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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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embargo, deseaba vindicar igualmente la personalidad y el papel de mediador de ese Cristo<br />

divino, aunque para ello tuviera que ir más allá de la formulación nicena sirviéndose de términos<br />

que pudieran declarar de manera suficientemente explícita no sólo la relación filial de Cristo con<br />

Dios Padre, sino también su relación de mediador para con él: "Hay el Dios que engendra y hay<br />

el Dios que es engendrado y que cumple la función de mediador y se hace hombre." Gregorio<br />

Paulo citaba las palabras que resonaron en el Jordán: "Éste es mi Hijo amado" (Mateo, 3:17), y<br />

las del salmista: "Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy" (Salmo 2:7; cf. Hechos, 13:33). No<br />

se trataba, no, de una datas abstracta que hubiera engendrado una deitatem igualmente abstracta,<br />

sino de un Deus Pater personal que ha engendrado un deum filium. un Hijo que cumple el papel<br />

de mediador: "Hay una deidad (datas) de los Tres, pero no hay un Dios en tres." Y Gregorio<br />

insistía: "Los tres son partícipes de una sola naturaleza o divinidad, pero estos tres nunca son<br />

unus, sino tres." Stancaro, ese "sabeliano", no tenía mediador, puesto que negaba la generación<br />

del mediador, o bien la encarnación de su Dios único era una encarnación ficticia. Stancaro<br />

atentaba contra la eficacia misma de la redención al no proponer, de hecho, sino tres fases de<br />

Dios, o tres nombres, sin tres funciones distinguibles:<br />

Este Dios único de los sofistas, desconocido para todos -para los profetas lo mismo que<br />

para Cristo y los apóstoles-, que recibe e! nombre de esencia y del cual se dice que es triuno, no<br />

engendró ni tuvo jamás un Hijo, ni, por consiguiente, tampoco un mediador. Es un Dios que ni<br />

nos creó ni nos redimió.1604<br />

Stancaro -concluía Gregorio Paulo- no era mejor que los papistas, que tenían varios<br />

dioses y mediadores, "si bien entre ellos ninguno es ese Dios, ninguno es ese mediador, el Hijo<br />

de Dios, el Verbo hecho carne". Lo que Gregorio no decía era si el Hijo mediador y encarnado<br />

era coeterno con el Padre o simplemente- anterior a la creación del mundo (como sostenía Arrio).<br />

<strong>La</strong> publicación de la Tabula no dejó de ser aprovechada por Sarnicki para demostrarles de nuevo<br />

a los calvinistas ortodoxos de casa, y especialmente de fuera de casa, la falta de solidez de la<br />

doctrina de Gregorio Paulo y, con ella, la de toda la facción blandratista o pinczoviana. Los dos<br />

partidos se dedicaron a buscar apoyo en las altas esferas. Los radicales consiguieron ganarse al<br />

juez Juan Niernojewski, y el encarnizado Sarnicki presentó una denuncia contra sus antiguos<br />

hermanos, acusándolos de triteístas, o sea de paganos, merecedores de la pena capital de acuerdo<br />

con la ley promulgada en 1424 por <strong>La</strong>dislao Jagellon. Quería de esta manera obligar al soberano<br />

a aplicar a sus ex-correligionarios reformistas esa vieja ley que el papa había tratado en vano de<br />

que se aplicara a los reformadores. Como Sarnicki y sus seguidores se hallaban en minoría frente<br />

a los demás ministros y señores de la nobleza, posiblemente haya que ver en ese virulento ataque<br />

el único recurso que le quedaba para no zozobrar del todo. El siguiente paso de Sarnicki fue<br />

convocar, en forma irregular, un sínodo de los conservadores, que se celebró en Cracovia. Este<br />

sínodo debía ser secreto, pero los pinczovianos lo supieron y, naturalmente, protestaron.1605 En<br />

el informe que los conservadores mandaron a los suizos se hada notar que, si bien los<br />

blandratistas solían servirse del lenguaje tradicional y de ninguna manera consentirían en ser<br />

llamados triteístas, la verdad era que, cuando declaraban que los Tres eran Uno, lo que querían<br />

decir era unum, nounus, y se referían a la unanimidad, no a la consubstancialidad.1606 En junio<br />

1604 Wotschke, Briefwechsel, núm. 297.<br />

1605 Ibid., núm. 294; <strong>Reforma</strong>tion, p. 206.<br />

1606 Wotschke, Briefwechsel, núm. 294 (carta de Alejandro Vitrelin a Bullinger, 24 de junio de 1563).

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