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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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aludiendo, con un juego verbal, a su calidad de "hacedores de cisma". En realidad, es claro que<br />

en un sentido los rigoristas eran los innovadores, y por lo tanto los causantes de la escisión.<br />

Los waterlandenses no sólo fueron los menos rigoristas, sino que, además, muy pronto<br />

demostraron ser los más "progresistas" entre los mennonitas neerlandeses, los que mejor se<br />

adaptaron a las condiciones culturales. Desde el principio mantuvieron contacto con el "mundo",<br />

aprobaron las bodas mixtas (con miembros de otras iglesias) y, con el tiempo, llegaron a aceptar<br />

ciertos cargos magisteriales no muy prominentes y que no exigían de ellos el empleo -de la<br />

espada. Por otra parte, juzgaron inadecuado llamarse por el nombre de un caudillo y, rechazando<br />

la designación de mennonitas, prefirieron llamarse simplemente doopsgezinden (favorecedores<br />

del bautismo).1124 Los waterlandenses organizaron calladamente sus fraternidades en forma de<br />

congregaciones de régimen democrático, sin lugar para ancianos u obispos que las dominaran.<br />

Muy pronto lograron una vida congregacional juiciosa y bien organizada, y concertaron arreglos<br />

para ayudarse los unos a los otros con la predicación. Reconocieron como cristianos a todos<br />

aquellos que hubieran experimentado la regeneración del hombre interior mediante la fe en<br />

Jesucristo y gracias al poder de Dios. Leonardo Bouwens declaró que los waterlandenses eran<br />

una "carreta de basura"; pero fueron el único grupo anabaptista de los Países Bajos que se vio<br />

libre de cismas durante los años que siguieron.<br />

En 1557, el año del coloquio de Harlingen, llegaba también a su desenlace el descontento<br />

que entre los hermanos de Suiza y de la Alemania meridional había venido fermentando frente a<br />

las doctrinas extremistas sobre la excomunión y la encarnación (carne celestial). En ese año se<br />

llevó a cabo en Estrasburgo una conferencia que, después de reunirse dos veces (antes y después<br />

de consultar a Menno), decidió repudiar la posición mennonita. Esta conferencia fue la última de<br />

una serie de tres (cf. infra, cap. xxxi. 1). De la primera, celebrada en 1554, no se sabe<br />

prácticamente nada. <strong>La</strong> segunda conferencia de Estrasburgo, celebrada en agosto de 1555,<br />

congregó a anabaptistas de la Alta Alemania (hermanos suizos, hutteritas, pilgramitas de la<br />

Alemania meridional) y a un pequeño número de mennonitas (llamados localmente<br />

hofmannitas). En esta reunión, que no nos es conocida más que por una carta circular que el<br />

grupo envió a los Países Bajos,1125 las discusiones se limitaron a la doctrina de la encarnación.<br />

<strong>La</strong> opinión que prevaleció fue que el Nuevo Testamento no ofrece textos con los cuales se pueda<br />

demostrar terminantemente si la naturaleza de Cristo es celestial o adámica. Se llegó así a la<br />

decisión de que todos los fíeles, de la Alta y de la Baja Alemania, se atuvieran a las expresiones<br />

del Nuevo Testamento y se dejaran de elaboraciones especulativas sobre ellas. En cambio, no<br />

parece haber habido acuerdo entre las dos facciones sobre la cuestión de si Cristo fue capaz de<br />

pecado, pues aquí la carta se limita a hacer votos por que los participantes "trabajen por la<br />

paz".1126<br />

Antes de la tercera conferencia de Estrasburgo, Leonardo Bouwens -quien, como hemos<br />

visto, había conseguido entre tanto la adhesión de Mermo a su concepto estricto de la<br />

excomunión- creía que, mediante el apoyo y la influencia de Menno, le sería posible atraerse a su<br />

lado a los alemanes del Sur. Con esa idea, convocó a una conferencia que debía celebrarse en<br />

Colonia en la primavera de 1557. Pero los alemanes del Sur, ocupados con sus planes para la<br />

1124 En 1796, esta palabra se convirtió en la designación oficial de todos los mennonitas Holandeses.<br />

1125 Hulshof, op. cit., pp. 219-222. Véase el articuló "Strasbourg Conferences", por Harold Bender, en la ME, IV, 642-644, donde<br />

hay una valiosa ordenación y caracterización de estos sínodos. <strong>La</strong> primera conferencia, de marzo de 1554, tuvo una asistencia<br />

de seiscientos anabaptistas. Hubo todavía una cuarta conferencia, en 1568. No se sabe si los neerlandeses tuvieron o no algo<br />

que ver en la primera: la documentación es muy escasa.<br />

1126 Hulshof, op. cit., p. 223.

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