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Libro de Actas final_2

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GT 16 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN<br />

persecuciones, sufrimientos, prejuicio y tradiciones (tanto rechazadas como olvidadas) permanecen en una memoria<br />

etnizada, i<strong>de</strong>ntificando una comunidad <strong>de</strong> valores y sentimientos 5 . Aunque no se piense o promueva la existencia <strong>de</strong> una<br />

nación pentecostal africana, po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar que persiste un ethos y cosmovisión con sentimientos singulares <strong>de</strong><br />

solidaridad y unión que sostienen tanto la comunidad local como la perspectiva <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s transnacionales pensadas<br />

como trans(inter)espacios y lugares eclesiásticos.<br />

Según Ulf Hannerz (1996) tal hecho parece ser reforzado porque las comunida<strong>de</strong>s transnacionales se caracterizan por<br />

la interconectividad entre polos aparentemente opuestos o concurrentes, como lo local y lo global. En otras palabras,<br />

el proceso <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s transnacionales implica la yuxtaposición <strong>de</strong> diferentes formas simbólicas y<br />

experiencias o prácticas sociales. De ahí, surge un nuevo or<strong>de</strong>n y una nueva lógica <strong>de</strong> contacto (multicultural) diferente<br />

<strong>de</strong> la anterior, que <strong>de</strong>fine otro tipo <strong>de</strong> organización social don<strong>de</strong> las experiencias cotidianas pasan a <strong>de</strong>sarrollarse en<br />

un contexto integrado; orientado por dimensiones <strong>de</strong> local y global, tradicional y cosmopolita, periférico y central,<br />

esencialista y epocalista. Para el autor, tales formas y experiencias simbólicas proliferan a través <strong>de</strong> avances tecnológicos<br />

que afectan distintas dimensiones <strong>de</strong> la integración social, posibilitando la formación <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s transnacionales.<br />

Una cosmología pentecostal africana plasmada en la iglesia HGMI pue<strong>de</strong> ser entendida como una forma simbólica distinta<br />

<strong>de</strong> aquellas que i<strong>de</strong>ntifican naciones y grupos étnicos; se habla <strong>de</strong> una forma simbólica <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> las experiencias<br />

en que no hay una concepción <strong>de</strong> Estado-nación mo<strong>de</strong>rno y liberal, don<strong>de</strong> la continuidad cultural fuerza continuidad <strong>de</strong><br />

fronteras territoriales y lingüísticas. La HGMI sostiene la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una comunidad transterritorial <strong>de</strong> tradición religiosa<br />

heterogénea y dinámica producida por la integración <strong>de</strong> formas esencialistas y epocalistas; los miembros <strong>de</strong> dicha<br />

comunidad son ciudadanos <strong>de</strong> un mundo sagrado que transcien<strong>de</strong> las nacionalida<strong>de</strong>s no sólo por extrapolar fronteras sino<br />

que también por conformar una comunidad apátrida. Tal hecho es corroborado por continua mención <strong>de</strong> los Pastores al<br />

llamado world system en contraposición al God’s Kingdom, como es el caso en la enunciación “The christians are called<br />

and separated from the world system. They are those who are mindful not to live their lives after the pattern of the world”<br />

Al respecto, por su naturaleza apátrida pero a menudo territorializadas, la asociación entre diásporas y religión suele ser<br />

problemática a la medida en que la gran parte <strong>de</strong> los grupos religiosos no buscan volver o reivindicar una tierra natal<br />

(Cohen, 1997). Sin embargo la religión pue<strong>de</strong> servir <strong>de</strong> fomento o refuerzo a una i<strong>de</strong>a común <strong>de</strong> “consciencia diasporica”<br />

(Levitt, 2001). De acuerdo con Steven Vertovec, las diásporas, entendidas también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su vertiente religiosa, son<br />

una importante herramienta <strong>de</strong>l cuestionamiento post-mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la soberanía <strong>de</strong> los Estados-naciones y sus tentáculos<br />

institucionales que operan su hegemonía, discriminatoria y culturalmente homogeneizadora (Vertovec, 2000: 5). En<br />

consecuencia, los grupos diaspóricos cuestionan las categorías i<strong>de</strong>ntitarias y las estructuras sociales impuestas por los<br />

