar elaborando no sólo una teoría de los objetos, sino sobre todo, de
la vida cotidiana, pues “hombre y técnica, necesidades y objetos, se estructuran recíprocamente para bien y para mal”
(p.142): en el contexto moderno, el ser humano se ha vuelto funcional para el sistema, en un nuevo tipo de relación social,
caracterizada por el retraso moral frente al desarrollo técnico; el ser humano se ha convertido bien en una pieza más
del engranaje técnico-productivo (p.49), bien en mero espectador de su propio poderío (p.62), mientras se somete a las
exigencias del mismo. Y como consecuencia de la nueva forma de articular los distintos elementos y relaciones entre las
personas y la sociedad –tras la euforia mecánica, la angustia y la indiferencia forzada-, resulta que “el objeto de consumo
es de tal manera, muy precisamente, aquello en lo cual el proyecto se resigna” (p.228).
La estructuración del mundo y de las personas afecta a todos: como dice el propio Baudrillard, “no tenemos siquiera la
posibilidad de no elegir […]. De grado o por la fuerza, la libertad de elegir que tenemos nos obliga a entrar en el sistema
cultural” (p.159) ¿Cómo interpretar entonces el caso de los neorrurales Al fin y al cabo, se desenvuelven en esa misma
sociedad y el nuevo modo de estar en el mundo afecta a todos por igual, y en ellos encontramos también algunas de estas
contradicciones, pues ¿hasta qué punto no son también creadores de ambientes y hombres de colocación Se aproximan
al autor francés en la actitud crítica con la sociedad de consumo, pero ellos mismos no advierten en sí mismos una de las
críticas, pues es evidente que el verdadero modelo no es la naturaleza, sino la idea de naturaleza, que genera la idea de
autenticidad. (p.35).
¿Es razonable pensar que llevan un grado más allá la personalización característica de la abundancia (Riesman, 1965)
Al fin y al cabo, se trata de encontrar los objetos y productos, la gama, el acomodo ideal para cada persona. Baudrillard
considera este tipo de diferenciación meramente marginal: “la noción de personalización es algo más que un argumento
publicitario: es un concepto ideológico fundamental en una sociedad que, al personalizar los objetos y las creencias,
aspira a integrar mejor a las personas” (p.160). Los neorrurales están en este caso del mismo lado que nuestro autor,
porque –en nuestra opinión- plantean no meramente un estilo de vida alternativo sino vivir conforme a un verdadero modo
de vida diferente 9 , al menos en grados diferentes.
Parafraseando a Baudrillard, los neorrurales no se resignan: su decisión de trasladarse al entorno rural implica una ruptura
vital con trabajos, ambientes y personas, en pos de una autenticidad que les niega la sociedad de consumo y la vida
urbana. Esta ruptura –a veces más o menos problemática- supone el inicio otra vida o tipo de vida alrededor de un
proyecto personal, para tratar de sacar adelante sus sueños: será precisamente cierta dimensión o grado de ese proyecto
el que suponga un mayor o menor distanciamiento con los distintos elementos que configuran la sociedad moderna, y
establecerá un grado de variación interna entre los propios neorrurales, el que nos ha permitido distinguir entre utópicos
y pragmáticos.
9 Aunque hay que reconocer que sus planteamientos no llegan a los extremos de las primeras generaciones hippies o de los colectivos estudiados por
Cattaneo (2006), que pretenden una fundamentación completamente diferente de la vida social.
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)