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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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a negar el carácter esencialmente paternal de Dios Padre y especulaban sobre la posibilidad de la<br />

redención mediante la inmanencia del Logos en un asno o una piedra. Posteriormente, Calvino lo<br />

malinterpretaría y lo acusaría de un panteísmo según el cual Dios podía ser pensado lo mismo en<br />

una piedra que en un hombre (cap. xxin.4).<br />

Aceptando al hombre Jesús como Hijo mesiánico y, en cuanto tal, como el fundamento<br />

de una teología cristiana reconstruida,778 y representándose a Dios Padre según la manera de la<br />

piedad medieval tardía, o sea en forma muy parecida a como los teólogos de Nicea y de<br />

Calcedonia se habían representado al Christos Pantokrator, y tomando, por último, en sentido<br />

completamente literal los relatos evangélicos de la concepción de Jesús, Servet declaró que<br />

Jesucristo nació de María como Hijo natural y único de Dios, y sobre esa base repudió como<br />

sofisma filosófico la afirmación de los "trinitarios",779 según los cuales la generación terrenal<br />

del Dios-Hombre fue precedida por una generación eterna del Logos-Hijo. Pero a ese Hijo<br />

natural de Dios y de María -proseguía Servet- Dios Padre le dio todo el poder sobre los cielos y<br />

la tierra, v por consiguiente Cristo podía ser llamado propiamente Dios, al igual que el Padre: era<br />

el "Dios fuerte" profetizado por Isaías (9:6). Para Servet, el Espíritu Santo era una potencia y no<br />

una Persona de la Divinidad.<br />

En los Diálogos, así como en su obra anterior, De los errores de la Trinidad, Servet estaba<br />

decididamente en contra de quienes decían que el Logos divino fue engendrado por el Padre, o<br />

que el Logos era ya el Hijo del Padre antes de la encarnación terrenal. Pero en la Declaratio (de<br />

ca. 1540) y en su obra de madurez, Restitución del cristianismo (de 1553), estará dispuesto a<br />

identificar lo que en un principio había distinguido: la prolación de la Palabra y la generación o<br />

filiación del Hijo (cap. xxm.4), y empleará de manera intercambiable los términos respectivos.<br />

Si Entfelder en 1530 nos deja ver un trinitarismo místico con progresión de la unidad<br />

abismal a la trinidad dentro de la Divinidad eterna antes de la creación, y si Servet en 1531 nos<br />

muestra un trinitarismo modalista y un Hijo que no es personal sino a partir del momento en que<br />

nace del vientre de María, lo que encontramos en Juan de Campen en 1532 (fecha de su<br />

Restitución) es un binitarismo claramente enunciado, que, negándole personalidad al Espíritu<br />

Santo, como en el caso de Servet, postula no obstante una binidad eterna de personas, Dios Padre<br />

y Dios Hijo, en una esencia y en una naturaleza, tal como el hombre y la mujer son dos personas<br />

pero una sola carne. El punto de partida bíblico de Campen son las palabras del Génesis:<br />

"Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...; varón y hembra los<br />

creó."780 Juan de Campen ve en el "nacimiento" de Eva del costado de Adán -que él interpreta<br />

como un hecho simultáneo con la creación del propio Adán—, y en la unión nupcial-generativa<br />

del hombre y la mujer como una sola carne amorosa en el matrimonio y en la procreación, el<br />

momento y la acción en que lo creado se hace reflejo de lo divino. No por ser andrógino, no por<br />

ser bisexual o sexual como los animales, sino por su naturaleza esencialmente nupcial, el hombre,<br />

entre todas las criaturas, fue creado a imagen y semejanza de la Divinidad. Pero así como la<br />

mujer está sometida al marido en esa relación, así el Hijo está sometido al Padre (I Corintios,<br />

11:3), pues, aun que el Padre y el Hijo son uno, el uno en el otro (Juan, 10:30 y 14:11), sin<br />

embargo el Padre es más grande que el Hijo (Juan, 14:8). Pero la preeminencia y prioridad del<br />

Padre es una precedencia dentro de la eternidad, antes de la creación del mundo, que fue llevada<br />

a cabo por von) el Padre mediante (durch) el Hijo. Hay que añadir que esta concepción nupcial<br />

de la Divinidad no hace del Hijo una esposa, y aquí cabría pensar en la teología bautismal-<br />

778 Servet es mucho más claro sobre esto en su Restitutio (1553) que en su De Trimtatu erraribus (1531).<br />

779 El término "trinitarii", dicho de sus adversarios, aparece en el De erraribus y en la Restitutio, p. 72. Véase cap. xxiii.4.<br />

780 Génesis, 1:26 ss., complementado con Génesis, 5:1-2.

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