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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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verdad, menos inclinado está a condenar, según se ve por el ejemplo de Cristo y de los apóstoles.<br />

Pero quien condena a la ligera a los demás muestra por ello mismo que no conoce nada con<br />

precisión, porque no puede soportar a otros, pues conocer es saber cómo poner las cosas en<br />

práctica. Quien no sabe cómo actuar compasiva y bondadosamente no conoce la naturaleza de la<br />

vergüenza.1516<br />

Los cristianos que se engañan a sí mismos hasta el punto de justificar la persecución<br />

religiosa se hacen peores que los judíos y turcos a quienes pretenden convertir:<br />

¿Quién querría ser cristiano al ver que aquellos que confesaban el nombre de Cristo eran<br />

destruidos inmisericordemente por ios mismos cristianos con el fuego, el agua y la espada, y<br />

tratados con mayor crueldad que si fueran bandidos y asesinos? ¿Quién no tomaría a Cristo por<br />

un Moloc o por algún dios de la misma calaña si deseara que le fueran inmolados hombres, y que<br />

éstos fueran quemados vivos? ¿Quién estaría dispuesto a servir a Cristo bajo la condición de que<br />

una diferencia de opinión acerca de un punto debatible con aquellos que detentan la autoridad se<br />

castigara con la muerte en la hoguera, por órdenes de Cristo mismo, más inhumanamente que los<br />

que morían en e! toro de Fálaris, y esto aunque la víctima invocara a grandes voces a Cristo y<br />

proclamara a gritos su fe en él? Imaginemos presente allí a Cristo, juez de todos. Imaginémoslo<br />

pronunciando la sentencia y aplicando la antorcha encendida. ¿Quién no tendría a Cristo por un<br />

Satanás? ¿Qué otra cosa podría hacer Satanás sino quemar vivos a quienes invocan el nombre de<br />

Cristo?1517<br />

A partir de la publicación del De haereticis, los reformadores magisteriales nunca dejaron<br />

de hostigar a Castellion. Beza, sumamente irritado, replicó al punto con su De haereticis a civili<br />

magistratu puniendis. Calvino escribió una Defensa de la fe contra los errores de Miguel Servet.<br />

Castelíion tuvo el valor de contrarreplicar a los dos ginebrinos, y éstos se esforzaron por hacer<br />

que su enemigo fuera despedido de la universidad de Basilea, lo cual fue impedido por todo un<br />

grupo que se reunió en torno suyo. Calvino exigió un debate público, que tuvo lugar en Berna en<br />

1555. En este mismo año, Castelíion dedicaba sus energías a la traducción francesa de la Biblia<br />

(cap. xxxii.l).<br />

Castelíion y Curione formaban, en Basilea, el centro de un grupo académico que se<br />

distinguía más por su orientación generalmente liberal y tolerante que por su tendencia, ya sea<br />

racionalista, ya espiritualista, a las posiciones doctrinales radicales. En este grupo se contaban<br />

David Joris y Martín Borrhaus, lo mismo que Bonifacio Amerbach y los impresores Pedro Perna<br />

y Juan Oporino. Cierto espíritu afín al de Servet animaba a los componentes del grupo, y, por<br />

encima de todo, la tendencia a subjetivizar la experiencia religiosa con la iluminación interior y<br />

un espiritualismo de matiz místico.1518<br />

Esta actitud suponía, en el caso de Castelíion, una distinción tajante entre el reino de la fe<br />

y el reino de la razón, tal como la articuló en un libro escrito en su último año de vida, el De arte<br />

dubitandi (Basilea, 1563).1519 En Castellion, distinto en esto de la mayor parte de sus<br />

compañeros de grupo, la exaltación del hombre trascendía en última instancia las limitaciones de<br />

la ortodoxia reformista y desembocaba en la admisión del libre albedrío, facultad humana tan<br />

1516 Ibid., pp. 132-133.<br />

1517 Ibid., pp. 133-134.<br />

1518 Véasela caracterización de J. Lecler, Histoire de la tolerante au síede de la Reforme, 2 vols., París, 1955.<br />

1519 Sobre la relación de libre albedrío y tolerancia en la hermenéutica de Castelíion véase infra, cap. xxxn.l.

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