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Libro de Actas final_2

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GT 20 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE MOVIMIENTOS SOCIALES, ACCIÓN COLECTIVA Y CAMBIO SOCIAL<br />

2. Del antiguo régimen al nuevo or<strong>de</strong>n social: la sociedad <strong>de</strong> mercado<br />

924<br />

La gran transformación 7 <strong>de</strong>l sistema social que dio lugar a la sociedad <strong>de</strong> mercado se inicia con la caída <strong>de</strong>l Antiguo<br />

Régimen, <strong>de</strong>bido fundamentalmente al proceso <strong>de</strong> industrialización en los países occi<strong>de</strong>ntales a lo largo <strong>de</strong>l siglo XVIII y<br />

XIX. Fue un hecho histórico sin prece<strong>de</strong>ntes y revolucionó toda la concepción anterior sobre la naturaleza, el papel social<br />

<strong>de</strong> la religión, la ciencia, política, economía..., dando lugar a un nuevo or<strong>de</strong>n social que se inscribe en la lógica <strong>de</strong>l nuevo<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> producción, el capitalista. En estos momentos se produce un gran éxodo rural a las ciuda<strong>de</strong>s protagonizado<br />

por los nuevos hombres “libres”- liberados <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> vasallaje propia <strong>de</strong>l Antiguo Régimen - que acudirán a ellas<br />

en busca <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong>bido a los gran<strong>de</strong>s cambios sociales producidos en el medio rural (<strong>de</strong>samortización <strong>de</strong> las tierras 8 )<br />

y al nuevo “Contrato Social”, 9 por el cual serán contratados como mano <strong>de</strong> obra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l recién inaugurado mo<strong>de</strong>lo<br />

económico, político y social, que se instaura con el ascenso <strong>de</strong> la clase burguesa en todas las esferas sociales.<br />

Así es como <strong>de</strong>bido a estos cambios sociales se constituyó una clase proletaria industrial y urbana en esta nueva sociedad,<br />

cuyo eje articulador fue el trabajo, aunque paradójicamente no se tuvo en cuenta las condiciones <strong>de</strong> vida y trabajo <strong>de</strong><br />

la clase trabajadora (Aizpuru y Rivera 1994, Bilbao, 2000, Prieto 2000). De hecho según aumentaba el proceso <strong>de</strong><br />

industrialización estas condiciones iban <strong>de</strong>teriorándose (el jornal apenas reproducía la fuerza <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> aquellos<br />

obreros que tenían el “privilegio” <strong>de</strong> trabajar) y el Estado no intervenía en la esfera económica dado que la i<strong>de</strong>ología<br />

dominante, en el plano político, era el liberalismo y en la esfera económica el individualismo económico, que sostenían<br />

que había que <strong>de</strong>jar hacer a las fuerzas <strong>de</strong>l mercado, dado que la intervención estatal enturbiaría las relaciones sociales<br />

<strong>de</strong> producción, las cuales <strong>de</strong>bían regirse exclusivamente por el mecanismo <strong>de</strong> la oferta y la <strong>de</strong>manda, que estipularía,<br />

también, el precio <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> obra. De esta forma los obreros eran consi<strong>de</strong>rados una mercancía más y sustituidos, sino<br />

aceptaban las difíciles condiciones <strong>de</strong> trabajo, gracias a la existencia <strong>de</strong> un gran paro estructural 10 . Las clases dominantes<br />

entendían que la única base legítima para regular los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> empresarios y trabajadores era el contrato <strong>de</strong><br />

trabajo, regulado por el <strong>de</strong>recho civil. Des<strong>de</strong> esta perspectiva <strong>de</strong>fendían relaciones contractuales individualizadas entre<br />

patrón y obrero, basadas en los principios liberales que instauró la mo<strong>de</strong>rnidad y que preconizó la Revolución francesa<br />

y la Ilustración: libertad, igualdad y fraternidad. Principios en los que el <strong>de</strong>recho civil básico era el <strong>de</strong>recho al trabajo<br />

y la inviolabilidad <strong>de</strong> la propiedad privada, así como la libertad <strong>de</strong> todo hombre para establecer contratos “libres” con<br />

otros hombres, todos ellos supuestamente iguales ante la ley, la cual sancionaría la obstrucción <strong>de</strong>l libre ejercicio <strong>de</strong><br />

estos <strong>de</strong>rechos. Sin embargo, al no existir la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos políticos y sociales el ejercicio <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos civiles estaba seriamente limitado para los obreros. Por lo tanto, los principios ilustrados en los que se basaba el<br />

individualismo económico protegían los intereses <strong>de</strong> una clase social en ascenso, la burguesía, aunque trataban <strong>de</strong> hacerse<br />

pasar por el Interés General, como estrategia <strong>de</strong> legitimación social <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r que ejercía, y para ello utilizaba la lógica<br />

propia <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad: el método científico, recurriendo a conceptos como “neutralidad”, “objetividad”, y la i<strong>de</strong>ología<br />

meritocrática, que trataba <strong>de</strong> explicar -en términos <strong>de</strong>l individualismo metodológico- la <strong>de</strong>sigualdad social existente.<br />

