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Libro de Actas final_2

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GT 16 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN<br />

548<br />

mo<strong>de</strong>rno. Lo que convierte al pluralismo en una <strong>de</strong> las características sociológicamente más importantes <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad<br />

se <strong>de</strong>be a que ese concepto se mezcla con la emergencia y el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> socieda<strong>de</strong>s altamente diferenciadas. El<br />

pluralismo tiene lugar en estas socieda<strong>de</strong>s tanto a nivel <strong>de</strong> transformación socio–estructural como <strong>de</strong> variación substancial<br />

<strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> conciencia individual (Palacios Gómez, 1991: 254) 8 .<br />

La pérdida <strong>de</strong>l monopolio cognoscitivo social y <strong>de</strong>l dominio <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> conciencia, que la esfera <strong>de</strong> la religión<br />

Cristiana mantuvo como cuerpo <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong>finidor <strong>de</strong>l ser y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber ser a lo largo <strong>de</strong> la Edad Media, se produjo<br />

como consecuencia no sólo <strong>de</strong>l pluralismo, sino también <strong>de</strong> otro proceso <strong>de</strong> conocimiento previo: la secularización 9 .<br />

Ese proceso reseñado partiría <strong>de</strong> la Reforma Protestante y, entre sus consecuencias, se produciría una progresiva crisis <strong>de</strong><br />

plausibilidad <strong>de</strong>l propio mo<strong>de</strong>lo religioso medieval para explicar en sentido total <strong>de</strong> los individuos y <strong>de</strong>l mundo en unas<br />

socieda<strong>de</strong>s cada vez más heterogéneas y con cuerpos <strong>de</strong> conocimiento alternativos. Esa fractura redundará en los sistemas<br />

<strong>de</strong> valores y las reservas <strong>de</strong> sentido que, siguiendo la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> Berger y Luckmann (2002: 61), <strong>de</strong>jarán <strong>de</strong> ser<br />

patrimonio común <strong>de</strong> todos los miembros <strong>de</strong> la sociedad. En ese sentido, ese proceso <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización provocaría un<br />

salto cuantitativo tanto en la pluralización como en la individuación Berger y Luckmann, 2002: 80).<br />

Concretamente, ese salto en la individuación le conferirá un renovado e importante nivel <strong>de</strong> credibilidad a la i<strong>de</strong>a<br />

renacentista <strong>de</strong>l yo auténtico. Según Berger (1993: 126-127), esa primera noción mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong>l yo se basa en el proto–<br />

individualismo <strong>de</strong> la tradición bíblica en el que, como expresa Berger (1993: 116), Abraham, Pablo, Sócrates o el propio<br />

Ulises se consi<strong>de</strong>rarían ejemplos relacionados. Es un yo entendido como búsqueda y exaltación <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> amarre<br />

frente al pluralismo mo<strong>de</strong>rno, que implica que el individuo crece en un mundo en el que no existen valores comunes que<br />

<strong>de</strong>terminen el sentido y la acción en las distintas esferas <strong>de</strong> la vida y en el que tampoco existe una realidad única e idéntica<br />

para todos, pero en el que la existencia se convierte en un proyecto, más exactamente una serie <strong>de</strong> proyectos, conectados<br />

con una progresiva ampliación <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> elección (Berger, 1993: 117) 10 .<br />

En el tiempo que trascurre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Renacimiento hasta el siglo XVIII prevalecerá la concepción <strong>de</strong> ese yo autentico, en<br />

medio <strong>de</strong> un clímax <strong>de</strong> tensión interior, búsquedas y materializaciones don<strong>de</strong>, por un lado, el cartesianismo radicalizaría<br />

la noción <strong>de</strong>l yo como entidad solitaria y don<strong>de</strong> la invención <strong>de</strong> la imprenta abriría las compuertas no sólo a la Reforma<br />

Protestante, también a la difusión <strong>de</strong> otros saberes, aunque no habría que olvidar que la Reforma se produce en un<br />

momento <strong>de</strong> la fase temprana <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad en el que los sistemas globales <strong>de</strong> interpretación compartidos ya se<br />

encontraban <strong>de</strong>bilitados 11 . Sobre ese trasfondo, la diferenciación mo<strong>de</strong>rna, no el pluralismo o la secularización, estimulará<br />

la emergencia <strong>de</strong>l yo escindido, el que engloba y caracteriza el proceso mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> individuación, y <strong>de</strong>l que yo autentico<br />

no será sino un primer tipo.<br />

A menudo, sin embargo, sin tener muy presente las consecuencias <strong>de</strong>l intenso entrelazamiento <strong>de</strong> los procesos y <strong>de</strong>sarrollos<br />

que constituyen la génesis y transformaciones <strong>de</strong>l tiempo mo<strong>de</strong>rno, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintas sensibilida<strong>de</strong>s teóricas, la visión<br />

que predomina es la sugestiva i<strong>de</strong>a, aunque incompleta, <strong>de</strong> un individuo entendido como un sujeto aislado, fruto <strong>de</strong> la<br />

ambivalente mo<strong>de</strong>rnidad. Es <strong>de</strong>cir, se trata <strong>de</strong> una noción <strong>de</strong> yo <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> segurida<strong>de</strong>s, consecuencia <strong>de</strong> un tiempo<br />

en el que las creencias compartidas se han <strong>de</strong>svanecido y los límites sociales –las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s, los grupos sociales, las<br />

socieda<strong>de</strong>s– se han disuelto en un todo sin bor<strong>de</strong>s ni límites (Ribes Leiva, 2010: 167).<br />

