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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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eunido. Llaman a la puerta, diciendo: "Aquí está un hermano o hermana en Cristo." Ningún<br />

miembro de la congregación habla sin antes pedir permiso. Van a la iglesia [establecida], pero no<br />

aceptan la parte de la letanía que dice: "Señor, ten piedad de nosotros, miserables pecadores",<br />

como sí ya no hubiera en ellos nada capaz de ser enmendado. No les es lícito decir "Dios te<br />

acompañe", "Dios mediante" o "si Dios quiere". Les está prohibido llevar armas, pero al fin se<br />

les ha permitido llevar palos. Cuando alguien les hace una pregunta, se quedan largo rato sin<br />

contestar, y lo que más a menudo dicen es "Ciertamente", o "Así es"... Los matrimonios son<br />

concertados por los hermanos, que a veces reúnen a un hombre y una mujer que viven a más de<br />

cien millas de distancia, como sucedió con Tomás Chaundler, de Woneherst, en Surrey, que<br />

mandó a dos de la congregación hasta la isla de Ely para que de allí le trajeran una esposa. Nunca<br />

antes se habían conocido, y al cabo de un año, en vista de que no había entendimiento entre ellos,<br />

se separaron y se divorciaron en presencia de algunos de la congregación. Nadie debe ser bautizado<br />

antes de los treinta años de edad. Hasta entonces, todos son considerados infantes. El cielo<br />

y el infierno están presentes en este mundo entre nosotros. Están obligados a dar limosna<br />

únicamente a los de su secta... Todos los hombres que no pertenecen a su congregación o que se<br />

han apartado de ella son tenidos como muertos. Los obispos y ministros no deben quedarse en un<br />

solo lugar, sino que tienen que andar viajando de país en país. Afirman que hubo un mundo antes<br />

de la época de Adán. Dicen que no se debe dar muerte a nadie a causa de sus opiniones, y por<br />

eso condenan a Cranmer y a Ridley, que mandaron quemar a Juana [Boucher] de Kent. Explican<br />

la Escritura según lo que alcanzan a entender, comparando un pasaje con otro. Hacen muchísimo<br />

alarde de la sinceridad de su vida, y todo el tiempo están justificándose y diciendo: "Observad<br />

con qué pureza vivimos." Si tienen algo que hacer tocante a sus cosas temporales, necesitan<br />

acudir a alguien que los guíe, o sea, pedir al Señor que los aconseje por boca de uno de sus<br />

obispos o ancianos. Dan sus limosnas poniendo bajo un sombrero colocado en una mesa lo que<br />

están dispuestos a dar, y el dinero es distribuido secretamente por los obispos o ancianos.1888<br />

En 1579, o sea el año en que Juan Rogers publicó el libro que acabamos de comentar, los<br />

familistas fueron atacados asimismo por Juan Knewstub y por Guillermo Wilkinson. Un año<br />

después, la reina Isabel publicó un bando contra los discípulos de Enrique Niclaes. Para poder<br />

sobrevivir, los familistas se convirtieron en secta "subterránea".1889<br />

Hasta aquí no hemos dicho nada todavía acerca de! psicopaniquismo o mortalismo (con<br />

la perspectiva de la resurrección) entre los ingleses. <strong>La</strong> doctrina mortalista fue introducida<br />

primeramente por el luterano Juan Tyndale, el cual tuvo de inmediato algunos seguidores. Los<br />

inmigrantes anabaptistas neerlandeses sostenían seguramente este punto de vista, tal como lo<br />

1888 "Engelsche vroeg-independentisme en hollandsche anabaptisme", en Uit den strijd der geesten, Amsterdam, 1944, pp. 72-<br />

89. Confesión hecha ante un juez de Surrey el 28 de mayo de 1561. <strong>La</strong> cita procede de R. M. Jones, Mystical Religión, pp. 441-<br />

442. Otra confesión sin fecha, de tiempos de María Tudor o de Isabel, comienza así: "They must be deitied in God and God in<br />

them. The Judgment and resurrection is past already. We are illuminated, that is to say, of the [resur]rection, and restored to the<br />

perfection that Adam [had] before his fall". Biblioteca fiel Museo Británico, Harleian MSS., núm. 537, fol. 110. (He modernizado el<br />

inglés.) Véase Irvin B. Horst, "The «<strong>Radical</strong> Underground» in the Tudor Period", Bulletin [of the] Docu-mi'iila Anabaptistica<br />

.Veerlandica, núms. 'l2-13 (1980-1981), 29-42.<br />

1889 Al subir Jacobo I al trono, los familistas que se dirigieron a él en demanda de protec-se referían a sí mismos como "a people<br />

but few in nuraber and yet rnost of us very •" (citado por Payne, "The Familists", p. 31). <strong>La</strong> Familia del Amor siguió existiendo en<br />

latería hasta finales del siglo xvii: tuvo un breve período de prominencia durante la conmonwealth (cuando Gil Randall era su<br />

lumbrera principal), peco al cabo quedó absorbida por el cuaquerismo. A este propósito, es interesante señalar el hecho de que<br />

la doctrina de la carne celestial de Cristo persistió entre los cuáqueros, según se ve, por ejemplo en apologistas tan notables<br />

como Robert Barclay y <strong>George</strong> Keith. Véase Maurice Creasey, Early Quaquer Christology, tesis de la Universidad de Leeds,<br />

1956- El estudio más reciente sobre el movimiento familista es el de Alstaire Hamilton, The family of love, Cambridge, 1981.

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