Prieto (2000) consi<strong>de</strong>ra que las socieda<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>rnas se las <strong>de</strong>nominó <strong>de</strong> trabajo o <strong>de</strong> mercado - en contraposición a lo<br />

que posteriormente se <strong>de</strong>nominara la sociedad salarial- porque las categorías sociales que utilizamos son construcciones<br />

contingentes que respon<strong>de</strong>n a <strong>de</strong>cisiones políticas, y en este caso estaba en sintonía con “el proyecto político liberal”, y <strong>de</strong><br />

esta forma el pensamiento Ilustrado fue el encargado <strong>de</strong> configurar este nuevo or<strong>de</strong>n social li<strong>de</strong>rado por la burguesía “un<br />

sistema <strong>de</strong> clasificación, or<strong>de</strong>nación y <strong>de</strong> valoración <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s y sujetos radicalmente distinto, (...) Y es aquí don<strong>de</strong><br />

aparece una nueva clasificación y valoración <strong>de</strong>l trabajo: porque la actividad que llevan a cabo los individuos para<br />

relacionarse con otros y conformar así el or<strong>de</strong>n social no será otra que el TRABAJO; pero ahora ya no será la actividad<br />

<strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong> la sociedad, sino <strong>de</strong> todos sus miembros, <strong>de</strong> todos sus individuos. Quién no trabaja en<br />

principio no existe: la sociedad no es otra cosa que trabajo social dividido (cita a Durkheim) (…) la actividad anterior<br />

<strong>de</strong> las clases privilegiadas y la <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s señores y el clero, pier<strong>de</strong> el lugar privilegiado que había ocupado y lo hace<br />

precisamente porque no es trabajo y <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado, por lo tanto, como socialmente útil 11 ” (Prieto, 2000). En<br />

este sentido “la construcción <strong>de</strong> una sociedad <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong> trabajadores fue ante todo la repuesta política a la cuestión<br />

social que arrastraban las socieda<strong>de</strong>s europeas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVI y que no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> agudizarse en los siglos XVII y XVIII”<br />

7 Ver la obra <strong>de</strong> Karl Polanyi (2001)<br />

8 Proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>samortización <strong>de</strong> las tierras, abolición <strong>de</strong> las tierras comunales y <strong>de</strong> “propios” que da paso a la privatización <strong>de</strong> tierra, cuando los<br />

liberales en 1830 establecieron el pleno <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l propietario a cercar, explotar, ven<strong>de</strong>r, arrendar….las tierras, y el Estado <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> intervenir en el<br />

precio <strong>de</strong> los arrendamientos, los jornales y los productos agrícolas, quedando su precio fijado por las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mercado. Aunque la nobleza no<br />

perdió su base económica – la gran propiedad- que seguía explotando gracias a una mano <strong>de</strong> obra muy barata que se multiplicó por la imposibilidad <strong>de</strong><br />

muchos pequeños arrendatarios <strong>de</strong> mantener las explotaciones y la imposibilidad <strong>de</strong> comprar tierras o <strong>de</strong> usar las comunales.<br />

9 El movimiento feminista en el siglo XIX comienza a conformarse, en un principio al lado <strong>de</strong>l movimiento que promueve la extensión <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos civiles a toda la población adulta (mujeres, negros) y más tar<strong>de</strong>, luchara por el <strong>de</strong>recho al sufragio universal. Denunciarán que el nuevo<br />

contrato social es concebido por y para los varones, excluyendo <strong>de</strong> él a la mitad <strong>de</strong> la población que es <strong>de</strong> sexo femenino, no por razones biológicas- que<br />

preten<strong>de</strong>rán también justificarlas en base a la ciencia- sino por razones <strong>de</strong> género. Las mujeres <strong>de</strong>nunciarán, junto a la clase trabajadora- feminismo<br />

socialista-, que los principios que la Ilustración consi<strong>de</strong>ra universales, no se cumple para la mayoría <strong>de</strong> la población y por lo tanto, “<strong>de</strong>senmascararán”<br />

la i<strong>de</strong>ología sexista - entre otras cosas- que se oculta tras conceptos como“ neutralidad” “objetividad”“ realidad”, que preten<strong>de</strong> legitimar socialmente<br />

el status <strong>de</strong> los varones blancos <strong>de</strong> clase media.<br />

10 Un gran “ejército” <strong>de</strong> reserva en el sentido planteado por Karl Marx<br />

11 Esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la utilidad y centralidad <strong>de</strong>l trabajo en las socieda<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>rnas es la base tanto <strong>de</strong>l liberalismo económico, planteado por Adam Smith<br />

en “la investigación sobre la naturaleza y las causas <strong>de</strong> la riqueza <strong>de</strong> las naciones” y el utilitarismo <strong>de</strong> Mills, así como en su lado opuesto por las teorías<br />

<strong>de</strong>l socialismo científico iniciado por Marx y Engels, que consi<strong>de</strong>raban que la fuente <strong>de</strong> la riqueza era el trabajo producido por los obreros.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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