Esa generalizada pérdida <strong>de</strong> la seguridad ontológica, que <strong>de</strong>scribirá Gid<strong>de</strong>ns (1999; 2003), y que proyectará en su i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong>l yo reflexivo (Gid<strong>de</strong>ns, 2003), se ajustaría a la perspectiva <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong>sarraigado por el proceso mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong><br />

individuación y por la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> las creencias compartidas, <strong>de</strong> las tradiciones y <strong>de</strong> las segurida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo, que<br />

conducen inexorablemente a la emergencia <strong>de</strong> un individuo, extremadamente individualizado, cuya condición trágica es<br />

el aislamiento, la <strong>de</strong>solación interior y la insatisfacción permanente 12 .<br />

8 Siguiendo a Beriain y Sánchez <strong>de</strong> la Yncera (2010: 8), el pluralismo mo<strong>de</strong>rno estaría estrechamente vinculado a la propia reflexividad <strong>de</strong>l programa<br />

mo<strong>de</strong>rno, que no sólo se hizo patente en la apertura <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> diversas interpretaciones <strong>de</strong>l núcleo <strong>de</strong> las visiones trascen<strong>de</strong>ntes y <strong>de</strong> las<br />

concepciones ontológicas básicas, sino también por el propio cuestionamiento <strong>de</strong>l carácter pre–dado <strong>de</strong> tales visiones y <strong>de</strong> los correspondientes patrones<br />

institucionales <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> ellas. La mo<strong>de</strong>rnidad <strong>de</strong>spertó la conciencia <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> múltiples visiones que, a<strong>de</strong>más, podían ser, <strong>de</strong> hecho,<br />

contestadas y falsadas.<br />

9 Es importante señalar que secularización también es un término polisémico que conviene repensar y analizar <strong>de</strong>tenidamente, como mantiene<br />

Pérez–Agote (2010: 309). Entre sus diversas significaciones, la secularización a la que estaría aludiéndose contiene dos usos: por un lado, aquella que se<br />

entien<strong>de</strong> como transposición (conocimiento, pautas <strong>de</strong> comportamiento y disposiciones institucionales que se consi<strong>de</strong>raban basadas en el po<strong>de</strong>r divino<br />

son transformados en fenómenos <strong>de</strong>bidos a la creación y responsabilidad simplemente humana). Por otro, aquella que entien<strong>de</strong> la secularización como<br />

el proceso <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> una sociedad tradicional por el cual va transformándose en mo<strong>de</strong>rna.<br />

10 Lipovetsky (2000) <strong>de</strong>scribe <strong>de</strong> manera sugerente cómo, a <strong>final</strong>es <strong>de</strong>l siglo XIV, se produce la emergencia <strong>de</strong>l fenómeno mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la moda,<br />

inseparable <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> individuación y <strong>de</strong>l reconocimiento, exaltación, búsqueda y expresión <strong>de</strong> ese yo autentico, que se prodigará <strong>de</strong> manera<br />

novedosa a partir <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong>l retrato Renacentista o con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l estilo epistolar, momento en el que irrumpe <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>liberada el uso escrito<br />

<strong>de</strong>l pronombre yo.<br />

11 Zenón, el sombrío y excepcional personaje que crea Marguerite Yourcenar en Opus Nigrum muestra las convulsiones, peligros, amenazas,<br />

problemas religiosos y <strong>de</strong>más rigores propios <strong>de</strong> ese periodo incierto y en clara transición, entre un tiempo que se agota (el mundo medieval) y otro<br />

que emerge progresivamente (la mo<strong>de</strong>rnidad). Zenón <strong>de</strong>scribe la trayectoria <strong>de</strong> un nuevo espíritu escindido, cuya vida transcurre en la realidad <strong>de</strong> un<br />

mundo todavía medieval en muchos sentidos pero que, en su proceso <strong>de</strong> liberación y en la afirmación <strong>de</strong> su autenticidad pertenece ya a la mo<strong>de</strong>rnidad.<br />

12 La perspectiva problematizada <strong>de</strong>l individualismo en el contexto occi<strong>de</strong>ntal entronca con la tradición socrática, momento a partir <strong>de</strong>l cual el<br />

hombre, como entidad singular, a la vez que como representante <strong>de</strong> todos los seres humanos, es ese ser que no sólo tiene problemas, sino que él mismo<br />

es el problema, convirtiéndose esa agitación interna <strong>de</strong>l espíritu en condición trágica y en uno <strong>de</strong> los ejes centrales <strong>de</strong> nuestra cultura (Julián Marías,<br />

2000; Ferrater Mora, 1983).<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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