12.02.2018 Views

WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Desde el punto de vista de Müntzer, para que los príncipes pudieran llegar a ser algún día dignos<br />

instrumentos de Dios, era indispensable que abrieran sus oídos a la voluntad de Dios tal como<br />

era interpretada por el nuevo Daniel y que, olvidándose del escriba de Wittenberg, escucharan a<br />

un profeta que, además de conocer la Palabra, estaba poseído por el Espíritu. . .<br />

<strong>La</strong> mayor osadía de Müntzer era pensar que Allstedt pudiera convertirse en el punto focal<br />

de la reforma radical, dejando a Wittenberg fuera de combate. Y en esta expectación se sentía<br />

corroborado por su hermenéutica espiritualista. Creía que la efusión del Espíritu en él mismo y<br />

en otros era una confirmación de la profecía de Joel (2:27-32, 3:1-4), y la inminente formación<br />

del pacto entre mineros y magistrados la realización del sueño escatológico de la igualdad de<br />

posesiones. En todo ello veía la voluntad de Dios, que así había preparado el terreno para una<br />

reproducción de aquella iglesia primitiva en que todos los santos estaban igualados en la<br />

posesión común no sólo de los dones del Espíritu, sino también de los bienes terrenales. Pisando<br />

esta tierra firme, podía llamar denodadamente a Lutero "el hermano Mastschwein", "Sanftleben",<br />

"Leisetritt", "Kolkrabe", "Meister Lügner", nombres, todos ellos, que en la mente de Müntzer no<br />

eran simples improperios, sino más bien descripciones que apuntaban, en Lutero, las señales del<br />

fin de una época.<br />

De la reacción del duque Juan al sermón del castillo nos ocuparemos en seguida. El 24 de<br />

julio predicó Müntzer otro sermón en el cual, con apoyo en el capítulo 22 del libro II de los<br />

Reyes, presentaba la reforma de Josías y su renovación del pacto de alianza como un modelo<br />

para los príncipes ernestinos.117 Pero, en el fondo de su corazón, es indudable que Müntzer tenía<br />

medio abandonada su esperanza dé que algún día los príncipes se unieran a la reforma pactual.<br />

En efecto, durante esas dos últimas semanas de julio terminó el borrador de lo que más tarde iba<br />

a imprimir Juan Hut con el título de Ausgedrückte Entblóssttng (les falsehm Glaubens. Es, en<br />

parte, un comentario sobre el primer capítulo del evangelio de San Lucas, y ciertamente la<br />

defensa más vigorosa v sistemática que llegó a hacer Mütltzer de la fe compenetrada por el<br />

Espíritu, tan opuesta a la fe meramente histórica de los hombres de Wittenberg, cuya falsedad se<br />

ponía a demostrar punto por punto. Müntzer hace ver cómo todos los grandes creyentes de que<br />

habla la Escritura se resistieron en un principio a la promesa de Dios, teniéndola por imposible:<br />

así Abraham, así Isabel, así María. <strong>La</strong> Biblia no es la fuente de la fe, sino su confirmación. Cada<br />

alma debe ser triturada con la duda y el sufrimiento, y luego vaciada, antes de que la fe sea<br />

concebida en el alma por obra del Espíritu Santo. Y a continuación, Müntzer expone la fatuidad<br />

de la fe imaginada a que se aferra el escriba, el falso cristiano Lutero. Por otra parte, como el<br />

sufrimiento interior puede darse en el alma de todo hombre, Müntzer está dispuesto a incluir en<br />

su visión hasta al cristiano de puro nombre, y al turco y al pagano. Pone como ejemplo al<br />

centurión del evangelio, que conoció a Cristo de lejos.<br />

Así, pues, su doctrina de una elección confirmada por el Espíritu tenía un carácter<br />

programáticamente ecuménico.118 Y aunque el sufrimiento personal era para él el preludio<br />

necesario de la salvación, Müntzer no era ciertamente hombre que cerrara los ojos a las<br />

Los sacerdotes de Wolfaria son laicos por su situación y su vestimenta, y los "sacramentos" son estos cinco: bautismo,<br />

eucaristía, absolución, oración, predicación de la Palabra. Eberlin estaba en contra de que los hombres se afeitaran la barba.<br />

Véase Flngschriftera der Rdórmation.szeit, XI (1896), v la nota de O. <strong>La</strong>ngguth en ARG, XXXI (1934), 228-238; además, William<br />

R. Hitchcock, "Eberlin von Günzburg", en The Backgronnd of the Knights' Reaolt 1522-1523, Berkelev-Los Angeles, 1958, cap.<br />

w'; y el artículo de Susan Groag Bell, "Johan Eberlin von Günzburg's Wolfaria: The First Protestant Utopia", CH, XXXVI (1967),<br />

122-139.<br />

117 Este sermón se ha perdido. Müntzer se refiere a él en su carta a Juan Zeyss de 25 de julio de 1524. Véase Brandt, op. cit., p.<br />

68.<br />

118 Véase, por ejemplo, la cita de Müntzer infra, cap. xxxo, nota 38.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!