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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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lo dio a los apóstoles en la cena, y que los corintios practicaban la misma costumbre. Nosotros<br />

no fijamos ninguna hora precisa.201<br />

Salvo la exhortación a la comunión frecuente, la postura de Grebel coincidía<br />

notablemente con la de Caristadt, incluso desde el punto de vista del pacifismo. En efecto, es<br />

importante señalar en este momento que el pacifismo de Grebel no era de inspiración erasmianohumanista<br />

(como lo fue el de Zwinglio en su primera fase), como tampoco se basaba primordialmente<br />

en el Sermón de la Montaña. Parece haber sido consecuencia de una convicción aún<br />

más profunda de Grebel: según él. Cristo era el capitán de un ejército espiritual formado por los<br />

auténticos milites Christi; la iglesia así constituida era una iglesia paciente, o sea sufriente, cuyo<br />

ideal era la no-violencia absoluta; sufrir en nombre de Cristo era una confirmación de la<br />

salvación del cristiano.202<br />

El hecho de que Grebel haya escrito al revolucionario Müntzer no es ciertamente un<br />

argumento en favor de la teoría según la cual el movimiento de los hermanos suizos proviene de<br />

Müntzer y de los profetas de Zwickau (cf. cap. xxm). Es verdad que en la carta de Grebel a<br />

Müntzer hay algunas frases -por ejemplo, el "dulce Cristo" a quien el creyente sólo podrá<br />

experimentar después de haber conocido al "Cristo amargo" del sufrimiento- que sugieren la<br />

influencia del radical de Allstedt, pero, en su mayor parte, representan una radicalización de la<br />

doctrina y la práctica de Zwinglio, no de las de Lutero. Hacia los momentos en que entraron en<br />

contacto con Müntzer, Grebel y Mantz habían desarrollado una posición teológica tan sólida por<br />

su profundidad y su independencia que les permitía no sólo invocar el espíritu de Müntzer<br />

cuando armonizaba con su idea del evangelio, sino también criticarlo con gran convicción<br />

cuando parecía que había discrepancias entre ellos.203<br />

De hecho, el revolucionario Müntzer no llegó a recibir la carta del pacifista Grebel. Este<br />

último fracasó en su esfuerzo de coordinar una reforma evangélica de gran extensión.204 En<br />

todo caso, Grebel no sufrió ninguna influencia seria de Müntzer, a quien apenas entendía. <strong>La</strong> influencia<br />

segura es la de Caristadt. Andrés de Castelberg (Castelberger), amigo de Grebel, había<br />

estado en correspondencia con Caristadt, cuya respuesta había influido en la carta de Grebel a<br />

Müntzer que acabamos de estudiar.<br />

Después de escrita esta carta, llegó a Zurich el doctor Gerardo Westerburg, cuñado de<br />

Carlstadt, con el fin de crear un frente común contra Lutero y de publicar los opúsculos<br />

sacramentarios de Carlstadt (mencionados en el cap. III.1, hacia el final). Sabemos que fue en el<br />

círculo de Conrado Grebel, en cuya casa de Zurich estuvo alojado Westerburg, donde se leyeron<br />

esos opúsculos, aún en manuscrito, pues Grebel, en carta de 14 de octubre de 1524 a Vadiano<br />

(residente en St. Gallen), se refería a ocho libros compuestos por Carlstadt. Grebel sabía la<br />

historia del desafío de Lutero a Carlstadt con la moneda de oro, y observaba: "De la lectura de<br />

los libros de Carlstadt, un lector razonable juzgará que Lotero está marchando hacia atrás, y que<br />

es un maestro en el arte de dar largas a los asuntos, y que es un consumado defensor de su<br />

escándalo."205 Los radicales de Zurich apoyaron con entusiasmo la idea de imprimir en Basilea<br />

los escritos de Carlstadt. Poco después, Félix Mantz y Andrés de Castelberg regresaban de<br />

Basilea con más de cinco mil ejemplares de esa impresión, que distribuyeron en Zurich y en sus<br />

201 SAW, p. 77.<br />

202 Véanse más detalles en Ethelbert Stauffer, "Anabaptist TheoloRy of Martyrdom", loc. cit, Pp. 179-180.<br />

203 Krajewski, Mantz, pp. 58-59.<br />

204 El autógrafo de la carta se descubrió entre la correspondencia de Vadiano. Es muy Posible que, al llegar Gerardo<br />

Westerburg a Zurich, Grebel haya tenido noticias de la beligerancia de Muntzer, y entonces se haya abstenido de mandarle la<br />

carta.<br />

205 VB III, 88.

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