Libro de Actas final_2

GT 21 GRUPO DE SOCIOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE
reciclar. Insisten en la conveniencia de que se vea que el esfuerzo que hace la gente por reciclar repercute positivamente
en el barrio (por ejemplo, que se compre un columpio para el parque infantil, que se haga un club de jubilados, etc.). Que
se visibilice a escala local lo que supone la buena gestión de residuos (que lo pongan en la revista del ayuntamiento, para
cada barrio, etc.).
• Movilidad:
Sostienen que el pequeño comercio urbano es más sostenible, porque los clientes no tienen que coger el coche, gastan
menos energía, etc. (que los grandes centros comerciales). Pero señalan el inconveniente de que en el barrio suele haber
problemas para aparcar (los clientes y los vecinos). Por otro lado, perciben que el transporte público es muy cómodo
en general. Se habla del uso del tren y el metro como el medio más cómodo para circular, mucho mejor que el coche
(especialmente en horas punta). No hay acuerdo sobre cómo les afectaría si el precio del transporte público fuera más
barato. En general, parece que no creen que les aportara más clientes.
• Formación, información, educación, sensibilización
En cuanto a la información ambiental y sobre sostenibilidad, se dice que la mejor forma de transmitírsela es a través de
las asociaciones o gremios de comerciantes. Los comerciantes participantes son reticentes a las campañas de formación y
educación, especialmente si van dirigidas a ellos. En cambio serían partidarios de que se hiciera sensibilización de cara a
los clientes (y a la ciudadanía en general).
Se observa que la palabra “formación” genera inquietud y desconfianza, como dice uno de los participantes “a mí por más
cursos que me des no me vas a decir si tengo que reciclar o no reciclar. Yo una vez me conciencio o no me conciencio
de que tengo que reciclar o no reciclar, ya no necesito más cursos”. De alguna forma, la gente que ya se considera
informada rechaza recibir más cursos, rechaza más concienciación, pero pide más medios materiales para poder actuar
correctamente.
En cambio, se valora más aprender otras (diversas) formas de hacer las cosas. Se dice que la exposición de buenas
prácticas podría serles más útil que una formación sólo para concienciarles. Por ello, la formación basada en buenas
prácticas creen que no debería provenir del Ayuntamiento, sino de entidades que estén llevándolas a cabo o tengan un
conocimiento especial (como ENDESA, por ejemplo).
Tienen la percepción de que el Ayuntamiento puede hacer pocas cosas. Desde su punto de vista sólo podría “dar dinero”,
pero luego añaden que también podría hacer “sensibilización” de los clientes, y de comerciantes (aunque a estos últimos
imaginan que les podría ofrecer también cosas materiales – bombillas, etc.).
En definitiva, se concluye que lo esencial es: 1) tener a la gente concienciada y 2) que sea fácil poder reciclar. Desde su
perspectiva, si no van las dos cosas juntas será difícil avanzar. Y por las experiencias explicadas parece que no siempre
coinciden a la vez.
Finalmente, sugieren que el Ayuntamiento debería apoyar más al pequeño comercio, dado que es indispensable para que
haya actividad en la ciudad, para que se refuerce la vida social de la ciudad, algo que la propia A21L de la ciudad también
comparte.
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5. Conclusiones
Los comerciantes de la muestra estudiada manifiestan una predisposición positiva hacia la sostenibilidad, tal como se ha
podido observar a través de varios de los instrumentos utilizados (cuestionarios, grupos de discusión, diarios, etc.) en la
aplicación del método STAVE. Sin embargo, en su vida cotidiana se encuentran con una serie de obstáculos que dificultan
que aquellas actitudes o predisposiciones se puedan llevar convenientemente a la práctica. Los obstáculos son de diversos
tipos (sobre todo económicos, pero no únicamente) y giran principalmente alrededor del ahorro energético y la gestión
de residuos.
Así, por ejemplo, al inicio del proceso de investigación los comerciantes afirman tener una alta capacidad para avanzar
hacia la sostenibilidad, pero en sesiones posteriores van reconociendo que se encuentran en situación de dependencia
respecto a otros actores (fabricantes, distribuidores, clientes) que les impide adoptar decisiones para tener prácticas más
sostenibles.
Las soluciones que ofrece el ayuntamiento a través de la A21L consisten básicamente en campañas informativas, formativas,
educación ambiental y visibilización de ‘buenas prácticas’. No obstante, estas acciones, a pesar de ser interesantes, no se
aproximan demasiado a las necesidades prácticas para los comerciantes.
Además, se observa que la palabra “formación” genera inquietud y desconfianza, como dice uno de los participantes “a mí
(…) una vez me he concienciado sobre si debo reciclar o no reciclar, ya no necesito más cursos”. De alguna manera, los
comerciantes que ya se consideran informados rechazan recibir más cursos o más concienciación. En cambio, reclaman
más medios materiales para poder actuar correctamente en sus prácticas cotidianas. Se podría considerar que lo que
reclaman son cambios en la estructura de dependencias de la que forman parte.
CRISIS Y CAMBIO: PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA
XI Congreso Español de Sociología (FES)