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Libro de Actas final_2

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GT 19 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DEL CONSUMO<br />

768<br />

La diferencia entre el cuerpo sujeto y el cuerpo objeto nos remite nuevamente al límite que existe entre la naturaleza y<br />

la cultura, y por tanto al lugar <strong>de</strong> la moral. El tratamiento <strong>de</strong>l cuerpo como objeto permite cualquier tipo <strong>de</strong> tratamiento,<br />

el tratamiento <strong>de</strong>l cuerpo como sujeto nos remite a tratar el cuerpo como fin en sí mismo y no como medio, o al menos,<br />

pue<strong>de</strong> ser tratado en ocasiones como medio, pero consi<strong>de</strong>rándolo como fin en última instancia, en tanto que es cuerpo<br />

personal.Esta pue<strong>de</strong> ser la paradoja que nos plantea el <strong>de</strong>seo y esta es la aporía sexual para Kant precisamente, que cuando<br />

<strong>de</strong>seamos no <strong>de</strong>seamos a la persona sino el cuerpo <strong>de</strong>l otro, y la cuestión está en cómo podría ser la sexualidad moralmente<br />

aceptable, puesto que cuenta con el lado oscuro <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r instrumentalizar al otro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su cuerpo y gozar por el mero<br />

hecho <strong>de</strong> hacerlo así(Comte-Sponville, 2012). El cuerpo marca un punto <strong>de</strong> tensión precisamente por la posibilidad <strong>de</strong> ser<br />

instrumentalizado, objetivado, porque se sitúa en el límite entre sujeto y objeto.<br />

Para enten<strong>de</strong>r un poco mejor el estatus <strong>de</strong>l cuerpo en la sociedad <strong>de</strong> consumo cabe introducir entonces la nueva categoría <strong>de</strong>l<br />

sobjeto tal como la conceptualiza Vicente Verdú. Se trata <strong>de</strong> una suerte <strong>de</strong> hibridación entre el sujeto y el objeto que apunta<br />

a la subjetividad <strong>de</strong>l objeto y la objetividad <strong>de</strong>l sujeto. Actualmente los objetos han pasado a tener un sentido más simbólico<br />

que práctico, han sido personalizados, han entrado a formar parte <strong>de</strong> nuestra i<strong>de</strong>ntidad, han pasado a ser referentes sensibles,<br />

casi con características similares a nuestro cuerpo.Pensemos por ejemplo en la fiebre que hay respecto a la <strong>de</strong>coración.<br />

Los objetos <strong>de</strong>ben ser cuidadosamente elegidos y dispuestos en las casas para que éstas resulten no sólo confortables,<br />

ni funcionales, sino estéticamente congruentes con la personalidad y el estilo que tiene uno mismo. Así, en una <strong>de</strong> estas<br />

revistas <strong>de</strong>dicadas a la <strong>de</strong>coración aparece como temática <strong>de</strong> un artículo los consejos <strong>de</strong> varios diseñadores <strong>de</strong> renombre<br />

internacional sobre cómo lograr el dormitorio i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> acuerdo a las ten<strong>de</strong>ncias más prepon<strong>de</strong>rantes <strong>de</strong>l momento.<br />

¿Qué habrá <strong>de</strong> ser un dormitorio i<strong>de</strong>al Nos po<strong>de</strong>mos preguntar nosotros. Lo cierto es que el mobiliario y su disposición<br />

requieren un cuidado riguroso, personal, sensitivo, sensible, lleno <strong>de</strong> imaginación, etc. Esta personalización <strong>de</strong>l objeto,<br />

que respon<strong>de</strong> en gran medida a planteamientos muy planificados por el marketing no se pue<strong>de</strong> concebir como el único<br />

modo, ni el modo por excelencia <strong>de</strong> relacionarnos con los objetos. Esta relación es una <strong>de</strong> las problemáticas centrales<br />

<strong>de</strong>l mundo mo<strong>de</strong>rno. En un sentido los objetos pue<strong>de</strong>n ser habitables y transitables por las personas, pero no se trata<br />

<strong>de</strong> mera <strong>de</strong>coración o <strong>de</strong> un asunto <strong>de</strong> propiedad. La i<strong>de</strong>a tiene que ver con el hecho <strong>de</strong> que los objetos y los sujetos nos<br />

constituimos conjuntamente. La relación con los objetos da cuenta <strong>de</strong>l trato que nos damos a nosotros mismos, <strong>de</strong>l modo<br />

en que tratamos al mundo, apunta haciala sensibilidad, la creatividad. Gabilondo (2012) señala que se trata <strong>de</strong> saber<br />

escuchar el lenguaje <strong>de</strong> los objetos que son un referente temporal y espacial para nosotros. Pero esto no se pue<strong>de</strong> confundir<br />

