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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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En el centro de la visión apocalíptica de Bader estaba la convicción (compartida por el<br />

pequeño grupo de personas que lo seguían) de que su| propio hijo, niño de corta edad, era el<br />

mesías prometido. Se aplicaba a sí mismo, con toda decisión, las palabras dichas a David por el<br />

profeta Natan: "Yo estableceré tu simiente después de ti, la cual procederá de tus entrañas, y<br />

aseguraré su reino" (II Samuel, 7:12). Así, pues, Bader se sentía como una especie de regente del<br />

mesías. En confirmación de este papel, el anciano Gall Vischer tuvo una noche, dentro de la<br />

barraca, una visión sobrenatural: bajaban de lo alto, para posarse sobre el profeta, una corona y<br />

un cetro de oro y otras insignias reales. Los miembros del grupo decidieron sin más tardanza<br />

convertir esos emblemas visionarios en emblemas tangibles, y Köler, el joven sastre, puso<br />

inmediatamente manos a la obra.<br />

El grupo acabó por hacerse sospechoso, y en la noche del 15 de enera de 1530 todos ellos<br />

cinco hombres, tres mujeres y ocho niños- fueron aprehendidos. Los interrogatorios se<br />

programaron y se llevaron a cabo en varias ciudades, debido al temor (muy difundido entre los<br />

funcionarios y los teólogos) de que "el rey anabaptista" estaba conspirando con el duque<br />

destituido, Ulrico de Württemberg, para acabar con el dominio de la casa de Habsburgo en el<br />

Austria citerior. <strong>La</strong> manera desusadamente cruel como Bader fue ejecutado el 30 de marzo de<br />

1530 despertó simpatía por él. En todas partes se implicó a los anabaptistas, aun a los más<br />

moderados, en los excesos de Bader. Incluso la dieta de Augsburgo se ocupó de la supuesta<br />

amenaza, y la Confesión de Augshurgo hace en el, artículo xviii una inequívoca alusión a Bader.<br />

En vista del episodio de Bader, es notable que varias ciudades del Sur de Alemania -Ulm,<br />

Memmingen, Biberach, Isny, Lindáu y Constanza-, antes de unirse a la recién formada Liga de<br />

Esmalcalda, hayan rechazado el uso de la fuerza como manera de tratar a los anabaptistas (a<br />

diferencia dé los luteranos, que lo habían admitido en Espira en 1529), y hayan llegado aún más<br />

lejos cuando, "con objeto de que las acusaciones de los anabaptistas puedan moderarse un tanto y<br />

de que cierren la boca", declararon que el bautismo de los infantes no necesitaba ser obligatorio.<br />

Incluso después del fracaso de repetidos esfuerzos por convencerlos de que colaboraran en el<br />

mantenimiento de la comunidad cristiana mediante el juramento y el servicio militar, se decidió<br />

que el único castigo fuera el destierro. <strong>La</strong>s llamadas Resoluciones de Memmingen, redactadas en<br />

marzo de 1531, prosiguen diciendo:<br />

Por lo que se refiere a los anabaptistas, deseamos muy sinceramente que sean tratados de<br />

la manera más tolerante posible, para que nuestro Evangelio no sea culpado o impugnado a causa<br />

de ellos. En efecto, hasta aquí hemos visto muy claramente que el trato demasiado severo y<br />

tiránico que se ha empleado para con ellos contribuye en algunos lugares mucho más a<br />

multiplicar su número que a refrenar su error, porque muchos de ellos -algunos por terquedad de<br />

espíritu, otros por una piadosa y candorosa firmeza- han soportado todos los peligros, y aun la<br />

muerte misma, sufriendo con tal paciencia, que no sólo han quedado fortificados sus adeptos,<br />

sino que muchos de los nuestros se han sentido, movidos a considerar su causa como buena y<br />

justa.<br />

Así, pues, es contrario al derecho de un gobierno cristiano obligar al mundo a abrazar la<br />

fe mediante la espada o mediante otra compulsión violenta, y erradicar en esa forma el mal, al<br />

cual debe resistirse únicamente mediante la poderosa Palabra de Dios, y la persona que yerre en<br />

la fe no debe ser precipitadamente atropellada, sino que hay que tolerarla, con toda candad<br />

cristiana, como persona inofensiva.456<br />

El redactor de las Resoluciones de Memmingen fue Ambrosio Blaurer. En septiembre de<br />

1531 Blaurer fue invitado a Essiingen, donde trató de entenderse con los anabaptistas del lugar.<br />

456 Hay traducción inglesa en -ME, III, 508-509.

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