Estados-nación, a la vez que <strong>de</strong>sarrollan nuevas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s configuradas por <strong>de</strong>stino, origen y conexión con múltiples<br />

grupos, prácticas y realida<strong>de</strong>s. La importancia <strong>de</strong> esta nueva perspectiva resi<strong>de</strong> en no abordar, a priori, las diásporas<br />

como un vinculo bidireccional entre coterráneos y un territorio especifico, pues da lugar a pensar el termino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

sentimientos <strong>de</strong> alienación, i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s emergentes y subjetivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l individuo y <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> manera transversal<br />

a la cultura, Estado-nación, i<strong>de</strong>ología, genero y comunidad imaginada (Gold, 2002)<br />

Según James Clifford, las principales características <strong>de</strong> las culturas <strong>de</strong> diáspora o diaspóricas son la ausencia <strong>de</strong> una<br />

institución estatal y la dispersión espacial promoviendo por consecuencia una débil normalización <strong>de</strong> la vida cotidiana<br />

y una especie <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentramiento cultural o multilocalidad <strong>de</strong> lazos sociales. Por otra parte, las culturas diaspóricas no<br />

requieren una representación exclusiva y permanente <strong>de</strong> un lugar <strong>de</strong> origen:<br />

(...) Las conexiones que unen las diásporas transnacionales no necesitan a priori estar<br />

articuladas por un hogar ancestral real o simbólico (...). Descentradas, las conexiones<br />

laterales [transnacional] pue<strong>de</strong>n ser tan importantes como las que se forman alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

una teleología <strong>de</strong> la origen/retorno. Y la historia compartida <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamiento continuo,<br />

sufrimiento, adaptación y resistencia pue<strong>de</strong> ser tan importante como proyección <strong>de</strong> un origen<br />

específico.<br />

En el contexto <strong>de</strong>l pentecostalismo africano, la noción <strong>de</strong> diáspora transnacional parece ser útil si la exten<strong>de</strong>mos a la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la vivencia <strong>de</strong> la religión y el sentido <strong>de</strong> “africanidad” también son posibles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el “<strong>de</strong>scentramiento”<br />

y lo transnacional; es <strong>de</strong>cir, la experiencia común <strong>de</strong> diversas formas <strong>de</strong> angustia y alteración, y <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> vida<br />

cotidiana fraternal con sus compañeros. Se trata <strong>de</strong> memorias <strong>de</strong> diferentes pasados vividos o experimentados siendo<br />

reconfigurados <strong>de</strong> forma compartida en el presente; son “tradiciones religiosas que viven la experiencia <strong>de</strong>scentramiento<br />

y transnacionalismo, promueven el reemplazamiento <strong>de</strong> un sentimiento profundo <strong>de</strong> lazos históricos por experiencias<br />

igualmente intensas <strong>de</strong> discontinuidad y ruptura (...)”, como en la conversión al pentecostalismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una tradición<br />

religiosa-cultural ancestral (Hannerz, 1996: 89). La experiencia <strong>de</strong> la religiosidad presente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una matriz <strong>de</strong><br />

socialida<strong>de</strong>s explica que los sentimientos y las prácticas comunes para los parroquianos parecen funcionar como un<br />

mecanismo para la reinterpretación, reinvención o rechazo <strong>de</strong> los recuerdos tradicionales. En este sentido, la relación<br />

entre miembros <strong>de</strong> culturas diaspóricas y los países por los que pasan son generalmente tensas e inestables, ya que se<br />

enfrentan con el problema elemental <strong>de</strong> cumplir con las normas establecidas por una tradición externa y, a menudo, la<br />

exclusión y la marginación estructural <strong>de</strong> estos grupos los limita a ciertos espacios intersticiales.<br />

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5 Dicha i<strong>de</strong>a es evi<strong>de</strong>nte en las religiones sincréticas <strong>de</strong>l catolicismo con la religión y mitologia yorubá en Cuba y Brasil don<strong>de</strong> los símbolos <strong>de</strong> la herencia<br />

africana califican la «africanidad» <strong>de</strong> los creyentes y resultan particularmente visibles en las manifestaciones religiosas <strong>de</strong>l Candomblé o la Umbanda.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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