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Libro de Actas final_2

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GT 24 GRUPO DE SOCIOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y DEL LENGUAJE<br />

LA FUNCIÓN SOCIAL DEL IMAGINARIO DISTÓPICO<br />

Javier Barraycoa Martínez 1<br />

Resumen<br />

Mitos y logos parecen dos conceptos opuestos. Sin embargo, el mundo griego nunca creyó que fueran contradictorios.<br />

El mito tiene unas funciones pedagógicas y racionales. Por eso, el mito pue<strong>de</strong> ser estudiado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> los<br />

imaginarios sociales. Los imaginarios sociales cumplen unas <strong>de</strong>terminadas funciones. Estas funciones se manifiestan<br />

claramente en la literatura distópica. En esta ponencia exponemos el pánico y el terror como formas <strong>de</strong> pedagogía<br />

colectiva. Igualmente son instrumentos <strong>de</strong> prospectiva social y comprensión <strong>de</strong> lo colectivo.<br />

Palabras clave: narratividad, distopía, mito, imaginario, posmo<strong>de</strong>rnidad.<br />

1. Triunfo y fracaso <strong>de</strong> la utopía<br />

1132<br />

La literatura sobre el mundo utópico es ingente, pero las interpretaciones que han llegado al común <strong>de</strong> los mortales es<br />

parte <strong>de</strong> un imaginario que muchas veces no se correspon<strong>de</strong> con el texto. Utopía <strong>de</strong> Thomas Moro, por ejemplo, se nos<br />

ha presentado como un mundo i<strong>de</strong>al soñado por el humanista, pero todo apunta a que el autor quiso criticar ese mundo<br />

imposible, más que alabarlo 2 . O por ejemplo, Jonathan Swift, relatando el tercer viaje <strong>de</strong> Lemuel Gulliver a la Isla <strong>de</strong><br />

Laputa (1726) presenta un contrapunto a New Atlantis <strong>de</strong> Bacon (1626). Swift nos dibuja a los científicos como vanidosos<br />

tontos, carentes <strong>de</strong> sentido común y que llevan a la sociedad a su <strong>de</strong>strucción.<br />

También nos hemos configurado la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los mundos utópicos son propuestas <strong>de</strong> libertad social <strong>de</strong> la que carecían<br />

las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los autores <strong>de</strong> estos escritos. Pero difícilmente podríamos sobrevivir en esos diseños sociales fantásticos.<br />

Ciertamente, el protagonista <strong>de</strong> Utopía, Rafael Hytlo<strong>de</strong>o (cuyo apellido se traduciría como “charla vana”) propone,<br />

<strong>de</strong>scribiendo esa sociedad, que “estoy persuadido <strong>de</strong> que es cosa equitativa y justa distribuir los bienes y que no se<br />

asegura la felicidad humana sin la abolición <strong>de</strong> la propiedad”. Este comunismo es peculiar, pues en la misma isla las<br />

familias tienen esclavos a los que se encargan “los trabajos sucios o pesados”. Respecto al gobernante, el Príncipe es<br />

vitalicio y se sospecha <strong>de</strong> él que pue<strong>de</strong> convertirse en tirano. También en Utopía se contempla la pena <strong>de</strong> muerte y las<br />

mujeres están obligadas a tener entre diez y dieciséis hijos. Ello conlleva un exceso <strong>de</strong> población que permite ejercer el<br />

imperialismo sobre otras islas y los salvajes que las habitan. Los crímenes son castigados con la esclavitud. Los hombres<br />

y las mujeres practican el arte militar. Muchos utópicos ante la evangelización <strong>de</strong> Hytlo<strong>de</strong>o, se bautizaron. Otros, fieles a<br />

su religión natural, mantienen el celibato y se abstienen <strong>de</strong> placeres. A los jóvenes que tienen relaciones sexuales antes <strong>de</strong>l<br />

matrimonio, se les prohibirá para siempre casarse ya que hay que impedir a los jóvenes “vagar fornicando a su arbitrio”.<br />

