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Libro de Actas final_2

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GT 13 GRUPO DE TRABAJO DE SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN<br />

122<br />

capital escolar y cultural incorporado por el joven como venía sucediendo hasta hace poco, en un contexto meritocrático.<br />

Para este autor, las trayectorias juveniles ya no resultan funcionales porque no <strong>de</strong>sempeñan la función <strong>de</strong> programar la<br />

futura inserción adulta. Se pone en cuestión lo que Merton llamaba socialización anticipada: las prácticas <strong>de</strong>sarrolladas<br />

en la trayectoria juvenil predisponían para la futura emancipación, la cual se preveía fuera igual o superior que la <strong>de</strong> los<br />

progenitores. Afirma que las trayectorias ya no programan el futuro, sino el presente. Aña<strong>de</strong> que la falta <strong>de</strong> una cierta<br />

estabilidad presente y futura, provoca serias dificulta<strong>de</strong>s a que los jóvenes <strong>de</strong>finan unos objetivos a medio-largo plazo, y<br />

por lo tanto, una estrategia, lo cual también <strong>de</strong>bilita las transiciones y los trayectos.<br />

Por otro lado, otros autores como Casal et al. (2006); Casal et al. (2011) y, Dávila y Ghiardo (2011) cuestionan en cierta<br />

medida ese proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>senclasamiento que apunta Gil Calvo, y señalan que aunque actualmente quizá sea más débil<br />

que en épocas anteriores, los itinerarios y las trayectorias juveniles tiene un vínculo con la estructura social, por lo que no<br />

son in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> las clases sociales, ni <strong>de</strong>l género y/o la etnia.<br />

Estos autores, los cuales se basan esencialmente en aportaciones <strong>de</strong> Bourdieu (1988, 1997), afirman que las trayectorias<br />

<strong>de</strong> cada individuo se trazan en un espacio social concreto, conformado por el volumen <strong>de</strong> capital económico y capital<br />

cultural relativo en el marco <strong>de</strong> la estructura social. Aña<strong>de</strong>n que las diferencias <strong>de</strong> posición entre individuos así como la<br />

generación <strong>de</strong> diferencias entre grupos sociales radican especialmente en la composición <strong>de</strong> estos dos tipos <strong>de</strong> capital. La<br />

configuración <strong>de</strong> un tipo concreto <strong>de</strong> estos capitales produce relaciones <strong>de</strong> cercanía y/o lejanía con respecto a otros tipos,<br />

en términos <strong>de</strong> acceso a recursos, bienes, prácticas, gustos….; en <strong>de</strong>finitiva, a lo que Bourdieu <strong>de</strong>nomina habitus. De<br />

hecho, <strong>de</strong>finen ese espacio social como un espacio <strong>de</strong> relaciones así como una matriz <strong>de</strong> probabilida<strong>de</strong>s, que a diferencia<br />

<strong>de</strong> la tesis que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> Gil Calvo (2009) no sólo tiene efectos en el presente, sino que también permite prever en cierta<br />

medida procesos, ten<strong>de</strong>ncias e itinerarios futuros.<br />

El trabajo <strong>de</strong> investigación que se presenta en esta comunicación sintetiza elementos <strong>de</strong> ambas posturas, ya que por un<br />

lado, coincidimos en la premisa <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> que los trayectos no pue<strong>de</strong>n auto<strong>de</strong>terminarse por motivos <strong>de</strong> clase; y por<br />

lado, compartimos el hecho <strong>de</strong> que los trayectos juveniles se <strong>de</strong>sarrollan en un espacio social concreto, condicionado por su<br />

posición relativa en la estructura social. Así mismo, partimos <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> que los trayectos juveniles se circunscriben en un<br />

contexto social específico, conformado tanto por el marco <strong>de</strong> los regímenes <strong>de</strong> bienestar social nacionales así como locales<br />

(Esping-An<strong>de</strong>rsen, 2000; Andreotti et al, 2011) que sustentan las políticas sociales (empleo, educación, juventud, etc.).<br />

