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Libro de Actas final_2

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GT 16 GRUPO DE SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN<br />

510<br />

En la serie se observa un importante cambio en la i<strong>de</strong>ntificación religiosa <strong>de</strong> los jóvenes consistente en un <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> los<br />

jóvenes que se <strong>de</strong>claran “católicos practicantes” y un incremento <strong>de</strong> los jóvenes que se <strong>de</strong>claran católicos no practicantes<br />

y no creyentes. El cambio es fuerte en los años 60 y 70. En esos años se podría <strong>de</strong>cir que se da una auténtica revolución en<br />

la religiosidad <strong>de</strong> los jóvenes coincidiendo con los intensos cambios sociales y políticos que en esos años vive la sociedad<br />

española. A lo largo <strong>de</strong> los años 80 y 90 los datos muestran, con las fluctuaciones lógicas <strong>de</strong> unas encuestas a otras, cierta<br />

estabilidad y asentamiento, como si el proceso <strong>de</strong> cambio religioso hubiese tocado fondo. A lo largo <strong>de</strong> estas décadas<br />

los católicos practicantes se sitúan en torno al 25%, los católicos no practicantes en torno al 50% y los no creyentes en<br />

torno al 20%. En cambio los años <strong>final</strong>es <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1990 y los primeros años <strong>de</strong>l tercer milenio parecen romper<br />

esa ten<strong>de</strong>ncia a la estabilidad y apuntan a un nuevo <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> los católicos practicantes que repercute sobre todo en<br />

un aumento <strong>de</strong> los que se <strong>de</strong>claran “agnósticos” o “indiferentes”, manteniéndose en cambio los jóvenes “catolicos no<br />

prácticantes” en torno al 50% 7 .<br />

La interpretación general <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> la autoi<strong>de</strong>ntificaicón religiosa ha sido siempre la <strong>de</strong> un claro <strong>de</strong>clive <strong>de</strong> la<br />

religiosidad <strong>de</strong> las y los jóvenes, y <strong>de</strong> un fuerte y rápido proceso <strong>de</strong> secularización <strong>de</strong> la sociedad española, que se ha<br />

basado en la i<strong>de</strong>a unas veces implícita y otras explícita <strong>de</strong> que las categorías intermedias contempladas en este indicador<br />

recogían grados diversos <strong>de</strong> <strong>de</strong>safección religiosa constituyendo en este sentido pasos previos hacia el agnosticismo y la<br />

increencia (González-Anleo y González Blasco, 1992: 25; Pérez-Agote et alii, 1993:276).<br />

No obstante, la evolución <strong>de</strong> este indicador a lo largo <strong>de</strong> las últimas décadas, a parte <strong>de</strong> reflejar el <strong>de</strong>clive efectivo <strong>de</strong><br />

una forma específica <strong>de</strong> religiosidad, la <strong>de</strong> la religiosidad católica “tradicional”, institucionalizada y regenerada durante<br />

el franquismo, pone <strong>de</strong> manifiesto la emergencia <strong>de</strong> nuevas formas <strong>de</strong> religiosidad. Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> partida<br />

caracterizada por la existencia con anterioridad a los años 60 <strong>de</strong> una sola forma <strong>de</strong> vivir la religiosidad, el “catolicismo<br />

oficial”, emergen a partir <strong>de</strong> los años 70 al menos tres posiciones religiosas perfectamente legitimas: La <strong>de</strong> los “católicos<br />

practicantes” en la que se sitúan en torno a un 10-15% <strong>de</strong> los jóvenes españoles, la <strong>de</strong> los católicos “no practicantes” ( un<br />

40 ó 50%) y la <strong>de</strong> los no creyentes (otro 25 ó 30%).<br />

Ello ha dado lugar, efectivamente, a un cierto pluralismo religioso en la España mo<strong>de</strong>rna Se trata ciertamente <strong>de</strong> un<br />

pluralismo sui géneris ya que se mueve <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un universo <strong>de</strong>finido por la cultura y la tradición católica, que pue<strong>de</strong> ir<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el clericalismo, <strong>de</strong> las posiciones más conservadoras, hasta el anticlericalismo <strong>de</strong> las posiciones ateas y laicistas.<br />

Sólo en los últimos años, coincidiendo en cierto modo con la revisión <strong>de</strong> la tesis <strong>de</strong> la secularización y la constatación<br />

