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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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y los programas de las diversas agrupaciones, Joris consiguió ponerlos más o menos de acuerdo,<br />

y así la reunión de Bocholt terminó con un entendimiento (que resultaría efímero). Quedó<br />

suspendida la práctica del rebautismo, y el empleo de la espada por parte de los santos se declaró<br />

justificable pero imprudente, puesto que era obvio que el milenio no había llegado todavía.<br />

De la mano de Joris, hábil lo mismo para la pintura que para la poesía, han llegado a nosotros<br />

algunos himnos escritos antes y quizá también después de la caída de Münster. Uno de ellos, en<br />

especial, expresa muy bien la característica mezcla de esperanzas bélicas y de preparación para<br />

el sufrimiento:<br />

Toda alma piadosa debe beber<br />

del cáliz de amargura, vino puro y rojo,<br />

pero Dios hará que sean los impíos quienes apuren las heces.<br />

Y ellos vomitarán, y eructarán, y caerán<br />

en la muerte que no tiene fin.<br />

Entiende, amado cristiano.<br />

Consérvate firme, propaga la honra de Dios.<br />

Prepárate todo el tiempo para morir.867<br />

<strong>La</strong> posición de Joris mismo estaba mucho más cerca de la de los obbenitas, especialmente<br />

en la cuestión de la espada. Según la enseñanza de Cristo, los santos tienen que sufrir y no<br />

ofrecer ninguna resistencia. Rechazaba asimismo la poligamia. En esto mostraba su familiaridad<br />

con el esquema de Joaquín de Flora, según el cual los creyentes estaban viviendo todavía en la<br />

era del Hijo, caracterizada por la monogamia, tal como la era del Padre había estado marcada por<br />

la poligamia patriarcal, y tal como la era futura del Espíritu, que se acercaba, estaría marcada por<br />

el celibato. En cuanto a la cuestión del adamismo, debatida igualmente en Bocholt, Joris dijo<br />

que, por lo que a el tocaba, no sentía nada que lo moviera a andar por ahí desnudo, ya fuera esto<br />

un signo (como en Isaías), ya la prueba de un regreso a la perfección paradisíaca, pero que ese<br />

fenómeno recurrente en la historia de la religión era permisible si alguien se sentía impulsado a<br />

ello por Dios. Por lo demás, estaba de acuerdo con los radicales en la expectación de la<br />

inminente venida de Cristo.<br />

Batenburg murió muy poco tiempo después del coloquio de Bocholt. En un viaje que<br />

hizo por el sur de los Países Bajos, fue aprehendido en Vilvoorde, cerca de Bruselas, en<br />

diciembre de 1537. Durante su encarcelamiento, trató de hacerse pasar por enemigo acérrimo de<br />

los saqueos y destrucciones, y reveló el nombre de muchos anabaptistas. Los magistrados<br />

quedaron muy poco convencidos de la sinceridad de sus protestas, y Batenburg fue sentenciado a<br />

muerte en 1538. El clima belicoso subsistió, aun después de su ejecución, pero con el<br />

ajusticiamiento de los últimos seguidores de esa línea, un tal Appelman en Leiden y Pedro van<br />

Orck en Múnster, muertos ambos en 1544 (el mismo año que Loy cerca de Amberes, como<br />

vimos supra, cap. xii.2), la secta parece haber quedado sumamente empequeñecida.868<br />

Poco después del coloquio de Bocholt recibió Joris carta de una mujer llamada Anneken<br />

Jansdochter,869 la cual lo aclamaba como profeta de Dios y como el bieldo que el Señor había<br />

867 David Joris, Een geestehjck hedt-hoecxken (1529-1536), impreso en la colección de Liederen van Groot-Nederland editada<br />

por F. R. Coers, Utrecht, 1930. El fragmento citado en el texto aparece en Roland Bainton, Joris, p. 18, y también en su libro<br />

The Travail of Religius Liberty: Nine Btographtcal Studies, Filadelfia, 1951, p. 127.<br />

868 Sin embargo, todavía en 1552, en Leiden, hubo temores de un ataque de los batenburguenses, lo mismo que en 1553 en<br />

Courtrai (Flandes)- ME, I, 247-248.<br />

869 Citada en Bainton, Travail, p. 130.

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