Libro de Actas final_2

GT 17 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE LA EDAD Y CICLO VITAL
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El último concepto analizado es el relativo al mundo relacional del niño/a. Desde la sociología de la infancia se
diferencian tres niveles vitales para el desarrollo del niño/a: el material, el cultural y el social, siendo este último el
de mayor importancia. Primero se analizaron las relaciones entre iguales, las cuales desde los estudios realizados con
participación activa de niños y niñas, son consideradas fundamentales al valorar su grado personal de satisfacción.
En el caso que nos ocupa, es evidente que en general se encuentran muy limitadas y que de nuevo no se participa en
las decisiones que se toman al respecto de cómo han de ser éstas, lo cual es común en el resto de niños/as que viven en
condiciones de “normalidad”, aunque aquí este hecho sea mucho más restrictivo. Para tratar de abarcar las diferentes
situaciones, el análisis de los discursos se ha dividido en tres tipos, siendo el primer tipo el referente a las relaciones con
los familiares niños/as. La principal relación que aquí se ha analizado es la de hermandad, pudiendo darse en el propio
centro (cuando la madre tiene dos hijos/as menores de tres años). Los problemas que de ello pueden surgir son la existencia
de celos entre ambos, lo cual no dista de lo habitual en cualquier familia, pero que en este caso puede acuciarse debido
al fuerte vínculo madre-hijo/a. Así mismo, deberá tenerse en cuenta la posibilidad de conflictos dada la inestabilidad que
presentan algunas mujeres en sus relaciones de pareja, fruto en algunos casos, de malas experiencias con los padres, lo
cual en un momento dado podría transformarse en un cierto rechazo hacia el niño/a, aunque se está hablando de casos
puntuales, no de una generalidad. Lo habitual, es que el contacto entre hermanos/as se produzca en las visitas al centro,
aunque a veces se trata de evitar por la corta edad del hermano/a que se encuentra en el exterior, y la dureza que conlleva
dicha visita para ellos/as. En este caso hablaríamos de familias españolas, ya que en su mayoría los hijos e hijas de madres
extranjeras no tienen si quiera dicha experiencia, limitándose el contacto a las llamadas telefónicas, cuestión compleja con
niños/as de tan corta edad. La última situación diferenciada, es aquella en la que los hermanos/as se encuentran separados
por distintos tipos de internamiento, es decir cuando los hermanos/as externos/as han pasado a formar parte del sistema de
protección, lo cual dificulta aún más si cabe el contacto entre ellos/as. Una cuestión común a todas estas situaciones es el
hecho de que se carece de un contexto familiar natural en el que desarrollar su interrelación.
El segundo tipo de relaciones entre iguales estudiada, es la que se da entre compañeros/as del mismo centro. Se apunta a
que existen grandes similitudes con las relaciones que se dan entre hermanos/as. La experiencia compartida, las vivencias
basadas en la experiencia inmediata en un contexto social concreto, puede generar dicha similitud. Así en general, se han
categorizado estas relaciones como buenas, aunque a veces pueden surgir conflictos fruto de la violencia del medio en el
que conviven, y de los conflictos entre las propias madres.
El tercer y último tipo de relaciones es el relativo a las que se producen con niños y niñas ajenos al medio carcelario. De
nuevo estas se han categorizado como positivas, aunque limitadas (se dan entre los dos y los tres años de edad durante
la estancia en la escuela externa). A este respecto, las educadoras apuntan hacia la posibilidad de un empeoramiento de
la situación tras el momento de la separación, ya que ni los hijos/as de las presas, ni los demás niños/as de la escuela
comprenden la brusquedad en el momento del abandono de la misma. Sobre esto, es preciso atender a la importancia que
dan los niños y niñas a la amistad, tomado como elemento de apoyo emocional y de confianza desde los primeros años de
vida. Puede concluirse entonces, que la gran intensidad con la que viven las relaciones con los iguales, tanto niños como
niñas en prisión, repercute negativamente al desvinculárseles de su ambiente y de sus referentes, lo cual no tiene nada que
ver con el objetivo tan aclamado de la “normalización”.
Tras el primer análisis de las relaciones entre iguales, se completó ese mundo relacional del niño/a con las relaciones
intergeneracionales. Para ello se tomó el concepto de apoyo social subdividiéndolo en dos redes: la red primaria o natural
y la red secundaria o del sistema. Debe tenerse en cuenta que al igual que sucede con las relaciones entre iguales, en este
caso también se dan hibridaciones entre diferentes figuras.
Respecto a la red primaria, la figura fundamental es la propia madre, sometida a múltiples condicionamientos, pero algo
común en los discursos es la posición de pasividad que se le otorga al niño/a en dicha relación, aunque desde el enfoque
del estudio se cuestiona dicha pasividad, y se apunta hacia una cierta cota de influencia en la relación entre ambos/as. En
el análisis de la red primaria se incluyen igualmente, al resto de familiares adultos, comenzando con el padre, en muchas
ocasiones ausente, preso o limitado por el sistema de visitas, el cual se hace más complejo si el niño/a no es su hijo/a
biológico o no está casado con la madre. Aún en el caso de que las visitas puedan darse con normalidad, debe atenderse
a la artificialidad de la relación paterno-filial, al igual que sucede con el resto de familiares adultos, siempre teniendo en
cuenta que puedan darse fruto de la dispersión geográfica que sufren los módulos de mujeres, y a la dificultad extrema
en el caso de presas extranjeras. Aún así, es importante resaltar el papel de los abuelos y abuelas maternas, quienes en la
mayoría de los casos, se acaban haciendo cargo del cuidado de estos niños y niñas cuando abandonan el centro, y con los
que en muchas ocasiones se producen estancias de fin de semana, lo que les convierte en un referente clave para los niños/
as, lo cual se corrobora según las estadísticas del sistema de protección de menores. Una última figura que se ha incluido
en esta red primaria es la correspondiente a las relaciones que se mantienen con las otras madres del módulo, la cual en
algunos casos se asemeja a la hibridación que se da en las relaciones con los otros niños y niñas del módulo, respondiendo
a la predisposición de la madre para ello, y generándose de nuevo unos límites borrosos en los lazos “familiares”.
En cuanto a la red secundaria, se observa una multiplicidad de figuras que de diferentes formas, son parte del mundo
relacional del niño/a. La sociología de la infancia aporta la idea de que el niño/a realiza una función no sólo en el medio
familiar, sino también en el medio laboral, así, aunque en este caso no se haga desde un aporte directo como parte de
este medio, sí se observa como indirectamente se convive con lo laboral, ya sea desde la observación directa del trabajo
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)