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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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declaró que el alma se mantendrá dormida hasta que Dios, el día del juicio Final, despierte tanto<br />

al alma como al cuerpos.214<br />

Para Carlstadt, en contraste con Lutero, es posible que haya sido decisiva la influencia de<br />

Wessel Gansfort. Muy probablemente, la publicación de la Farrago de Gansfort (Wittenberg,<br />

1522), en una de cuyas partes se hace una interpretación del purgatorio como purificación<br />

espiritual, pero no penal en sentido físico, intensificó las convicciones de Carlstadt acerca del<br />

problema del sueño del alma.-215 Wessel introdujo, de hecho, una triple modificación en la<br />

doctrina tradicional del purgatorio: sostuvo que el fuego del purgatorio es espiritual y no<br />

material; que el objeto del fuego espiritual es purificativo y no punitivo; y que, por consiguiente,<br />

el alma es capaz de desarrollo espiritual después de la muerte del cuerpo. En esta nueva<br />

concepción de Gansfort, el purgatorio quedaba asociado con la gloria, a la cual no serán<br />

admitidas las almas sino después de la segunda venida de Cristo, y disociado, en consecuencia,<br />

del infierno, mientras que la doctrina católica tradicional asociaba purgatorio e infierno, contrastándolos<br />

ambos con la gloria. Carlstadt siguió a Gansfort en esta modificación, y al parecer llegó<br />

incluso a citarlo casi literalmente cuando en 1523 publicó su sermón Vom Stand<br />

derchristglüubigen Seelen, von Abrahams Schoss und Fegfeuer der abgeschiedenen Seelen.216<br />

Carlstadt empleó la expresión "sueño del alma" como una referencia escriturística a la vida de<br />

después de la muerte, y no como un eufemismo que aludiera (según sucede con los<br />

psicopaniquistas auténticos) a la muerte provisional del alma junto con el cuerpo. Estimulado por<br />

Carlstadt, Westerburg avanzó también en esa dirección radical. En 1523 publicó un libelo de<br />

ocho páginas que le valió el nombre de "Doctor Purgatorio". Se intitulaba Vom Fegfeuer und<br />

Stand der verschiedenen Seelen, eipe christliche Meinung.217 Westerburg había estado antes<br />

que Carlstadt en Italia, pues hizo estudios en la universidad de Bolonia de 1515 a 1517. Es<br />

posible que en esa ocasión se haya familiarizado con la doctrina paduana que negaba la<br />

inmortalidad, escepticismo condenado en el Quinto Concilio de Letrán. Nicolás Storch, uno de<br />

los profetas de Zwickau que en 1521 estuvo en Colonia en casa de Westerburg fue quien lo ganó<br />

para la <strong>Reforma</strong> luterana. Como Storch sostenía la idea taborita del sueño del alma, ese<br />

encuentro puede muy bien haber sido un factor más que vino a confirmar el psicopaniquismo de<br />

Westerburg. Unidos en una causa común, puesto que ambos negaban la doctrina tradicional del<br />

purgatorio y ambos espiritualizaban los sacramentos del bautismo y de la eucaristía, Carlstadt y<br />

Westerburg fueron desterrados de Sajonia en el otoño de 1524. Cuando Carlstadt se encontraba<br />

todavía en Sajonia, Westerburg, como mensajero suyo, salió de Francfort y se dirigió a Zurich,<br />

donde estuvo hablando con Corvado Grebel no sólo del asunto ya tratado de la publicación de los<br />

manuscritos eucarísticos de Carlstadt, sino también de la cuestión del sueño del alma. En efecto,<br />

en una carta a Vadiano, de 14 de octubre de 1525, Grebel escribe que Westerburg se ha quedado<br />

214 Fastenpostille, en WA, XVII:2, 235. En otro sermón (de 1533) declaraba: "Nos quedaremos dormidos hasta que Él venga y,<br />

tocando a la puerta de la tumba, nos diga: «Doctor Martín, ¡levántate!" (W A, XXXVII, 151). Sin embargo, en algunas ocasiones<br />

recayó en su heredada doctrina católica de la vida posterior a la muerte, con la consecuencia de que poco a poco la doctrina del<br />

sueño del alma fue siendo sustituida, dentro del luteranismo, por la idea de la inmortalidad natural. Véase Paul Althaus, Die<br />

letzten finge: Lehrbuch derschatolo gie, Gütersloh, 1956, pp. 146-147.<br />

215 Tal es la idea propuesta y convincentemente defendida por John W. Kleiner, en un trabajo presentado en la <strong>Harvard</strong> Divinity<br />

School.<br />

216 Hay ejemplar en la Houghton Library. Su texto básico (al igual que el de Gansfort) es I Tesalonicenses, 4:14-15.<br />

217 Fritz Blanke, basado en la autoridad de Adolf Brecher, dice en una nota de su edición del Elenchus de Zwinglio que las ideas<br />

de Westerburg estuvieron influidas por las de Carlstadt, pero la influencia bien puede haber sido en sentido inverso. Sobre<br />

Westerburg, séase el artículo de Ernst Gorrell en ME, IV, 9311-931, y el de Brecher en Allgemeirce Deutsche Biographie, XLII,<br />

182.

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