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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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arbas y superintendentes. Su escuela principal había estado durante algún tiempo en Milán.1196<br />

Los barbas valdenses de Lombardía, a diferencia de los de la zona francesa, se enorgullecían de<br />

tener una profesión, generalmente la medicina y la cirugía. Casi siempre los candidatos a la<br />

ordenación eran pastorcillos y labradorcillos que rara vez sabían leer y escribir. Estando aún en<br />

casa de sus padres, los jóvenes aspirantes, puestos de rodillas en señal de humildad, pedían ser<br />

admitidos en la fraternidad pastoral y rogaban a los barbas ordenados que oraran a Dios por<br />

ellos, para que Dios los hiciera dignos. Los barbas comunicaban entonces la solicitud a los<br />

hermanos congregados, y si la idea que se tenía de los candidatos era buena, todos expresaban su<br />

asentimiento y se procedía a dar instrucción a los muchachos.<br />

Los aspirantes eran sometidos a prueba durante dos o tres meses invernales de tres años<br />

consecutivos, o cuatro a lo sumo, hasta que los barbas ordenados se convencían bien de que su<br />

conducta era irreprochable. Los reclutas recibían una instrucción bastante elemental: se les<br />

enseñaba a leer y escribir y se les hacía aprender de memoria los evangelios de San Mateo y de<br />

San Juan y muchas de las epístolas. Más o menos hacia la mitad de su período de formación, los<br />

candidatos eran trasladados a cierto lugar donde había unas mujeres valdenses consagradas a<br />

Dios y que vivían una vida claustral. Aquí pasaban los candidatos uno o dos años, ayudando con<br />

ios quehaceres más rudos. Finalmente eran admitidos a las filas de los pastores mediante la<br />

imposición de las manos y la celebración de la Cena del Señor. En la ordenación, el barba o<br />

maestro principal reunía a los demás barbas, y se pedía a cada uno de los candidatos que<br />

respondiera, conjuramento, a la siguiente fórmula:<br />

Tú [fulano de tal], jura, por tu fe, mantener, multiplicar y acrecentar nuestra ley, y no<br />

traicionarla ante ninguna persona viviente; y promete también que no jurarás el nombre de Dios<br />

en modo alguno, y que guardarás el día del Señor, y que no le harás a tu prójimo nada que no<br />

quieras que él te haga a ti; y jura que crees en Dios, que hizo el sol y la luna, el cielo y la tierra,<br />

los querubines y los serafines y todo cuanto ves.1197<br />

Una vez recibido el juramento del candidato, el maestro le ponía en las manos un cáliz y<br />

en ese momento mismo le asignaba un nuevo nombre, diciéndole: "De ahora en adelante te vas a<br />

llamar así y asado." A los ojos de la comunidad, y particularmente a los ojos del grupito de los<br />

perfecti ordenados, esta ceremonia vino, de hecho, no ya a confirmar, sino incluso a sustituir el<br />

bautismo que por regla general el recluta había sido obligado a recibir, de niño, en su parroquia<br />

católica. (El barba Martín, Por ejemplo, se había llamado antes Francisco.)<br />

Con esa instrucción y esa ordenación, los barbas jóvenes eran enviados de dos en dos a<br />

sus labores de evangelización.1198 Una vez hecho miembro del ministerio valdense, el ordenado<br />

encontraba que la precedencia dependía únicamente de la antigüedad. El que precedía en el orden<br />

de la consagración era el maestro; el que venía después era el discípulo. El segundo no hacía<br />

nada sin el permiso del primero, de manera que tenía que pedírselo hasta para las cosas más<br />

insignificantes, como beber un vaso de agua. Los barbas no se casaban: por influencia católica, o<br />

tal vez catara, se tenía el celibato por el estado más alto de todos.1199 El pueblo que recibía la<br />

enseñanza de estos hombres les daba gratuitamente comida y ropa en cantidades suficientes, si<br />

1196 Comba, op. cit., pp. 151-153.<br />

1197 El texto latino original se encuentra en Peter Allix, Some Remarks upan ttie Ecclesiastical nistory of the Ancient Churches of<br />

Piedmant, Londres, 1690, p. 313; y allí mismo, p. 276, hay traducción al inglés.<br />

1198 Carta a Ecolampadio, en Staehelin, Briefe and Akten, loc. cit.<br />

1199 Véase Giovanni Scuderi, "II problema del matrimonio nella íede, nella pieta a nella teología del Valdesimo medioevale. . .<br />

(1173-1532)", BSSV, 1959, núm. 106, pp. 31-58.

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