<strong>de</strong> la persistencia <strong>de</strong> las creencias religiosas en el conjunto <strong>de</strong> la sociedad pero sobre todo entre los jóvenes, se empieza<br />

a reconocer por parte <strong>de</strong> la sociología la posibilidad <strong>de</strong> que una parte importante <strong>de</strong> los católicos no practicantes, e<br />

incluso <strong>de</strong> los indiferentes presenten un tipo <strong>de</strong> religiosidad cualitativamente distinta que no conduzca necesariamente a<br />

la increencia o al agnosticismo (Estruch, 1995:10; Bericat, 2008) 8 aunque obviamente, presupone un tipo <strong>de</strong> religiosidad<br />

diferente a la tradicional o a la que propugna la Iglesia Católica.<br />

Así, autores como González-Anleo, que siempre han visto el panorama religioso dividido en dos partes, la <strong>de</strong> los<br />

creyentes, don<strong>de</strong> se integran los católicos practicantes que observan los preceptos y las prácticas <strong>de</strong> la ortodoxia católica,<br />

y la <strong>de</strong> los no creyentes, formada por ateos, agnósticos, indiferentes y católicos no practicantes que estarían en vías<br />

<strong>de</strong> serlo, dibuja en el último Informe sobre los Jóvenes Españoles <strong>de</strong> la Fundación Santa María un mapa religioso <strong>de</strong><br />

la juventud española que siguiendo a otros autores Europeos (Fulton, 2000; Campiche, 1977) contempla tres polos o<br />

tipos <strong>de</strong> religiosidad que se correspon<strong>de</strong>n a gran<strong>de</strong>s rasgos con los tres tipos que viene a i<strong>de</strong>ntificar la auto<strong>de</strong>finición<br />

religiosa (Católicos practicante, católicos no practicantes y indiferentes o no creyentes). En este mapa religioso se viene<br />

a reconocer implícitamente que los “católicos no practicantes” son portadores <strong>de</strong> un tipo específico <strong>de</strong> religiosidad, la<br />

que Campiche <strong>de</strong>nomina el “cristianismo cultural”. Este se caracterizaría por estar constituido por cristianos <strong>de</strong> práctica<br />

irregular y ritualista, limitándose a la participación en los principales ritos <strong>de</strong> pasaje y a ciertas ceremonias, para quien<br />

Dios es una fuerza superior y la religión y la Iglesia cuentan poco, pero para los que el cristianismo es aún una importante<br />

fuente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad y sentido (González-Anleo, 2005: 252-254).<br />

Se trata en este caso <strong>de</strong> una religiosidad o una situación, que Pérez Agote, en una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> secularización<br />

<strong>de</strong>l País Vasco, ya <strong>de</strong>jaba entrever, aún <strong>de</strong>cantándose por esa visión dicotómica <strong>de</strong> la realidad religiosa:<br />

“En medio [ <strong>de</strong>l polo representado por la religiosidad tradicional y <strong>de</strong>l representado por el laicismo militante se encuentra]<br />

la gran masa <strong>de</strong> la población vasca que se <strong>de</strong>sacraliza, que se aleja progresivamente <strong>de</strong> una <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia firme <strong>de</strong> los<br />

gran<strong>de</strong>s doseles sagrados <strong>de</strong> la religión y la política. Ello significa, posiblemente una creciente privatización <strong>de</strong> la vida,<br />

más acá <strong>de</strong> la implicación directa en el mundo <strong>de</strong> la efervescencia política, y una ten<strong>de</strong>ncia progresiva a la fabricación ad<br />

hoc por cada individuo <strong>de</strong> una construcción ad hoc <strong>de</strong> sentido, realizada con los fragmentos resultantes <strong>de</strong> la explosión <strong>de</strong><br />

los universos esféricos y herméticos <strong>de</strong> la política y la religión” (Pérez-Agote et alii, 1993:281).<br />

Así pues, los jóvenes españoles presentan en la actualidad y en ese contexto <strong>de</strong> privatización <strong>de</strong> la religión, al menos, tres<br />

modos <strong>de</strong> enfrentarse ante el hecho religioso. Dos <strong>de</strong> ellos son claramente religiosos y católicos aunque uno <strong>de</strong> estos no<br />

7 Es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar también que, a lo largo <strong>de</strong> estas décadas los porcentajes <strong>de</strong> jóvenes pertenecientes a otra religión se han ido incrementando<br />

mo<strong>de</strong>stamente hasta alcanzar en la actualidad una cifra nada <strong>de</strong>spreciable <strong>de</strong>l 8%, sobre todo si se tiene en cuenta que el % <strong>de</strong> catolicos prácitcantes se<br />

ha reducido hasta el 12%<br />

8 Bericat <strong>de</strong>fine la religiosidad <strong>de</strong> los no practicantes como una forma postmo<strong>de</strong>rna basada en la duda, más que en la indiferencia.<br />

CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA<br />

XI Congreso Español <strong>de</strong> Sociología (FES)

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