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Libro de Actas final_2

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GT 20 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE MOVIMIENTOS SOCIALES, ACCIÓN COLECTIVA Y CAMBIO SOCIAL<br />

En este sentido, el <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong>l movimiento 15-M en el Estado español ha supuesto, entre otras muchas<br />

cosas, una inflexión en algunos <strong>de</strong> los paradigmas clásicos <strong>de</strong> la movilización social a partir, principamente, <strong>de</strong> la<br />

disponibilidad masiva <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s sociales como dispositivos para organizar la protesta. De hecho, según Haro Barba y<br />

Sampedro (2011), el “movimiento” 15M “ha recogido la herencia <strong>de</strong> sus prece<strong>de</strong>ntes y ha sabido combinar sus estrategias<br />

<strong>de</strong> acción en los escenarios online y offline, lo que ha fortalecido e impulsado a las multitu<strong>de</strong>s. Hasta el momento, es<br />

el máximo paradigma <strong>de</strong> movimiento social generado a través <strong>de</strong> una convocatoria anónima <strong>de</strong> multitu<strong>de</strong>s a través <strong>de</strong><br />

las TIC”.Formas similares <strong>de</strong> movilización han tenido lugar en el marco <strong>de</strong> la “primavera árabe” y <strong>de</strong> los movimientos<br />

Occupy (Caren y Gaby: 2011). Esto está motivando un amplio <strong>de</strong>bate entre los investigadores centrados en la acción<br />

colectiva sobre cómo proce<strong>de</strong>r al estudio <strong>de</strong> estos fenómenos y qué tipo <strong>de</strong> metodología y paradigmas emplear para ello<br />

(Skinner: 2011). Y es que el impacto <strong>de</strong> Internet sobre las formas <strong>de</strong> movilización social es indudable. En conjunto, los<br />

diversos tipos <strong>de</strong> activismo digital suponen un reto para las teorías clásicas <strong>de</strong> movimientos sociales. Des<strong>de</strong> la implicación<br />

en cuanto a la reducción <strong>de</strong> costes <strong>de</strong> participación que implican las formas <strong>de</strong> activismo online (Bennet y Fielding, 1999;<br />

2<br />

Earl y Kimport 2011) hasta la refutación por parte <strong>de</strong> Lupia y Sin (2003) <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Olson (1965) <strong>de</strong> que los grupos<br />

pequeños son más exitosos que los gran<strong>de</strong>s en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la acción colectiva.<br />

Sin embargo, <strong>de</strong> los muchos aspectos sobre los que los estudios <strong>de</strong> movimientos sociales <strong>de</strong>berían aten<strong>de</strong>r, en este<br />

artículo nos centraremos en las formas <strong>de</strong> convocatoria virtuales, más o menos espontáneas, y que no requieren <strong>de</strong><br />

una <strong>de</strong>liberación previa o <strong>de</strong> la convocatoria por parte <strong>de</strong> un actor reconocido. Este tipo <strong>de</strong> convocatorias “anónimas”,<br />

virtuales y generalmente reactivas suponen un reto epistemológico para las teorías <strong>de</strong> acción colectiva, especialmente<br />

para aquellas instaladas en el marco <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> movilización <strong>de</strong> recursos (TMR) (McCarthy y Zald, 1979). Como<br />

analizaremos, este tipo <strong>de</strong> convocatorias no es una práctica fácilmente universalizable ya que su <strong>de</strong>spliegue y <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> también <strong>de</strong> las oportunida<strong>de</strong>s ofrecidas por el contexto político, así como por el tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>nsidad asociativa y <strong>de</strong><br />

re<strong>de</strong>s sociales (físicas) en el que preten<strong>de</strong> insertarse.<br />

2. Las ciber-multitu<strong>de</strong>s: conectados a la red, ocupando el espacio urbano<br />

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<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su irrupción en la escena pública en la jornada pre-electoral <strong>de</strong>l 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2004 (Sampedro; 2005), las cibermultitu<strong>de</strong>s<br />

(mediated crowd) se han convertido en un nuevo sujeto volátil, flexible, disperso, con una gran capacidad <strong>de</strong><br />

agregación y <strong>de</strong> activarse sin necesidad <strong>de</strong> disponer <strong>de</strong> un centro <strong>de</strong> mando centralizado. Como señala <strong>de</strong> nuevo Sampedro,<br />

los términos <strong>de</strong> multitu<strong>de</strong>s on line y cibermultitu<strong>de</strong>s nos indican que éstas "se gestan en la red, pero que toman físicamente<br />

los espacios públicos.” Es <strong>de</strong>cir, no son estrictamente movimientos que se originan y se <strong>de</strong>sarrollan exclusivamente en la<br />

red. Esto <strong>de</strong>scarta, en la práctica, todas aquellas iniciativas que no van más allá <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> internet y la red (peticiones<br />

on-line, re-envío <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> mails o tuits, hacktivismo, etc). Las ciber-multitu<strong>de</strong>s, en cambio, son la auto-convocatoria<br />

