Libro de Actas final_2

GT 19 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DEL CONSUMO
Este capital está implicado en los procesos sociales y económicos. Según la autora las personas con esta forma de capital
obtienen más éxito social, personal y laboral, pero en concreto, los hombres obtienen más beneficio económico que
las mujeres en relación a este capital, aunque sea mayor en las mujeres. Hakim nos propone la ruptura de la tradicional
identificación de la mujer con su cuerpo, para proponer otra. En la tradicional, asociada a una cultura patriarcal, se
presupone que la mujer es su cuerpo, y que es un deber para la mujer la belleza, el cuidado de la apariencia, de manera que
así el cuerpo y sus elementos no tienen un valor añadido, es algo que se cuenta que debe poseer, por el hecho de ser mujer.
Y en gran medida este capital está al servicio del hombre. La socióloga cree encontrar la clave para dar este giro definitivo
y es a través de lo que denomina déficit sexual masculinoy el menor deseo sexual de la mujer. Este déficit apunta a una
concepción claramente biologicista del hombre y su cuerpo, que resulta, como poco, discutible. El mayor deseo sexual del
hombre, y el menor de la mujer, concede ese valor añadido al capital erótico femenino, aun cuando desde determinadas
políticas del deseo se haya planteado la similitud entre deseo femenino y masculino. Sin embargo, según la autora, esto no
se quiere reconocer, ni por las feministas radicales, ni por todos aquellos hombres aferrados al poder que ostentan. Pero,
para ella, esto constituye hacerle un flaco favor a la mujer, y pese a las conquistas sociales, laborales, etc. realizadas a lo
largo del siglo XX, el reclamo de ciertas conquistas femeninas actuales se encuentra en un punto muerto, mientras no se
tenga en cuenta el potencial de este factor.El reconocimiento de este capital no implica una anulación del capital humano
para la mujer, sino un complemento según Hakim.
La tesis apunta a que en una sociedad centrada en el conocimiento yde carácter multicultural, las características de esta
forma de capital adquieren relevancia porque hay reclamo de aptitudes y conocimientos, y además, en una sociedadque
sitúa en un lugar preferente el cuerpo (con toda la oscuridad que rodea a esta preferencia), éste no sólo puede, sino que
debe ser utilizado como búsqueda de éxito personal, social y profesional.
“Los valores capitalistas meritocráticos del mundo occidental nos invitan a admirar a las personas que explotan su capital
humano en su provecho. Yo no encuentro ni una sola razón para no admirar también a las personas que explotan su capital
erótico en todo lo que vale”. (Hakim, 2012)
Desde mi punto de vista, la sugerente y provocadora tesis de Hakim, en la que a cualquiera le sería fácil reconocer algo de
cierto y que no resulta tan fácil de rebatir, plantea una nueva forma de identificación de la mujer con el cuerpo, (no tanto
un reconocimiento de que la persona es su cuerpo), en este caso, no para beneficio del hombre, sino de la propia mujer,
que enturbia las polémicas de fondo que nos plantea la relación con el cuerpo, a hombres y mujeres, y sigue manteniendo
una postura dualista en su interior. La polémica no está centrada tanto en la cuestión de la discriminación entre las propias
mujeres, que puede suponer laboralmente hablando, porque como ella misma argumenta, siempre existen formas de
discriminación o de selección asociadas a potencialidades que las personas tienen, véase conocimientos, aptitudes, etc.,
sino la asimilación del cuerpo, y en este caso el de la mujer, a un instrumento de éxito, bien sea privado, público o ambas
cosas, y las consecuencias que esto puede plantear. En nombre del éxito, entonces, se abre la puerta a cualquier forma de
tratamiento y modificación del cuerpo que creamos pueda procurar atractivo (de hecho, esto es lo que está sucediendo),
también a todo un mercado de habilidades sociales, etc. que suelen reducir la gestualidad corporal a poses sociales sin
ideas de fondo, y que cualquiera parece poder ofrecer. Esta vía hace que se difumine la línea entre lo éticamente aceptable
o no, para el cuerpo.El dilema que plantea no es asociado a un escándalo puritano sobre el cuerpo, sino la objetivación
del cuerpo con mayúsculas y la connivencia de éste con el modelo económico actual. Ahora bien, este planteamiento
no hace más que confirmar la polémica moral asociada al cuerpo y su sexualidad. Como contraargumento se me podría
indicar, tal como lo hace la misma autora, que nadie cuestionaría el uso de la inteligencia como vía de éxito, o de la altura,
¿por qué hacerlo entonces con el cuerpo y sus encantos Es cierto que el cuerpo no nos es indiferente bajo ninguna de
sus apariencias, porque es el modo más inmediato del ser de alguien, lo primero que nos encontramos del otro, pero el
cuerpo no es sólo, ni tan siquiera algo de lo que nos servimos para…, sino quienes somos. Es cierto que la autora vincula
también esta forma de capital con determinadas profesiones que implican una visibilidad de la persona y una relación
con otras personas. Sin embargo, es algo inevitable y que da la razón a Hakim y a la vez la cuestiona que, efectivamente,
hay una tendencia social a percibir el cuerpo como una inversión, bien sea para el trabajo, la vida privada, la seducción,
o la autoestima, y desde el momento en que aceptamos esto, hemos aceptado también toda una industria del cuerpo con
el fin de mejorarlo y hacerlo más aceptable, esto es, el cuerpo parece ganar en valor mercantil y perder en calado moral.
La ideología actual de modificación del cuerpo tiene mucho que ver con esta idea. Podríamos hablar de un imperativo en
este sentido que nos hace tratarlo como un accesorio en esta sociedad de consumo. Pero esta circunstancia nos remite a
un problema o paradoja que tiene a su vez su propia autonomía.
769
3. La doble lectura del estar ocupados en el cuerpo
Hay distintos autores que han dado cuenta de que la atención tan especial que hoy día dedicamos al cuerpo, la preocupación
que éste nos genera es un reflejo de la relación problemática que tenemos con él. Parece que no habría posible liberación
del cuerpo mientras se de una preocupación tan obsesiva por el mismo. Se trata de un análisis similar al que Pascal
Bruckner hace de la felicidad como imperativo. O como planteaBaumande la mano de Michael Rustin cuando se pregunta
si es necesariamente más feliz una sociedad por el hecho de estar obsesionada con la felicidad. Pues de la misma manera
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)