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Libro de Actas final_2

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GT 13 GRUPO DE TRABAJO DE SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN<br />

Al igual que en aquella Francia y Alemania alto medievales, que nos relata Elias (2010), en las que la humanidad estaba<br />

dando pasos hacia la Mo<strong>de</strong>rnidad, seguimos amparándonos en bajo el paraguas <strong>de</strong> la cultura Occi<strong>de</strong>ntal continuamos<br />

llevando a cabo opacas “convivencias” y connivencias que suponen transformaciones <strong>de</strong> nuestras formas vitales nada<br />

<strong>de</strong>spreciables.En aquellos días medievales la civilizada Francia progresaba en el refinamiento <strong>de</strong> sus manifestaciones<br />

<strong>de</strong> buen gusto a través <strong>de</strong>l invento <strong>de</strong> otras formas <strong>de</strong> dominación que sustituyeran a la violencia física que todavía<br />

predominaba en la ruda y guerrera Alemania que se entretenía <strong>de</strong>fendiendo su esencia cultural, no exenta <strong>de</strong> complejos<br />

ante la <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> los brillos, maquillajes y perfumes <strong>de</strong> la corte <strong>de</strong> su vecina Francia.<br />

Elias, nos <strong>de</strong>ja como herencia intelectual una especie <strong>de</strong> retrato robot <strong>de</strong> la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong> la cultura patriarcal, en<br />

la que, seguramente sin conciencia <strong>de</strong> ello, el autor ha servido <strong>de</strong> médium para darnos a conocer y enten<strong>de</strong>r un poco más<br />

<strong>de</strong> la sustancia <strong>de</strong> esta dominación jerárquica y segregadora que tiene enquistada en sus entrañas nuestra cultura, ya sea<br />

sin o con “civilización” o sea, maquillaje.<br />

Resultan muy clarificadoras las sutilezas recogidas, tan sólo <strong>de</strong> barniz, que recubre la esencia <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> dominación<br />

que fluyen en el meollo <strong>de</strong> nuestra cultura. Todos aquellos elaborados encuentros entorno a las comidas y el lenguaje<br />

empleado sobre distintos temas <strong>de</strong> conversación, que mantenían como ritos iniciáticos los cortesanos en su irremediable<br />

proceso <strong>de</strong> inclusión <strong>de</strong> la burguesía en su élite. Derivaba éste <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> sus mutuas necesida<strong>de</strong>s: económicas<br />

por parte <strong>de</strong> los cortesanos y <strong>de</strong> ascenso clasista por parte <strong>de</strong> la burguesía. El mismo Nietzsche en Más allá <strong>de</strong>l bien y<br />

<strong>de</strong>l mal (párrafo 101) informa que los cortesanos <strong>de</strong> la época se jactaban <strong>de</strong> ser gente holgazana. Rechazaban hasta tal<br />

punto el trabajo que “…el lenguaje <strong>de</strong>l cortesano,… carece <strong>de</strong> especialización y …, en las conversaciones sobre asuntos<br />

científicos, elimina todas las expresiones técnicas[sin embargo] más cómodas, porque recuerdan a la especialización…<br />

[y]… todo aquello que <strong>de</strong>lata al especialista resulta ser una mácula <strong>de</strong> estilo en los países <strong>de</strong> cultura cortesana…”.Por<br />

aquel entonces, las distancias <strong>de</strong> sangre noble se marcan a través <strong>de</strong> estándares <strong>de</strong> clase social mediante sensiblerías que<br />

preten<strong>de</strong>n confundir a las sensibilida<strong>de</strong>s con conversaciones <strong>de</strong> tal hondura que profundizan en argumentos <strong>de</strong> corrección<br />

lingüística <strong>de</strong> si un cadáver es un muerto, un fallecido, un difunto o un <strong>de</strong>scanso en paz.<br />

El eviterno proceso <strong>de</strong> civilización no se entien<strong>de</strong> como unidireccional y sí como en constante re-construcción. Conlleva<br />

a cambios específicos en los sentimientos <strong>de</strong> vergüenza y <strong>de</strong> los escrúpulos que acaban alterando los límites <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sagrado<br />

y <strong>de</strong>l miedo <strong>de</strong> una sociedad diferentes elementos <strong>de</strong> relación social como la sexualidad, la comida, el dormir, la<br />

<strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z, etc. Por tanto, la <strong>de</strong>scripción sociogenética <strong>de</strong> los miedos humanos se torna en una secuenciación <strong>de</strong> cambios<br />

psicogenéticos <strong>de</strong> los individuos que se <strong>de</strong>muestran a través <strong>de</strong> la digestión <strong>de</strong> sus costumbres, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> sus hábitos o<br />

“maneras <strong>de</strong> vivir”.<br />

Entonces, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los distintivos gustos, las vergüenzas y los miedos irrumpen abruptamente como sustancia psíquica<br />

principal <strong>de</strong> los cambios sociales. Tal vez el miedo y su dominación puedan ser las variables principales en la Historia <strong>de</strong><br />

las socieda<strong>de</strong>s. Incluso podríamos llegar a pensar que la humanidad ha invertido muchos esfuerzos por mitigar, o <strong>de</strong>spistar<br />

estos miedos, por ejemplo los infantiles, con mayor o menor acierto. Más a<strong>de</strong>lante retomaremos este tema <strong>de</strong>l reflejo <strong>de</strong>l<br />

miedo, que en <strong>de</strong>finitiva está formando pareja con la pru<strong>de</strong>ncia. Así se ponen a salvo a algunas especies animales <strong>de</strong> sus<br />

posibles <strong>de</strong>predadores, al menos en el Primer y Segundo Entornos (E1 y E2).<br />

131<br />

2. El pasatiempo <strong>de</strong> la digievolución<br />

Tal vez virtualmente, en conexión con los mass media, se percibe que la actualidad es un tiempo <strong>de</strong> asombroso abismo<br />

don<strong>de</strong> da la impresión <strong>de</strong> que la amenaza <strong>de</strong> un revival guerrero brutal está a punto <strong>de</strong> acontecer. Las obras teatrales <strong>de</strong><br />

los futuristas parecen brotar <strong>de</strong>l medio <strong>de</strong> nuestra existencia diaria -y ya se sabe que en aquellas representaciones el teatro<br />

quedaba hecho añicos.<br />

Pensemos por ejemplo en el atentado y/o asesinato <strong>de</strong>l pasado lunes 15 <strong>de</strong> abril en la maratón <strong>de</strong> Boston. El resultado<br />

ha sido <strong>de</strong>sconsolador, una vez más. Tres muertes, entre ellos un niño <strong>de</strong> ocho años y casi ciento ochenta heridos <strong>de</strong> los<br />

cuales unos veinte en estado muy grave. Todos estábamos pendientes <strong>de</strong>l ataque nuclear <strong>de</strong> Corea <strong>de</strong>l Norte hacia Corea<br />

<strong>de</strong>l Sur y, sin embargo, una vez más y abruptamente, la bombacasera ha estallado en nuestras narices. Nos ha asaltado por<br />

sorpresa a todos, pese a los habituales telecontactos grabados y almacenados en megagigantes memorias cibernéticas para<br />

“nuestra” mayor seguridad. Más bien todos estos gastos digievolutivos parecen un pasatiempo consumista <strong>de</strong> una clase<br />

burguesa a la que no le interesa la realidad <strong>de</strong> lo cotidiano por encontrarla <strong>de</strong>masiado complicada, agotadora, trabajosa y<br />

esforzada. Mientras que para otros esta necesidad <strong>de</strong> relaxles supone un filón <strong>de</strong> rentables negocios.<br />

Para mayor vergüenza y miedo <strong>de</strong> nuestras socieda<strong>de</strong>s, para otros supone un inacabable quehacer, puesto <strong>de</strong> momento<br />

no se sabe si estos hechos han <strong>de</strong> ser interpretados <strong>de</strong>ntro o fuera <strong>de</strong> una organización <strong>de</strong> mayor entelequia que la <strong>de</strong><br />

presuntamente dos hermanos inmigrantes estadouni<strong>de</strong>nse proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la Europa <strong>de</strong>l Este. Su madre niegarotundamente<br />

la autoría <strong>de</strong> sus hijos en estos acontecimientos. La pregunta que suscitan sus afirmaciones es ¿conoce realmente a sus<br />

hijos Hacía ya algún tiempo que no vivían con ella aunque sí hablaban asiduamente por teléfono.<br />

Estamos nuevamente ante el reconocimiento <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> relación familiar cotidiana <strong>de</strong> nuestros<br />

hábitos actuales. Las familias que antes llevaban a cabo en exclusiva la socialización primaria <strong>de</strong> sus vástagos, están<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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