A<strong>de</strong>más, esta investigación también es permeable a las aportaciones <strong>de</strong> trabajos recientes (Nilan y Feixa, 2006; Beck<br />

y Beck-Gernsheim, 2008) que señalan la influencia emergente <strong>de</strong> los estilos <strong>de</strong> vida y pautas <strong>de</strong> conducta (i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s<br />

culturales según Nilan y Feixa, 2006) sobre la construcción <strong>de</strong> los trayectos juveniles. Estos trabajos así como el presente<br />

se hacen eco <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia actual, la cual argumenta que la i<strong>de</strong>ntidad personal <strong>de</strong> los jóvenes así como la configuración<br />

<strong>de</strong> sus trayectos juveniles, y por tanto transiciones y trayectorias, ya no se realiza exclusivamente en función <strong>de</strong>l capital<br />

familiar, el capital escolar y la carrera laboral, sino que también lo hace y cada vez más en función <strong>de</strong>l consumo diferencial<br />

<strong>de</strong> ciertos estilos <strong>de</strong> vida.<br />

Nilan y Feixa (2006) y Hamilton (2006) apuntan que esta transición <strong>de</strong>l principal eje configurador <strong>de</strong> los trayectos juveniles<br />

que suponía el trabajo a las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s culturales, pue<strong>de</strong> explicarse por la sustitución <strong>de</strong>l capitalismo productivo, centrado<br />

en el trabajo y que da lugar a la estratificación por clases sociales, por el capitalismo consumista, centrado en el ocio y el<br />

cual favorece la estratificación por estilos <strong>de</strong> vida. Aún así coinci<strong>de</strong>n en señalar las acreditaciones escolares no sólo como<br />

un mecanismo tradicional <strong>de</strong> reproducción <strong>de</strong>l capital dominante, sino también como un mecanismo actual <strong>de</strong> fuerte peso<br />

en la distribución <strong>de</strong> los trayectos juveniles en la estructura social.<br />

Por todos estos argumentos expuestos hasta el momento es por lo que en esta comunicación se consi<strong>de</strong>ra la escuela, a través<br />

<strong>de</strong> las acreditaciones basadas en el rendimiento escolar, como eje tradicional vigente para la construcción <strong>de</strong> los trayectos<br />

juveniles; y como mecanismos emergentes: el uso <strong>de</strong>l tiempo libre y <strong>de</strong>l espacio público <strong>de</strong>l barrio y <strong>de</strong> la ciudad.<br />

Escuela<br />

La escolaridad en general, y las acreditaciones escolares resultado <strong>de</strong>l rendimiento escolar, en particular son factores<br />

que tradicionalmente han tenido un importante peso en la distribución <strong>de</strong> las posiciones sociales así mecanismos <strong>de</strong><br />

reproducción social (Bourdieu, 1993).<br />

Aunque en la actualidad sea con menor fuerza que en el pasado, <strong>de</strong>bido a la <strong>de</strong>valuación <strong>de</strong> las acreditaciones académicas<br />

y la sobre cualificación, las títulos y certificados son un criterio básico para la regulación <strong>de</strong> los puestos <strong>de</strong> trabajo 2 . Por<br />

ello, el binomio educación-trabajo es constantes en los trabajos sobre juventud, y un eje “interpretador” <strong>de</strong> transiciones<br />

y trayectorias juveniles a compren<strong>de</strong>r. Pero ahora bien, las cre<strong>de</strong>nciales académicas también son importantes si las<br />

analizamos en clave <strong>de</strong> trayectos juvenil, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva presente, ya que éstas pue<strong>de</strong>n ser interpretadas<br />

a través <strong>de</strong>l rendimiento escolar. Dicho <strong>de</strong> otro modo, el rendimiento escolar (aprobar, suspen<strong>de</strong>r, abandonar, repetir<br />

2 De hecho, una ten<strong>de</strong>ncia sostenida incluso durante el vigente periodo <strong>de</strong> crisis económica, es la elevada tasa <strong>de</strong> paro entre aquellos jóvenes sin<br />

estudios o con un bajo nivel <strong>de</strong> instrucción. Según la EPA, en el primer trimestre <strong>de</strong> 2012 en España, la tasa <strong>de</strong> paro entre los jóvenes (16-24 años) con<br />

estudios básicos era <strong>de</strong>l 58,8%, frente al 49,5% para aquellos con estudios medios, y el 37% con estudios superiores.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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