(abierta, difusa y proliferante) <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong> protesta que, iniciadas en la red, dan el “salto” al espacio físico con una clara<br />

voluntad contenciosa y <strong>de</strong>safiante contra las autorida<strong>de</strong>s. No se trata, por tanto, <strong>de</strong> movimientos que permanecen en la<br />

esfera <strong>de</strong> la red en todas las fases <strong>de</strong>l movimiento. No son tampoco un mo<strong>de</strong>lo específico <strong>de</strong> ciber-activismo. Son, en todo<br />

caso, una hibridación entre lo virtual y lo real, transitando entre la red y la calles/plazas. Las cibermultitu<strong>de</strong>s difuminan<br />

la separación cada vez más artifical entre lo analógico y lo dialógico. En este sentido, tal y como sentencian Sampedro y<br />

Sánchez Duarte (2011) “la diferencia entre on-line y off-line ha perdido (parte <strong>de</strong>) sentido”. Así, en las nuevas formas <strong>de</strong><br />

movilización social “surgen y se consolidan prácticas híbridas que rompen la división tradicional (ahora caduca) <strong>de</strong> lo<br />

“real” y lo “virtual””.<br />

Pero ¿qué son y cómo se <strong>de</strong>spliegan estas cibermultitu<strong>de</strong>s que inva<strong>de</strong>n el espacio físico-urbano y el <strong>de</strong> la red. Algunos<br />

autores, como Rheingold (2004) se han referido a ellas como “multitu<strong>de</strong>s inteligentes” mientras que otros, como De<br />

Ugarte (2007:38), han optado por nombrar a este “fenómeno” como “ciberturbas” 3 <strong>de</strong>finiéndolas como “la culminación<br />

en la movilización en la calle <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> discusión social llevado a cabo por medios electrónicos <strong>de</strong> comunicación<br />

y publicación personales en el que se rompe la división entre ciberactivistas y movilizados.” Como se pue<strong>de</strong> observar, en<br />

esta misma <strong>de</strong>finición encontramos los dos elementos constituyentes <strong>de</strong> las ciber-multitu<strong>de</strong>s: la gestación <strong>de</strong> la protesta en<br />

el entorno <strong>de</strong> las herramientas tecnopolíticas y, por otro lado, su objetivo <strong>de</strong> tener expresión en el espacio físico-urbano.<br />

Tal y como muestra Baker (2011), el ejemplo <strong>de</strong> los riots ingleses en el verano <strong>de</strong> 2011 muestra este doble proceso <strong>de</strong><br />

ocupar el espacio público geográfico y virtual a través <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong> una movilización reflexiva y emocional <strong>de</strong> las<br />

multitu<strong>de</strong>s que surge <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s sociales.<br />

Para el propio De Ugarte (2007) (citado en Fulleda: 2012), el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las ciber-multitu<strong>de</strong>s se caracterizaría por los<br />

siguientes elementos:<br />

a) Suele <strong>de</strong>rivarse <strong>de</strong> una reacción. Son reactivas. Normalmente por hechos traumáticos mal gestionados por las autorida<strong>de</strong>s<br />

(Francia 2005, Inglaterra 2011).<br />

2 Para una primera revisión <strong>de</strong> los posibles impactos <strong>de</strong>l nuevo entorno comunicativo sobre las teorías clásicas <strong>de</strong> acción colectiva se pue<strong>de</strong> consultar<br />

el artículo <strong>de</strong> Bimber, Flanagin y Stohl (2005).<br />

3 En este trabajo optamos, en sintonía con Aguilar (2001) y Fulleda (2012), por el uso <strong>de</strong>l término ciber-multitu<strong>de</strong>s ya que nos parece que no tiene una<br />

carga valorativa como pue<strong>de</strong> ocurrir con el <strong>de</strong> ciberturba. A<strong>de</strong>más, creemos que el término “multitud” también sirve como conexión con el concepto<br />

manejado por, entre oros, Negri y Hardt (2004) para referirse a un nuevo sujeto político antagonista producto <strong>de</strong> la postmo<strong>de</strong>rnidad.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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