12.02.2018 Views

WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

autismal de los creyentes. En cierto pasaje de sus Diálogos sobre la Trinidad dice lo siguiente<br />

acerca del cuerpo celestial de Cristo:<br />

En verdad, el cuerpo de Cristo es en sí mismo el cuerpo de la Divinidad, de tal manera<br />

que se puede decir llanamente que la deidad está en él de modo corporal. El cuerpo de Cristo, su<br />

ser mismo, es divino y tiene la sustancia de la deidad... <strong>La</strong> plenitud total de Dios, la totalidad de<br />

Dios Padre e igualmente toda la plenitud de sus atributos, en una palabra, todo lo que Dios tiene,<br />

habita plenamente en este hombre. En verdad, si observáis con mayor cuidado lo grande que es<br />

para Cristo el ser la imagen corporal y expresa de la Divinidad, veréis, que hay Divinidad<br />

sustancial en el cuerpo de Cristo, y que él mismo es realmente de la misma esencia, y<br />

consustancial con el Padre. <strong>La</strong> Divinidad corporal en la sustancia de Cristo es tal, que fue vista y<br />

tocada por Juan con el ojo corporal y la mano corporal.825<br />

Servet continua con su demostración, y sostiene que el Verbo que se hizo carne (según el<br />

evangelio de San Juan, 1:14) trajo en realidad su carne desde el cielo: .<br />

En efecto, de ninguna manera pueden malinterpretarse aquellas palabras de Cristo en que<br />

declara que él y su carne vinieron del cielo, puesto que dice que el pan que descendió del cielo es<br />

su propia carne ¡Juan, 6:51]. El ejemplo del maná j dado desde el cielo demuestra claramente es<br />

lo mismo, pues por la caída del maná hay que entender la carne de Cristo, la cual es el alimento<br />

representado por aquel otro. Así, pues, el segundo hombre, Cristo, vino del cielo como ser<br />

celestial [I Corintios, 15:47].826<br />

Servet aduce incluso el Éxodo, 4:3, o sea el memorable episodio en que la vara de Aarón,<br />

echada en tierra, se convirtió en serpiente, como una alegoría más de la encarnación del<br />

Verbo.827<br />

Así, pues, la doctrina de la carne celestial de Cristo encuentra expresión en cuatro fases.<br />

Hay, en primer lugar, la carne derivada de la sustancia de María; en segundo lugar, la carne en la<br />

que Servet ve la Palabra sustancial de Dios, distinguible del Espíritu de Dios; en tercer lugar, la<br />

idea del hombre Jesucristo en la mente de Dios desde toda la eternidad; y por último, la carne del<br />

Jesucristo resucitado y glorificado. Servet, hombre interesado en la ciencia experimental, no<br />

inició su exploración teológica con el postulado de un Dios-Hombre existente desde antes de<br />

todos los tiempos, sino con un estudio del Jesús histórico de quien hablan los evangelios. Aquí,<br />

tomando las palabras literalmente y, en la medida de lo posible, también anatómicamente,<br />

entendió que Dios Padre emitió de su boca la Palabra, una simiente que como una nube de<br />

rodofroí) contenía los elementos de fuego, agua y aire y, pasando por las ventanas de la nariz de<br />

la Virgen, tuvo el poder de formar un hombre-niño en su vientre. Dios y su Palabra, en<br />

sustitución de un hombre y su semen, procrearon un hijo natural, diferente de todos los demás<br />

hijos de mujer por ser de la misma sustancia que el Creador y no de la misma sustancia que las<br />

creaturas. Y María, que llevó en su vientre al Hijo de Dios, fue verdaderamente Theotokos<br />

(Deum generans seu Dei senitrix).<br />

825 Diálogos, I, 7; trad. Wilbur, p. 197. Cf. infra, p. 806, la discusión entre Francisco David y Fausto Socino, y también infra, pp.<br />

961-962, el addendum a la presente nota.<br />

826 Diálogos, I, 9; trad. Wilbur, p. 200.<br />

827 Diálogos, I, 9; trad. Wilbur, p. 199.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!