El matrimonio es para toda la vida (salvo caso <strong>de</strong> adulterio). Cabe <strong>de</strong>stacar, aparte <strong>de</strong> que pocos contemporáneos nuestros<br />

se irían a vivir a esta “isla i<strong>de</strong>al”, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta proto-utopía ya se perfila la importancia que se le dará al control <strong>de</strong> la<br />

reproducción. Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la República <strong>de</strong> Platón, que tanto influyó en la utopías renacentistas, se consi<strong>de</strong>ró en este género<br />

literario la importancia <strong>de</strong> un control sexual y <strong>de</strong>mográfico 3 . En el siglo XX, como analizaremos posteriormente, las<br />

distopías frecuentemente se centrarán en esta dimensión <strong>de</strong> la vida social 4 .<br />

La Ciudad <strong>de</strong>l Sol <strong>de</strong> Tommaso Campanella, otra clásica utopía publicada en 1623, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser también un mundo<br />

insoportable. Se propone la obligatoriedad <strong>de</strong> vestirse igual y cambiar los vestidos al ritmo <strong>de</strong> las estaciones. La regulación<br />

<strong>de</strong> la sexualidad es muy estricta. Sólo a aquellos que no pue<strong>de</strong>n abstenerse antes <strong>de</strong>l matrimonio, les <strong>de</strong>jan tener relaciones<br />

con mujeres estériles y preñadas, para que no practiquen la sodomía. Ésta es fuertemente castigada y a los infractores,<br />

la primera vez, se les obliga a llevar un zapato atado al cuello, para <strong>de</strong>notar que han hecho algo con los pies y no con la<br />

cabeza 5 . A los reinci<strong>de</strong>ntes se les con<strong>de</strong>na a muerte. Los maestros dirigen la sexualidad para que sea proporcionada y sana.<br />

1 Javier Barraycoa Martínez. Universitat Abat Oliba CEU. jbarrayc@uao.es<br />

2 En griego el prefijo “u” no existe. Por tanto podría asociarse a dos prefijos muy parecidos “eu” , lo mejor, y a “ou” que es una negación. Se ha<br />

interpretado que Moro quiso aludir a los dos: “lo mejor no existe”.<br />

3 Fuera <strong>de</strong> la literatura utópica las teorías <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> nacimiento no aparecen prácticamente hasta el Ensayo sobre el principio <strong>de</strong> población <strong>de</strong><br />

Malhus (1798) y el darwinismo social <strong>de</strong>sarrollado a lo largo <strong>de</strong>l siglo XIX. O bien, en siglos anteriores fue un tema consi<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tratados <strong>de</strong><br />

moral o una mera práctica más o menos escondida socialmente. Para un análisis <strong>de</strong>l histórico <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> nacimientos, cfr.. Sauvy, A. et al. (1972).<br />

Historia <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> nacimientos. Barcelona: Península<br />

4 Para uno <strong>de</strong> los estudios más completos sobre la literatura utópica, hasta la llegada <strong>de</strong> las distopías cf. Manuel F. et al. (1984). El pensamiento<br />

utópico en el mundo occi<strong>de</strong>ntal, 3 vol. Madrid: Taurus.<br />

5 Hay que reconocer que hasta la llegada <strong>de</strong> las distopías, ciertos castigos y métodos disciplinarios <strong>de</strong>sbordan imaginación. El propio Owen en su<br />

“utopía real”, New Lanark, impuso el siguiente castigo llamado “telégrafo”: se trataba <strong>de</strong> un marco <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra pintado cada lado <strong>de</strong> un color diferente.<br />

Cada color representaba o bien malo, mediocre, bueno o excelente. Cada día se asignaba a los trabajadores un color en función <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong>l<br />

día anterior y se hacía visible ante sus compañeros con el dichoso marco.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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