con la aspiración al dormitorio i<strong>de</strong>al según los diseñadores, ni a una planificación comercial o una estética planificada <strong>de</strong>l<br />

mundo <strong>de</strong> los objetos, con poco espacio para el azar, la espontaneidad. La i<strong>de</strong>a fuerza es que configuramos un conjunto<br />

con los objetos, pero no porque éstos estén <strong>de</strong> moda, o alcancen estéticas admirables, sino porque se han convertido en un<br />

referente vital, sean viejos, nuevos, feos, bellos, vinculados a un ser querido, a un momento especial, a algo anecdótico,<br />

etc. porque configuran un sentido en relación con las personas en cuestión 4 . Es más, los objetos forman parte <strong>de</strong>l conjunto<br />

en el que circulan nuestros <strong>de</strong>seos.<br />

No se trata <strong>de</strong> que la <strong>de</strong>coración sea <strong>de</strong>salmada, frívola necesariamente, pero no agota el significado <strong>de</strong> la relación con los<br />

objetos y sin embargo, se ha convertido en todo un referente <strong>de</strong> esta posible relación. Tal vez pudiéramos pensar con más<br />

claridad la diferencia que se preten<strong>de</strong> señalar si nos planteamos por qué una obra <strong>de</strong> arte no pue<strong>de</strong> ser confundida con un<br />

objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>coración, aunque pueda tener este uso, sin que rebajemos su significado y su estatus.<br />

Por citar otro ejemplo, una <strong>de</strong> las brillantes campañas publicitarias <strong>de</strong> Apple Thinkdifferent, con un enorme sencillez pero<br />

una fuerza contun<strong>de</strong>nte, sin mostrar más que al <strong>final</strong> el logo <strong>de</strong> sus productos nos habla <strong>de</strong> la genialidad, la valentía <strong>de</strong><br />

gran<strong>de</strong>s referentes <strong>de</strong> la humanidad y cómo empujaron un poco más allá los límites <strong>de</strong> la propia humanidad. Consumir un<br />

aparato <strong>de</strong> Apple es apostar por estos valores. Por ello dice el autor:<br />

“Ningún objeto, en fin, que se precie <strong>de</strong> contemporáneo es sólo objeto. Hermès o Merce<strong>de</strong>s Benz han cuidado el sonido<br />

<strong>de</strong>l cierre <strong>de</strong> sus bolsos o sus coches como indicio <strong>de</strong> que poseen vida interior, vida elegante y exclusiva”. (Verdú, 2005).<br />

Los objetos adquieren cada vez más las características <strong>de</strong> la carne, <strong>de</strong>l cuerpo encarnado, remitiendo a los sentidos,<br />

provocándonos sensaciones estimulantes, y el cuerpo personal tien<strong>de</strong> por otro lado a parecerse a un objeto, tal vez el<br />

más bello <strong>de</strong> todos, como dijo Baudrillard. En estos contornos difusos cabría situar la tesis <strong>de</strong> la socióloga C. Hakim<br />

respecto al capital erótico 5 . Éste está soportado por el cuerpo, en su apariencia y sus diversas manifestaciones. ¿Cuáles<br />

son los componentes <strong>de</strong> esta forma <strong>de</strong> capital Belleza, centrada en el atractivo facial. Atractivo sexual, centrado en el<br />

cuerpo, y relacionadocon la personalidad y el estilo, tiene que ver con la forma <strong>de</strong> moverse, hablar, y resulta más difícil <strong>de</strong><br />

captar fotográficamente que la belleza facial. Gracia, encanto, don <strong>de</strong> gentes. Presentación social, cuidado <strong>de</strong> la imagen,<br />

accesorios. Aptitu<strong>de</strong>s sociales.Vitalidad, buena forma física, humor y, por último, sexualidad, referida a la competencia<br />

y energía sexuales, imaginación erótica, espíritu lúdico. Este es el único elemento que sólo aparece vinculado a la vida<br />

privada, el resto se mueven entre lo público y lo privado.<br />

los objetos.<br />

4 Esta i<strong>de</strong>a queda bellamente expuesta por Ángel Gabilondo en el relato “Mi habitación” en Contigo.<br />

5 Si bien el concepto <strong>de</strong>l capital erótico cuenta con algunos antece<strong>de</strong>ntes como el capital cultural <strong>de</strong> Bourdieu, o el estudio <strong>de</strong> M. Pagès-Delon sobre<br />

las apariencias como forma <strong>de</strong> capital, el punto diferencial según Hakim estriba en que el capital erótico no forma parte <strong>de</strong>l capital vinculado a las<br />

ventajas <strong>de</strong> clase (tal como suce<strong>de</strong> con Bourdieu) y las élites no lo pue<strong>de</strong>n monopolizar.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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